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Biden aboga por «evitar el conflicto» en su primera reunión en persona con Xi Jinping

En su mayor momento de hostilidad, los presidentes de EE.UU. y China se encuentran en Bali antes del inicio de la cumbre del G-20

Han tenido que pasar casi tres años, y una pandemia, para que los dos hombres más poderosos del mundo se vean cara a cara, sin mascarilla ni una pantalla entre ellos. En un encuentro esperado por todo el planeta, los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, se han reunido este martes en Bali, donde mañana y el miércoles se celebra la cumbre del G-20.

Aprovechando su asistencia, ambos han podido charlar en persona por primera vez desde que Biden fuera investido presidente de EE.UU. allá por enero de 2020. En China acababa de estallar entonces la pandemia del coronavirus y, por una prevención obsesiva, Xi ha estado más de dos años encerrado en su país. Tras semanas después de perpetuarse en el poder durante el XX Congreso del Partido Comunista, vuelve a la escena internacional acudiendo a este foro que congrega a los países más avanzados con las potencias emergentes en vías de desarrollo.

Nueva ‘Guerra Fría’

Su encuentro tiene lugar en el peor momento de las relaciones diplomáticas entre las dos superpotencias, con una hostilidad económica y política que ha desembocado en una nueva ‘Guerra Fría’. Simbolizando el conflicto entre la potencia hegemónica del último siglo, EE.UU., y la emergente del próximo, China, Biden ha acudido al encuentro con Xi en el Hotel Mulia de Nusa Dua, el imponente complejo de hoteles de lujo donde se celebra esta cumbre del G-20.

Mientras Xi le esperaba ante las banderas de ambos países, Biden ha entrado en la sala con sus andares de anciano y el brazo extendido para estrecharle la mano. Sin mascarilla, ambos han sonreído ante las cámaras y luego se han sumado a sus delegaciones en una sala de reuniones. Con bastante distancia de separación entre ellos y todos con mascarilla, salvo Biden y Xi, se han dado los habituales parabienes en los primeros minutos del encuentro, abiertos a los medios.

«La última vez que nos reunimos fue en el Foro de Davos de 2017, hace ya cinco años. Durante este tiempo hemos visto unos cambios tan grandes como nunca antes. El mundo espera que China y EE.UU. manejen de forma apropiada su relación», le ha dado la bienvenida Xi, quien ha confiado en mantener un «intercambio de opiniones sincero y en profundidad de asuntos estratégicos de mutuo interés».

Marcar el rumbo correcto

Reconociendo el mal momento entre ambos países, Xi ha admitido que «la situación en que se encuentran las relaciones sino-estadounidenses no se corresponde con los intereses fundamentales de ambos países y pueblos, ni concuerda con las expectativas de la comunidad internacional». Por ese motivo, y apelando a Biden a que son «líderes de dos grandes países», el presidente chino ha abogado por «marcar el rumbo correcto para las relaciones bilaterales, encontrar la dirección adecuada para nuestra relación y elevarla. Un estadista debe pensar no solo el rumbo del desarrollo de su propio país, sino también la manera de tratarse con otras naciones y el mundo».

Aunque Xi Jinping ha recordado que ambos han estado en contacto por videoconferencia durante todo este tiempo, también ha reconocido que dichas comunicaciones «no pueden reemplazar a los encuentros en persona». Además de señalar que «nuestro encuentro de hoy es muy seguido por todo el mundo», ha instado a Biden a «trabajar junto con todos los países para traer mayor esperanza a la paz mundial, más confianza en la estabilidad global e impulso más fuerte al desarrollo común». Interpelándolo directamente, se ha mostrado dispuesto «a trabajar junto a usted para reencauzar los lazos sino-estadounidenses a la vía del desarrollo sano y estable, en beneficio de ambos países y del mundo».

Por su parte, el presidente de EE.UU. ha destacado la importancia de «evitar el conflicto» con China. Coincidiendo con Xi en que había «poca sustitución» para las conversaciones cara a cara, se ha «comprometido a mantener abiertas las líneas de comunicaciones entre nosotros personalmente», para que sus dos gobiernos puedan «trabajar juntos en asuntos globales urgentes» como el cambio climático y la inseguridad. Haciéndose eco de las palabras de Xi, ha asegurado que el mundo «espera» que EE.UU. y China trabajen juntas.

Antes de que el encuentro pasara a ser a puerta cerrada, Biden declaró que «compartimos la responsabilidad de demostrar que China y EE.UU. podemos manejar nuestras diferencias, impedir que la competición se convierta nunca en algo parecido al conflicto y encontrar modos de trabajar juntos en asuntos globales que requieren nuestra mutua cooperación».

 

 

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