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Biden renuncia al discurso unificador y se mete en campaña contra el ‘trumpismo’

El líder demócrata afirmó que el movimiento político a favor del expresidente amenaza «los pilares de la democracia»

La noche de mediados de noviembre de 2020 en la que Joe Biden se proclamó ganador de las elección presidencial y la mañana fría de enero de 2021 en la que juró su cargo en la escalinata del Capitolio, el presidente de EE.UU. centró su mensaje en llamar a la unidad. El país estaba partido por la mitad, con un Congreso y una sociedad cada vez más polarizados, después de la presidencia turbulenta de Donald Trump, rematada con su campaña contra los resultados electorales y el asalto al Capitolio.

Tras más de año y medio de mandato, Biden confirmó su cambio de rumbo la noche del jueves en un discurso a la nación televisado en horario de máxima audiencia: la unidad -un objetivo imposible ante el dominio de Trump del partido republicano y su popularidad en amplias bases electorales- ya no es el objetivo; el objetivo es combatir el ‘trumpismo’.

Biden defendió que el movimiento creado por el multimillonario neoyorquino, los ‘republicanos MAGA‘, en referencia a ‘Make America Great Again’ (‘Hacer grande a EE.UU. otra vez’), son el «extremismo que amenaza a los pilares de nuestra república». Ante la persistencia del relato de Trump -sin soporte de tribunales ni autoridades- sobre el ‘robo’ electoral, su impulso de candidatos que se adscriben a ese dogma, el episodio bochornoso y trágico del Capitolio, o el aumento de las amenazas a autoridades, el presidente defendió que «los republicanos MAGA están decididos a destrozar la democracia».

En un intento por mantener esa visión unificadora, Biden aseguró que no todos los republicanos, «ni siquiera una mayoría de ellos», son republicanos MAGA. Algo que no cuadra bien con los niveles de popularidad de Trump entre ese electorado, con las encuestas sobre su preferencia para candidato a la presidencia en 2024 o con los resultados de las primarias de este año, donde los candidatos que él ha apoyado se han impuesto de manera mayoritaria. Incluso el propio Biden deshizo su argumento: «No hay duda de que el partido republicano de hoy está dominado, conducido e intimidado por Donald Trump y los republicanos MAGA».

Acusaciones y críticas

La respuesta inmediata de los republicanos fue acusarle de un discurso de odio, que pone la diana en «la mitad del país». Era imposible no acordarse de Hillary Clinton, la perdedora frente a Trump en 2016, cuando en la campaña dijo que la mitad de los ‘trumpistas’ cabían en lo que ella llamó «una cesta de deplorables», uno de sus grandes traspiés aquella elección.

Para muchos en EE.UU., la advertencia de Biden sobre el riesgo que corre la democracia y sobre la amenaza que supone el ‘trumpismo’ está justificada. Pero el presidente no se libró de críticas, algunas de círculos mediáticos, sobre el momento, el lugar y el montaje del discurso.

No se puede obviar que Biden dio su discurso a poco más de dos meses de las elecciones legislativas, en las que los demócratas se juegan sus mayorías por la mínima en el Congreso, y donde las encuestas les colocan en mal lugar. Estos discursos a la nación han sido históricamente utilizados para anunciar grandes planes o dirigirse al país en medio de un ataque, una tragedia o una guerra. Este mensaje podía haber sido esta semana o hace cinco meses o un año. «Votad, votad, votad», dijo a los estadounidenses con los grandes canales de televisión en directo.

Biden habló desde el Independence Hall de Filadelfia, la cuna de la democracia estadounidense, donde se debatió y redactó su Constitución. Hay quien considera que eso es un uso partidista de los símbolos (algo que ya hizo Trump en el memorial a Lincoln en Washington o en el Monte Rushmore). Pero fue todavía más criticado porque, en segundo plano, le escoltaban dos miembros uniformados del Cuerpo de Marines.

«Necesitamos asegurarnos que el Ejército queda fuera de la política siempre que sea posible y no está bien que un demócrata utilice el Ejército como herramienta política, ni tampoco que loa haga un republicano», criticó en la CNN Allison Jaslow, que fue directora ejecutiva del Comité de Campaña Demócrata para el Congreso.

La presencia de los marines sirvió a Trump y a sus aliados para lanzar ataques desorbitados contra Biden. El expresidente aseguró en su red social, Truth Social, que Biden «amenazó a EE.UU., incluido el posible uso de la fuerza militar».

Unidad contra Trump

Uno de sus grandes aliados en los medios es el presentador de Fox News Tucker Carlson, el presentador del programa político con más audiencia en el país. Carlson aprovechó esa imagen y el reciente registro a la mansión de Trump en Florida para decir que Biden y los demócratas «están implicadlo al FBI y al Pentágono en esta cacería de la gente que les critique».

El discurso de Biden sí fue unificador en un aspecto que le conviene en clave electoral: el ‘todos contra Trump’ de demócratas, independientes y republicanos moderados. Esa fue la clave de su victoria en 2020: Biden no entusiasmaba a nadie, pero fue visto como un pegamento de varios electorados -incluidas las facciones demócratas, cada vez más distanciadas- frente a la amenaza de cuatro años más de Trump.

Y esa es la esperanza y la intención del presidente para las elecciones de este otoño, que impulsó con su discurso: que la cita con las urnas no sea un referéndum sobre su labor como presidente -inflación, persistencia de la pandemia, bochorno en Afganistán- sino sobre la posibilidad de que el ‘trumpismo’ gane poder.

 

 

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