LA HABANA, Cuba.- El gran éxodo de atletas que ha sufrido el deporte cubano en los últimos tiempos, particularmente en el béisbol, sin dudas ha influido en los bajos rendimientos exhibidos por los representantes de la Isla en los eventos internacionales.
Este año 2023 se presenta cargado de importantes competencias que pondrán a prueba la calidad de los atletas cubanos. Tendremos los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador, y los Panamericanos de Santiago de Chile. En el caso del béisbol, a las competencias anteriores se agregan la inminente Serie del Caribe, y el V Clásico Mundial. Ello explica el esfuerzo de las autoridades deportivas por minimizar el referido éxodo de sus deportistas.
Es en ese contexto que se acaba de dar a conocer el equipo cubano que participará en la quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol, que tendrá lugar en países de Asia y América. Cuba jugará la fase inicial en China Taipei, y en caso de quedar en los dos primeros lugares clasificará para la segunda fase que será en Japón. Si el equipo cubano sale airoso en esta nueva fase, entonces lidiará en la final a celebrarse en la ciudad de Miami.
Con vistas a tratar de revertir las pésimas actuaciones del béisbol cubano en años recientes, incluyendo los tres últimos Clásicos, los federativos de la Isla han llamado a un grupo de peloteros cubanos que se desempeñan en el exterior, incluyendo a varios que juegan en las Grandes Ligas de Estados Unidos, además de algunos que actúan en Japón, y en otras ligas de nuestro continente.
Al margen de la fortaleza que las referidas inclusiones le puedan otorgar al equipo de la Mayor de las Antillas, se advierte que los mandamases del béisbol cubano, que ya piensan en la presencia de su equipo en la final de Miami, al integrar la selección con una mayoritaria presencia de peloteros que juegan habitualmente en el exterior, aspiran a lograr otro objetivo muy importante para ellos: evitar o minimizar las deserciones.
Solo dos peloteros que integran la nómina de 30 jugadores al Clásico no se han desempeñado en ligas foráneas. Se trata del receptor Andrys Pérez y el jugador de cuadro Luis Vicente Mateo. En cambio, quedaron fuera dos jóvenes figuras que muy bien podrían aspirar a probar fuerzas al más alto nivel de la pelota mundial: el industrialista Oscar Valdés y el tunero Rafael Viñales.
Las autoridades deportivas cubanas lamentan que los peloteros que integran la nómina del equipo Cuba, y que residen en Estados Unidos, solo podrán incorporarse al colectivo tres días antes del comienzo de la competencia. Con independencia de cualquier otra consideración, hay que tener presente la extrema politización con que transcurre el deporte en Cuba, lo que podría no ser del agrado de deportistas que defenderán los colores de su país natal, pero que no necesariamente deban simpatizar con el régimen castrista.
No olvidar, por ejemplo, dos charlas recientes que en el propio escenario donde se prepara el equipo cubano, el estadio Latinoamericano, han brindado los miembros del Buró Político del gobernante Partido Comunista, Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Evidentemente, solo adoctrinamiento ideológico pudieron haberles transmitido estos personajes a los peloteros.
No obstante el bregar de los federativos cubanos por que no ocurran nuevas deserciones, no se excluye la posibilidad de que, en caso de clasificar para la fase final, algún que otro pelotero cubano decida romper con el deporte castrista en la ciudad floridana de Miami.