Israel disolverá el Parlamento e irá a elecciones; titular de Exteriores será nuevo primer ministro
El actual primer ministro israelí, Naftali Bennett, junto al titular de Exteriores, Yair Lapid, anunciaron este lunes que presentarán una propuesta de disolución del Parlamento con le objetivo de convocar nuevas elecciones. Mientras tanto, Lapid asumirá el cargo de primer ministro.
Israel irá a las urnas por quinta vez en poco más de tres años. Este lunes, el primer ministro israelí, Naftali Bennett y su ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, anunciaron que pasarán un proyecto de ley para disolver el Parlamento con el fin de buscar una nueva elección. Mientras tanto, Lapid asumirá el rol de primer ministro, según informaron a través de un comunicado.
Luego que Lapid asuma el cargo, se espera que la próxima semana haya una votación en el Legislativo sobre la disolución del Parlamento y los futuros comicios. Bennet y Lapid han conformado una alianza clave desde junio de 2021, formando una coalición, luego de años de estancamiento político y la finalización del mandato de Benjamin Netanyahu, quien estuvo en el poder por 11 años.
Esta alianza se formó luego de una coalición de ocho partidos, incluyendo un partido árabe. Sin embargo, esta alianza fue frágil desde el inicio, teniendo una mayoría parlamentaria dividida por cuestiones políticas, como el conflicto palestino-israelí y asuntos de Estado y religión, teniendo una importante pérdida de la coalición.
Con este nuevo anuncio, se evidencia una inestabilidad política en Israel: el primer ministro Naftali Bennett, quien acaba de cumplir un año en el poder, perdió su mayoría parlamentaria; Israel realizará las quintas elecciones en tres años y las coaliciones, que parecían mantener una heterogeneidad política, se han desintegrado.
Sin mayoría parlamentaria
El pasado miércoles, Bennett perdió su mayoría parlamentaria tras una oleada de renuncias, especialmente la de la diputada de derecha, Idit Silman, quien anunció su unión al partido ultraconservador Likud, dirigido por el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, despojando a su gobierno de una mayoría parlamentaria.
En su corto mandato, Bennett, junto a su socio político Lapid, habían logrado consolidar un pacto con las fuerzas opositoras para crear un Ejecutivo fuerte, que culminó con la derrota de Netanyahu en 2021, quien estuvo en el poder por más de una década.
La coalición que había logrado Bennett, estaba conformada por distintas fuerzas ideológicas, incluyendo la Lista Unida Árabe Raam, liderada por Mansour Abbas, que tenía como objetivo principal sacar a Netanyahu del poder.
Sin embargo, el expresidente ha seguido presente en la política israelí y el pasado lunes, el Likud se mostró en desacuerdo frente a una ley para los colonos israelíes que se han instalado en Cisjordania desde 1967, yendo en contra de los principios de Netanyahu, quien se había mostrado su apoyo a la comunidad durante su mandato como primer ministro.
La ley ha estado en el mapa político durante años y jugará un papel fundamental durante los próximos días. Si no es aprobada antes del 1 de julio, colocará a los israelíes en una situación legal similar a la que viven los palestinos en Cisjordania. Los colonos podrían estar sometidos al régimen de ocupación militar y perder ciertos beneficios, como la seguridad social.
Durante su Gobierno, Netanyahu había sido defensor de los colonos, realizando proyectos para mejorar su calidad de vida, como la construcción de viviendas e incluso, propuso anexionar 30% del territorio de Cisjordania a Israel. Sin embargo, la ley, que es clave en Israel, ha sido vista como una estrategia política para desintegrar las coaliciones conformadas por Bennett y causar inestabilidad en su Gobierno, como sucedió recientemente.
Por su parte, mediante un comunicado junto con Bennett, Lapid anunció que no esperará a realizar unas nuevas elecciones para abordar los desafíos que enfrenta el país: “Necesitamos abordar el costo de la vida, emprender la campaña contra Irán, Hamás y Hezbolá, y oponernos a las fuerzas que amenazan con convertir a Israel en un país no democrático”.
Tres años de elecciones e incertidumbres
Desde 2019, Israel lucha por encontrar una estabilidad política y las elecciones han sido vistas como la manera de alcanzarla. En abril de ese año, las votaciones no lograron dar una mayoría a Netanyahu y fue imposible conformar un poder Ejecutivo. En mayo de ese año, se disolvió el Parlamento.
El Gobierno citó a unas nuevas elecciones y en septiembre de 2019, Netanyahu logró una mayoría pero no logró conformar un Ejecutivo estable, obligando al Parlamento a designar a un candidato para primer ministro y evitar una nueva nueva jornada electoral.
Para marzo de 2020, Israel celebró nuevamente unas elecciones legislativas, las terceras en un corto periodo de tiempo. A pesar de las acusaciones de corrupción que enfrentaba el entonces primer ministro Netanyahu, obtuvo la victoria pero sin una mayoría. Así, firmó un acuerdo de investidura para rotarse el poder con el centrista Beny Gantz, con quien alternaría el poder durante tres años.
La estrategia no funcionó. En diciembre del 2020, el Parlamento se disolvió nuevamente y se citó a elecciones en marzo del 2021, teniendo un resultado muy similar. Netanyahu obtuvo la victoria pero tuvo que volver a realizar un pacto de alternancia de poder.
Tras la inestabilidad que representan estos procesos, el presidente Reuvén Rivlin designó a Yair Lapid como nuevo primer ministro el 5 de mayo del 2021, quien llegó a un acuerdo con Naftali Bennett para ocupar el cargo la primera mitad del periodo y luego rotarlo.
De esta manera, el Gobierno de coalición, conformado por ocho partidos, fue ratificado por el Parlamento en junio de 2021 con 60 votos a favor, 59 en contra y una abstención.
Con el reciente anuncio de Bennett y Lapid se esperará cuál será el futuro político de Israel y si se logre llegar a un acuerdo que finalmente logre darle estabilidad al país.