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Se desata la represión ante el aumento de las protestas en Cuba por el quinto día de apagón

El régimen usa a cientos de civiles armados con palos para golpear y detener a los manifestantes

Vecinos de la calle Línea, en El Vedado, cerraron la noche del sábado la céntrica avenida para exigir el restablecimiento del servicio de electricidad. (14ymedio) Vecinos de la calle Línea, en El Vedado, cerraron la noche del sábado la céntrica avenida para exigir el restablecimiento del servicio de electricidad. (14ymedio)

 

Con la movilización de efectivos policiales, agentes de la Seguridad del Estado vestidos de civil y reclutas del servicio militar armados de palos respondieron la noche de este sábado las autoridades a las protestas populares en el quinto día sin electricidad en varios municipios de La Habana. Los cacerolazos y las barricadas cerrando las calles y avenidas marcaron la jornada.

En la calle Línea, en El Vedado, los vecinos cerraron la céntrica avenida en la intersección con la calle F y en la senda por donde transitan los vehículos para incorporarse al Malecón. Bloquearon el tráfico con latones de basuras volteados, ramas de árboles que cayeron con los vientos del huracán Ian, que azotó la Isla el pasado martes, y otros objetos.

Un cordón humano se interpuso también en la vía, que estaba iluminada con el alumbrado público aunque las viviendas alrededor seguían sin servicio eléctrico, y coreó consignas como «¡Libertad!», «¡Pongan la corriente!» y «¡Pongan la luz!», un reclamo que fue respondido un rato después con la llegada de ómnibus y camiones repletos de tropa de choque vestida de civil para contrarrestar a los manifestantes, según pudo confirmar un reportero de 14ymedio en el lugar de los hechos.

«Han llegado en microbuses, camiones y guaguas y se les veía que eran segurosos por la bravuconería que mostraban», comentó a este diario un vecino de la zona. Las personas que bloqueaban el paso de los vehículos se retiraron hacia sus casas con la llegada de las tropas oficiales, que comenzaron a desplegarse por toda la calle y las vías aledañas en actitud amenazante.

«Parece que están esperando a Criminalística para tomar las huellas que la gente pudo haber dejado en los latones de basura que pusieron en la calle, pero eso es para intimidar», detalló otra vecina. «Pero aquí la gente ya perdió el miedo, la gente ya aprendió que si no protesta no la respetan».

El lugar estaba completamente tomado por la Seguridad del Estado y el operativo era incluso mayor al desplegado en esa zona tras las protestas populares del 11 de julio de 2021. «Lo más interesante es que los únicos que están con uniforme son los jefes, hay incluso algunos con tres estrellas en el uniforme, en sus típicos carros cerrados, todos están parqueados en las esquinas», advirtió la mujer.

A dos cuadras de distancia también había dos guaguas llenas de represores vestidos de civil. «Cuando llegaron la gente que estaba en la calle tocando el caldero se mandó a correr en medio de la oscuridad y no la pudieron agarrar. Llegaron con dos camiones jaula. Es desproporcionado lo que han traído para reprimir porque entre los que protestaban había muchos viejitos y menores de edad».

Este periódico comprobó que varios de los jefes vestidos de uniforme miraban en sus móviles los videos de la protesta en la calle Línea con el objetivo de localizar los lugares donde había sido más fuerte y tratar de identificar a los participantes. Varios de ellos estaban revisando en Facebook las transmisiones de la manifestación y el cierre de la avenida y guiándose por esas imágenes para desplegar el operativo de agentes vestidos de civil.

En la avenida 31, del municipio de Playa, por segunda noche consecutiva también ocurrieron protestas. En un video publicado en redes sociales se ve a decenas de personas avanzar por la vía y hacer retroceder a los vehículos que intentan atravesar la multitud. Desde las casas vecinas se escuchan a familias completas tocar las cazuelas y lanzar gritos de apoyo a los manifestantes.

La avenida 41, también en el municipio de Playa -uno de los más afectados en La Habana por los cortes eléctricos- fue el escenario este sábado de otra protesta popular muy similar a la que protagonizaron sus vecinos el pasado viernes. Los manifestantes hicieron un coro al grito de «¡Libertad!» y llenaron la avenida a partir de la esquina con las calles 42 y 44.

Varios de los vecinos confirmaron a este diario que volvieron a ver desplegados jóvenes reclutas del Servicio Militar, vestidos de civil y con palos en las manos, un grupo de enfrentamiento a las protestas que también fue reportado la noche anterior y confirmado por familiares y amigos de estos soldados, quienes fueron llevados en camiones y ómnibus desde sus unidades militares.

En Nuevo Vedado, un cacerolazo hizo retumbar las cercanías de los ministerios de la Agricultura y de Transporte, donde varios edificios altos permanecían sin electricidad la noche de este sábado en su quinta jornada tras el paso del huracán. Justo después de que sonara el cañonazo de las nueve de la noche, se comenzó a escuchar el toque de cazuelas que se extendió por más de dos horas.

Los vecinos de la zona, conformada mayoritariamente por edificios de más de diez pisos, sufrieron no solo la falta de suministro eléctrico sino también las dificultades para acarrear agua hacia las plantas más altas a través de las escaleras. Durante el cacerolazo se repitieron también gritos de reclamo por el regreso del servicio energético y de molestia ante la situación económica.

«¡No tengo dinero para comprar comida!», gritó a voz en cuello una vecina de un bloque de doce plantas en la calle Santa Ana entre Estancia y Factor. «¡Estoy recién operada y tengo a mi hija con dengue en la casa y no tenemos nada que comer!», añadió. La mujer se quejó de que ninguna entidad estatal la había auxiliado en esa situación y concluyó su discurso subrayando: «¡A la Revolución me la paso por el bollo!»

«Niño que no llora no mama», advirtió a 14ymedio otro vecino del edificio conocido por las siglas ICRT (un inmueble construido en los años 80 por una microbrigada del Instituto Cubano de Radio y Televisión). «Llevamos cinco días sin corriente porque en este barrio la gente no ha salido a protestar como en otros, ya va siendo hora de que despertemos porque toda La Habana va a tener luz menos nosotros».

«Este es un barrio donde hay muchos oficialistas, muchos funcionarios y muchos oportunistas», explicó a este diario el mismo hombre. «La gente tiene miedo de señalarse pero el cacerolazo tiene la ventaja de que se puede hacer desde dentro de la casa y queda más anónimo. Algo es algo para empezar».

El cacerolazo en Nuevo Vedado se extendió a otras zonas cercanas que también permanecían a oscuras, como parte del municipio de Cerro y las proximidades de Puentes Grandes. Cerca de las cuatro de la madrugada de este domingo se restableció el servicio eléctrico en la zona alrededor de los Ministerios de Agricultura y Transporte.

Los reporteros de este diario también han recibido reportes de protestas en Bauta, municipio de la provincia de Artemisa. Además en Santiago de Las Vegas, Palatino, la barriada de El Globo y Guanabacoa, en La Habana. En este último las manifestaciones populares incluyeron la quema de basura y otros objetos en medio de la vía pública, unas escenas muy similares a las que protagonizaron cientos de vecinos de la zona también el pasado sábado.

Algunos usuarios de Twitter reportan el arresto de al menos cuatro jóvenes manifestantes en Línea, cuando parecía que la protesta había terminado.

 

 

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