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Periscopio La Habana: Cuba ¿Elecciones o selecciones?

La fantasia de un dictador es la dictadura totalitaria, es decir aquella en qué no solo impera su voluntad sobre los hombres, ya no tan libres, sino que también les impone una conciencia, un razonamiento del mundo, una cultura servil. Estás dictaduras terminan creando formas de control de la conciencia de cada individuo.

 

Este es el tipo de gobierno que ha existido en Cuba por los últimos 46 años y bajo él nos hemos formado cerca de 4 generaciones de cubanos. Llegar a consolidar el poder totalitario le tomó a Fidel Castro otros 17 años que van desde 1959 hasta 1976. Durante este periodo perdieron la vida cerca de 8 mil cubanos, la mayoría de ellos fusilados. Así quedó nuestra sociedad sin líderes, sin una vanguardia que ofreciera ideas alternativas a las de Castro.

 

De esta manera aprueba Fidel su Constitución de 1976 y crea el llamado Poder Popular, que es la forma de organización del Gobierno a través de la cual el Partido Comunista organiza, controla y supervisa la vida de los cubanos.

 

El pasado 27 de noviembre fueron las elecciones al Poder Popular en Cuba. Un proceso dirigido, desde la luz y la oscuridad, por el Partido Comunista y para lo que se vale de los órganos de Seguridad del Estado, las organizaciones de masas (organizaciones paragubernamentales) y el propio Partido. Dicho de esta manera podemos asegurar que en Cuba no se hacen elecciones sino selecciones. El Partido Comunista (único partido legal en Cuba) selecciona quiénes van a ser los líderes electos, prepara la proposición y el apoyo necesario usando todo los mecanismos creados para estos fines.

 

En esta suerte de apuesta arreglada hemos vivido los cubanos sin más arma para defendernos que la apatía. O sea la no participación de estos procesos supuestamente democráticos. Desde las votaciones por la aprobación de la Constitución de 2019 el movimiento constitucionalista ha venido promoviendo la ausencia a las urnas, o sea no votar. Porque en dictadura no sé vota.

 

Es de señalar cómo en 2019 cuando se votó la falsa Constitución, hubo cerca de un 12% que no asistió a las urnas. Ese 12% unido a los que votaron en contra de que se aprobara aquella Constitución, y las boletas que por diferentes razones fueron anuladas, llegó a sumar cerca de un 28% del total de personas con derecho al sufragio. Después de tres años, en las elecciones del pasado día 27, ese porcentaje de enemigos del Gobierno pasó a ser más de un 50% del total de electores.

 

La nación cubana da la espalda al poder, desobedece cada vez más. El pueblo se orienta más hacia su Constitución Soberana y se niega a participar de ese sistema ilegitimo de gobierno.

 

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