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La educación sobre el tapete, educadores a la calle

 

Reza un proverbio chino: «Si quieres calmar el hambre por un día regala un plato de comida, pero si quieres erradicar el hambre y la pobreza educa al pueblo». En nuestro país, las políticas gubernamentales en materia educativa sumergen a una gran mayoría de la población en el atraso y la pobreza y van a contravía de este principio sapiencial, que confirma que la ruta más adecuada para superar la pobreza y reducir la desigualdad es la educación.

Los resultados de la más reciente Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) estiman en millón y medio el volumen de niños, niñas y adolescentes que permanecieron fuera del sistema educativo en el período 2021-2022 1.

Con el encogimiento del Estado en nuestro país, el modelo económico que se está imponiendo está aumentando abismalmente la brecha de desigualdad socioeconómica y, peor aún, el deterioro del sistema educativo -con indicadores alarmantes de exclusión escolar- indica que no se trata sólo de una desigualdad superable con medidas económicas sensatas y justas, sino que estamos ante una desigualdad sociocultural que implica un daño antropológico, hecho más estructural, lo que los obispos reunidos en la Conferencia de Medellín (1968) señalaron sociológicamente como «violencia institucional» y teológicamente como «pecado estructural», porque niega el acceso a los derechos más fundamentales a la mayoría de la población.

El deslave educativo es sistémico: deterioro y desinversión en infraestructura; exclusión escolar; desactualización y rezago en el modelo educativo respecto a la educación global, y el dramático deterioro de las condiciones de vida de los docentes, razón por la cual el año 2023 se inicia con una ola de protestas, en todo el país, por el derecho a la educación de las mayorías y a un salario justo para los educadores, que les permita cubrir sus necesidades básicas. Recordemos que, hace una semana, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) señaló que, en diciembre, la Canasta Alimentaria para una familia de cinco personas alcanzó los 371 dólares en Venezuela, mientras el salario del docente no llega a un dólar por día, indicador de pobreza extrema 2.

En este comienzo de año y en el contexto del Día del Maestro, que se celebra en Venezuela cada 15 de enero, las protestas que han sacudido distintas ciudades del territorio nacional han sido masivas y han mostrado capacidad organizativa y musculatura para la movilización. Como en los viejos tiempos, pareciera que los educadores y las comunidades educativas rompen el miedo a la represión y se posicionan como una fuerza social que reivindica el derecho a vivir en condiciones justas y dignas.

Sigamos el ejemplo de los trabajadores de la enseñanza, que han decidido quedarse y luchar por una Venezuela justa, digna y fraterna. Porque sin docentes no hay escuelas y sin escuelas no hay país. Y el país somos todos. Nos toca, en esta hora, escuchar el texto evangélico que la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha elegido para esta hora que vivimos: “En nombre de Jesús Nazareno, levántate y camina… y de un salto, se puso de pie y caminó” (Hechos, 3, 6b. 8a). Dios bendiga a todos los venezolanos para que demos el salto y caminemos hacia una Venezuela para todos, sin exclusión.-

 

Boletín del Centro Arquidiocesano Monseñor Arias Blanco
6 al 12 de enero de 2023/ N
° 169
*Foto: Tal Cual
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