Derechos humanosDictaduraRelaciones internacionalesViolencia

Raúl Ochoa Cuenca: Cuatro semanas

 

Hoy se cumplen 4 semanas del inicio de esta guerra a la que Vladimir Putin ha llamado  intervención militar especial y el resultado para su ejército no ha sido positivo, al extremo que ayer mismo pudimos leer en la prensa mundial al Ministerio de Defensa ucraniano afirmando que ha recuperado el control de Makariv, un pueblo ubicado 50 kilómetros de Kiev e incluso Kherson, ciudad de más de 300.000 habitantes donde según el Pentágono se combate con altas probabilidades de expulsar al ejército invasor de esa estratégica ciudad del sur de Ucrania.

Esto es parte del resultado de las primeras cuatro semanas del ejército ruso como invasor de la república de Ucrania, el cual definitivamente lo tenemos que catalogar como muy pobre. En cuanto al presidente Putin, el resultado personal como líder de una superpotencia nuclear es aún peor, ya que  tiene el rancio y maloliente galardón de ser, en los últimos 80 años el hombre de Estado más odiado por los pueblos del mundo, incluyendo un inmenso número de ciudadanos de su propio país. En la reprobación de sus decisiones, las cuales incluso sin haber podido conquistar Kiev la capital, lo hacen sospechoso de estar incurso en crímenes de guerra y de decidir acciones sólo parangonables a las tristemente ordenadas por Adolf Hitler.

Paradójicamente una de las principales razones esgrimidas para justificar la invasión fue la necesidad de desnazificar Ucrania, lo que nos hace pensar o que no leyó la historia de la ciudad donde nació o simplemente el alumno desea superar al maestro, ya que se comporta exactamente como Hitler, cuando con el nombre en código «Operación Barbarroja», la Alemania nazi invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, y buscó destruir Leningrado, donde residían los padres de Putin.

El resultado es que muchos analistas occidentales creen, me permito incluirme en esa tendencia, que la Ucrania de Zelinsky ha salido victoriosa (dejando claro que nadie sale victorioso en una guerra) en estas primeras cuatro semanas. Debemos agregar un elemento que golpea desmesuradamente los sentimientos: se trata de una confrontación fratricida, ya que son innumerables las familias que tienen una relación de sangre entre ellas. Durante mucho tiempo Ucrania y Rusia fueron una sola nación, no obstante la antigua y justa pretensión de libertad y de independencia del pueblo ucraniano.

Todo hace presumir que las agencias de espionaje del Kremlin no informaron correctamente los verdaderos e históricos sentimientos nacionalistas del pueblo ucraniano, un sentimiento que surgió antes del siglo XVII, cuando se rebeló frente a la república de las dos naciones y formó el Hetmanato cosaco en 1648. Son raíces históricas que inexplicablemente Putin, el agente secreto 001 de la KGB ignoró, y así como en el siglo XVII los ucranianos hoy, en pleno siglo XXI están decididos a luchar por su libertad como nación.

Este descomunal error ha llevado al ejército ruso a pasar del sueño de la victoria en pocos días y con un pueblo volcado en las calles a dar vivas a los invasores ventolando la bandera rusa y agitando la fotografía de Putin, con las damas lanzando flores a los soldados, a todo lo contrario a una calurosa bienvenida, porque en vez de vivas encontraron a un pueblo enardecido, sí en la calle, como decían los espías rusos, pero para gritarles en la cara lo despreciable que eran considerados.

El 24 de febrero se Inició la invasión, como era de suponer con la utilización de las armas llamadas convencionales, a saber, artillería, blindados, infantería y ataques aéreos con misiles inteligentes, pero al pasar de los días encontraron un pueblo ya no solo enardecido, encontraron un pueblo en armas, un pueblo que en familia preparaban las clásicas bombas molotov, un pueblo que protegía a sus soldados, un pueblo del cual sus hombres dijeron no nos vamos, nos quedamos, dennos un fusil que nosotros también estaremos al lado de nuestros soldados, porque  vamos  a defender nuestra patria, nuestros valores, nuestras tradiciones, vamos a defender la integridad de la familia ucraniana. Fue con esa realidad  que se encontraron los verdugos de Putin.

Efectivamente, al pasar los días y encontrando  una acérrima defensa de las fuerzas armadas y de su pueblo en general, después de dos semanas del poco avance en territorio ucraniano, Rusia decidió utilizar las bombas de racimo ya prohibidas por instancias internacionales.

Pero la perplejidad y sorpresa de las fuerzas militares invasoras fue en aumento al constatar que esta poderosa arma no surtió el efecto esperado, por lo que los mandos del ejército putiniano decidieron dar un paso más y desde el inicio de la tercera semana de combates lanzaron en forma masiva y despiadada una lluvia de bombas termobáricas, lo cual obligó al secretario general de la OTAN describir el desarrollo del ataque ruso como de una crueldad ascendente, característica esta que parece ser la norma constante con la cual la Rusia de Putin se inspira para esta increíble y criminal invasión.

El uso indiscriminado de armas no convencionales, tales las bombas termobáricas   proscritas por la convención de Ginebra, como  ya fuera indicado en trabajos anteriores, tiene la característica que su fuerza destructiva es equivalente a una pequeña bomba nuclear de las llamadas tácticas, cual explosión puede aniquilar equipos y edificios reforzados agregando la capacidad de matar y dañar a las personas próximas. “El efecto antipersona de la onda explosiva es más letal sobre personas en espacios cerrados «rígidos», como cuevas, edificios y búnkeres. Además  del daño que causa esta arma parcialmente descrita, los expertos aseguran que la sobrepresión ejercida en el interior de la explosión puede alcanzar los tres megapascales (3 MPa) (430 PSI) pudiendo oscilar la temperatura entre los 2500 ºC y los 3000 ºC. por lo que incluye la capacidad de vaporizar el cuerpo humano”.

Apreciados lectores, aunque parezca increíble la utilización de estas armas no le han bastado al ejército ruso, para  quebrar la resistencia del ejército ucraniano ni de ese pueblo. Me refiero a esas personas, hombres y mujeres que buena parte del mundo hoy los califica de pueblo heroico,  lo que ha obligado a los estrategas rusos de disponer de su más avanzado misil. El misil Iskander hipersónico;  ¿ de qué se trata ?

Realmente es un arma de punta y de gran desarrollo de la ingeniería aeronáutica rusa. Es un misil que tiene la capacidad de volar hasta a 12.300 kilómetros por hora (mach 8). El uso de este cohete en el conflicto de Ucrania se puede leer de diferentes maneras.

Así podríamos mencionar una razón fácil a la vista de los analistas y estrategas como es la utilización de estos misiles de gran precisión y de difícil interceptación para evitar exponer  sus aviones a la artillería antiaérea de Ucrania, la cual ha sido mortífera cuando de derribar los aviones y helicópteros rusos se trata.

Ahora veamos otra posible razón para el empleo de este misil. Me inclino por creer que Putin envió un mensaje y que el mundo lo debe entender como una advertencia: estamos dispuestos a emplear cualquier arma. Y hoy vemos, no sin sorpresa una declaración en la prensa mundial del ex presidente ruso Dmitri Medvédev, quien es posiblemente el hombre de más confianza del presidente Putin, donde con claridad afirma que la doctrina sobre el empleo de armas nucleares de Rusia,  prevé cuando se cometiera un acto de agresión contra Rusia y sus aliados, que ponga en peligro la existencia del propio país, incluso sin el uso de armas nucleares, es decir, con el uso de armas convencionales estaría en orden con esta doctrina. Esta declaración del día de hoy domingo 27 del ex presidente Medvédev confirma el temor generalizado del peligro para la humanidad que representa la Rusia en manos de Putin y sus amigos.

Sacan del archivo esta doctrina cuando Putin y la nomenklatura observan con inaudito asombro que ese país llamado Ucrania, bombardeado inclementemente, día y noche, minuto a minuto con una lluvia de misiles, cohetes y bombas de cualquier composición y poder de destrucción, no ha podido ser derrotado en este primer mes de combates.

El resultado de estas 4 semanas exhibe, entre otros resultados, que la inesperada resistencia de Ucrania ha obligado a Putin a cometer una serie de delitos con los cuales aumenta el riesgo objetivo de ser procesado en un tribunal por crímenes de guerra, así como ocurrió con los secuaces de Hitler. Ante una derrota y la cual obviamente podría tener diferentes lecturas ¿ Putin la aceptaría ? ¿ Y dónde queda la doctrina rusa del uso de armas nucleares ?

Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 27 de marzo del año 2022.

Botón volver arriba