Aveledo: La vida de los periodistas
El derecho a la información tiene dos caras, una es que podamos informar y otra estar informados. Para hacer saber lo que nos pasa y lo que ocurre en nuestras comunidades, así como para enterarnos de los acontecimientos aquí y en todas partes, cerquita o lejos, todos necesitamos medios que nos informen y periodistas que busquen esa información, la procesen y nos la presenten. No es cuestión de tendencias políticas o ideológicas, cada uno tiene derecho a la suya. La credibilidad de cada medio o cada comunicador la marca la verdad. Quien nos miente, tarde o temprano es descubierto y ya no le creemos más. Pero informar es un oficio de alto riesgo.
Para la UNESCO, “En todo el mundo los periodistas son víctimas del acoso, el encarcelamiento, la violencia, o la muerte, simplemente por hacer su trabajo”. De 2016 a 2020 estima esa organización internacional del sistema de Naciones Unidas, hubo cuatrocientos asesinatos de periodistas. La cifra es, sin embargo, “un descenso con relación al quinquenio anterior”.
Naciones Unidas ha declarado el 2 de noviembre como el Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas. En los últimos catorce años, mil doscientos periodistas han sido asesinados por cumplir con su trabajo de informar. Nueve de cada diez de esos asesinatos han quedado impunes. Si bien la tasa de crímenes ha disminuido en los cinco años más recientes, una buena noticia, la impunidad promedio se mantiene.
En México el número de periodistas asesinados desde 2006 conmueve al más indiferente. Ha ocurrido bajo las presidencias de Calderón, Peña Nieto y López Obrador. Tanto llama la atención internacional el caso que la UNESCO junto con las autoridades de ese país hermano, organizaron un seminario internacional con este motivo en 2019. Informa Reporteros sin Fronteras que desde 2018 van treinta y seis. Pero la cosa no mejora. En 2022 hasta agosto iban catorce periodistas muertos violentamente, diez de ellos por motivos directamente relacionados con su trabajo, más que en Ucrania y que en Yemen. De esos diez, ocho habían recibido amenazas.
La vida de los periodistas cuenta, no solo para ellos y sus familias, sino para todos. Estar bien informados es de primera necesidad ¿Quién puede dudarlo? Este Día Internacional declarado por la ONU debe ser un alerta constante a nuestras conciencias, para nunca olvidar esos hechos trágicos, para nunca acostumbrarnos a ellos como humanidad.