El 2022 no ha sido el mejor año de nuestro planeta; eso es un hecho que no necesita demostración.  La devastadora crisis en Ucrania ha traído consigo un tiempo incierto, violento e inhóspito como pocas veces.  Sin embargo, es tiempo de dejar esos recuerdos atrás y pensar en un 2023 sanador, reparador, de evolución transformadora y positiva, con promesas de progreso personal y general que derroten las ansiedades y los miedos presentes. 

Nuestra vida es una perenne mediación entre un pasado a menudo nostálgico, un presente que nos pide prioridades a veces abrumadoras, y un futuro siempre con desafíos, pero también con metas potencialmente enriquecedoras y provechosas.

En América 2.1 deseamos que el 2023 nos traiga impulsos renovadores de esperanzas personales y compartidas.

Como ya es costumbre en América 2.1 -todos nosotros amantes de los adorables canes- colocamos nuestra foto navideña canina (por ejemplo, un cachorro beagle, como el de la foto) al que este año le agregamos de nuevo, en espíritu pluralista, un gatico. Lo hemos hecho en el pasado, lo seguiremos haciendo en el futuro.

Finalmente, repetimos otro de nuestros hábitos en nuestro mensaje de Navidad: la hermosa versión de la cantautora irlandesa Enya de «Adeste Fideles» ese tradicional himno, con texto latino «Adeste fideles laeti triumphantes…» (Acudid fieles, alegres y triunfantes..).