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Más muertes, atención en picada, pésima respuesta a las urgencias: el peor año de la salud pública cubana

2021 pasa factura al sistema de salud en la Isla y las autoridades lo admiten, pero culpan al Covid-19 y al embargo.

José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública de Cuba, presenta un informe del sector en 2021.
José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública de Cuba, presenta un informe del sector en 2021. @MINSAPCUBA/TWITTER

 

 

El Gobierno cubano calificó el año 2021 como «el peor» para el sistema de Salud Pública en décadas y admitió un incremento en el número de muertes en todos los grupos de edades y territorios del país, así como la afectación general de los indicadores de salud de la población y la deficiente respuesta a las urgencias médicas.

Así recogió un informe presentado el sábado por el ministro de Salud PúblicaJosé Angel Portal Miranda, en una reunión en la que participaron otros dirigentes del país, publicó el sitio oficial Cubadebate.

Portal Miranda reconoció una «crisis originada por el coronavirus» que impactó «sensiblemente en la disponibilidad de recursos y en indicadores de salud de la población». El ministro también culpó de esa situación al embargo de Estados Unidos.

«En sentido general, durante el pasado año aumentó el número de defunciones en todos los territorios del país, siendo el grupo etario de 60 años y más el más afectado. Asimismo, el Covid-19 incidió negativamente en las tasas de mortalidad infantil y materna registradas«, dijo.

También se refirió a «problemas organizativos, que han llevado a afectaciones en la atención de los pacientes y que ha repercutido en la satisfacción de la población».

«Hemos tenido dificultades con el programa de medicina familiar, sobre todo con la inestabilidad de los recursos, la calidad de la atención, la resolutividad en los consultorios y el funcionamiento de los grupos básicos de trabajo«, señaló.

Admitió que «existe un prolongado tiempo de respuesta ante las emergencias sanitarias, entre otras causas por la insuficiencia en la explotación del transporte sanitario y el bajo coeficiente de disponibilidad técnica».

El más reciente episodio conocido de estos problemas para atender las urgenciasde los cubanos ocurrió en el municipio Mella, Santiago de Cuba, y terminó con el fallecimiento de una niña de seis años que permaneció tres horas con convulsiones a la espera de una ambulancia que llegó demasiado tarde. La denuncia de la madre, que conmovió las redes sociales, incluyó una respuesta indolente de autoridades.

Según el informe, presentado por Portal Miranda, «la gestión hospitalaria continuó mostrando dificultades».

«En los hospitales no se logra cubrir la demanda de los servicios electivos, debido fundamentalmente a las medidas adoptadas para el control de la pandemia, al déficit de recursos médicos, organizativos y al incumplimiento de algunos servicios con brechas en la seguridad de atención al paciente», dijo.

Pese a estos problemas de recursos humanos, el régimen cubano envió al exterior a cientos de médicos cubanos para combatir la pandemia fuera de casa. En un momento de colapso del sistema de salud, en provincias como Matanzas, Pinar del Río, y otros territorios, las autoridades tuvieron que recurrir a estas mismas fuerzas, casi acabadas de llegar del trabajo en el extranjero.

Portal Miranda también se refirió al incremento sostenido de las faltas y bajas coberturas de medicamentos, insumos médicos, métodos de diagnóstico y material gastable como uno de los elementos que durante 2021 tuvo una afectación directa en los servicios de salud y en la satisfacción de las demandas de la población, pese a las continuas donaciones de gobiernos aliados y organizaciones internacionales.

El ministro de Salud Pública también reconoció los problemas en la infraestructura tecnológica, obsolescencia y rotura de equipos.

En otro momento, al hablar de factores de riesgo que atentan contra unos mejores indicadores de salud entre la población, Raúl Pérez González, director del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM), se refirió a datos de personas con hábitos tóxicos, entre otros.

Resultados de encuestas de salud en la población mayor de seis años arrojaron que el 21,6% de la población cubana fuma y la prevalencia de esta adicción entre los 15 y 19 años es del 12,7%. El 78% de las personas que fuman se iniciaron en este consumo antes de los 20 años.

Respecto al consumo de bebidas alcohólicas, el 68% se inició entre los diez y 19 años mientras que un 4,5% lo hizo antes de los diez años.

«Si se mira la actividad física, el 56,3% de la población no realiza ejercicios sistemáticamente; el 18% adiciona sal a la comida además de la que ya tiene en la cocción, un 68% consume menos de ocho vasos de agua diarios, y la obesidad y el sobrepeso son elementos que aumentan en todos los grupos de edad de la población cubana», dijo.

En una reunión en la que no faltaron las loas y la propaganda al sistema de salud cubano, el primer ministro Manuel Marrero Cruz presentó a los trabajadores del sector como personas «consagradas» que seguirán «dando el máximo por el pueblo cubano».

También depositó esperanzas en recuperar la atención primaria como base del sistema.

En 2018,una investigación de DIARIO DE CUBAsobre el sector de la salud en la Isla y su exportación a varios países reveló que, si en el año 2010 los médicos destinados en los Consultorios de la Familia llegaron en Cuba a ser 36.478, en 2017 solo quedaban 13.131; es decir, una reducción del 64% en menos de una década.

Asimismo, destapó que en un año como 2017, en el que el Gobierno obtuvo 11.379 millones de dólares por la exportación de servicios, tan solo el equivalente a 428 millones se habría destinado a los gastos de salud pública y asistencia social.

 

 

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