Todos los venezolanos los conocemos. En consecuencia no gastaremos palabras para describir lo que está sobre diagnosticado. Repetir y repetir hasta el infinito no es suficiente para resolverlos, ni siquiera parcialmente. El hecho cierto es que el país está muy mal y contrariamente a la imagen que se quiere crear, camina hacia peor. Lo artificial, aunque pueda servir para empañar la mirada de algunos, no es útil para lograr el cambio radical que se necesita en esta hora dramática para nosotros, para el continente y para el mundo entero.
En esta oportunidad insistiré en la necesidad de reivindicar a la Política con P mayúscula. Sin ella será imposible alcanzar el objetivo. Por supuesto que son los activistas políticos partidistas quienes deberían ser los primeros en entenderlo, pero también dirigentes de la vida económica, social y hasta militar y religiosa tienen que asumir responsabilidades concretas e inmediatas. La Política no es solamente vida partidista. Está en todo.
Mencionaremos con especial atención lo relativo a la educación. La primaria, la secundaria y los niveles superiores son un verdadero desastre. El deterioro humano y material, es decir de los docentes y la planta física de las respectivas instituciones, está en el peor momento de toda la historia contemporánea. Quizás me quedo corto en cuanto a la retrospectiva histórica, pero lo que tenemos actualmente da pena propia y ajena.
Con lo afirmado no quiero decir que antes de este “socialismo del siglo XXI” todo era perfecto, Lejos de serlo, pero existía la voluntad y el esfuerzo para mejorar progresivamente como en efecto se hizo a lo largo de cuarenta años.
La descapitalización humana a nivel docente en todos los niveles es impresionante. La migración hacia otros países está alimentada, en buena parte, por las oportunidades que se les abren mientras que aquí se reducen al mínimo. Esto es válido para todos los sectores y, especialmente, para la abandonada juventud y el desmoronamiento entero de muchas familias producto de la crisis.
Tengo la convicción de que Venezuela tiene proyectos, ideas y programas concretos para superar toda la situación actual. También la gente, dentro y fuera del país capaz de ejecutarlos. Pero también, cada día me convenzo más de la imposibilidad de lograrlo mientras el régimen actual se mantenga en el poder.
Para avanzar exitosamente tenemos que hacer realidad el primero de los propósitos de la Asamblea Nacional electa en el 2015: el cese de la usurpación. Luego sin pérdida de tiempo todo lo demás, que llevara a la refundación de la República como sabiamente lo planteara la Conferencia Episcopal Venezolana desde hace un año exactamente.
Hay varios caminos. La posibilidad de una Constituyente es uno de ellos. Lo electoral, sus características y momentos es otro. Por favor, discutamos en serio y sobre todo, actuemos por la liberación nacional.
@osalpaz
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