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El embajador de Nicaragua ante la OEA rompe con la dictadura durante una sesión en vivo

«Seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible», ha dicho Arturo McFields

El embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos ha roto con la dictadura de Daniel Ortega durante una reunión del Consejo Permanente de esta institución con sede en Washington. De forma inesperada, durante su turno de palabra, Arturo McFields, ha dicho: «Denunciar la dictadura de mi país no es fácil pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible, tengo que hablar señor presidente aunque tenga miedo, tengo que hablar aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar porque si no lo hago las piedras van a hablar por mí».

«Denunciar la dictadura de mi país no es fácil pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible, tengo que hablar señor presidente aunque tenga miedo, tengo que hablar aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos»

Tras muestras de solidaridad de representantes de países como Colombia, Brasil o Perú, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha tomado la palabra para alabar a McFields y ofrecerle protección ante las posibles represalias de la dictadura de Ortega. «Su posición es éticamente correcta y la que responde a los principios y valores de esta organización. La secretaria general le ofrece protección y puede contar con la secretaría general para lo que sea necesario, para ofrecer esa protección al embajador McFields», dijo Almagro.

McFields lleva en el cargo desde noviembre, el mismo mes que en Nicaragua comunicó a la OEA que se retira de ella acusándola de injerencista, según dijo en su día el ministro de Exteriores de Ortega, Denis Moncada. Las normas de la OEA dicen que cualquier país miembro puede salirse en un plazo de dos años, si presenta una denuncia escrita a la secretaría general. El departamento jurídico de la secretaría general analiza ahora los motivos y justificaciones por los cuales Nicaragua quiere salir de la organización.

El embajador McFields ha denunciado en su turno de palabra este miércoles 23 de marzo que en el Gobierno de su país «nadie escucha y nadie habla». «Lo intenté varias veces y durante varios meses pero todas las puertas se me cerraron», dijo McFields. Este afirmó que habla «en nombre de más de 177 presos politicos y más de 150 personas que han perdido la vida en mi país desde el año 2018, tomo la palabra en nombre de los miles de servidores públicos, de todos los niveles, civiles y militares, de aquellos que son obligados por el régimen de Nicaragua a fingir y a llenar plazas y repetir consignas porque si no lo hacen pierden su empleo».

McFields afirmó que habla «en nombre de más de 177 presos politicos y más de 150 personas que han perdido la vida en mi país desde el año 2018»

El embajador nicaragüenses fue interrumpido al final de su alocución por el secretario general adjunto de la OEA, Néstor Méndez, pero después pudo acabar, afirmando que «aunque pareciera que todo está perdido y el panorama nublado como este día de hoy, yo creo firmemente que hay esperanza, se lo he dicho a mucha gente, la gente de adentro del gobierno y la gente de afuera está cansada de la dictadura, cada vez serán más los que digan basta, la luz puede más que las tinieblas».

La reunión del Consejo Permanente de la OEA la presidió de turno Saint Kitts and Nevis.

La denuncia del embajador llega un día después de que la justicia nicaragüense dictara sentencia de ocho años de cárcel para la aspirante presidencial Cristiana Chamorro, principal opositora que figuraba en las encuestas como la favorita para los comicios generales del año pasado, en los que Ortega acabó logrando un nuevo mandato con un proceso fraudulento. Junto a ella, también fue condenado su hermano, el exlegislador, Pedro Joaquín Chamorro y otros miembros de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, con penas que van desde los 7 hasta los 13 años de cárcel.

 

 

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