Políticas públicas: Talento y economía creativa
Vivimos en un gran universo interactivo que requiere nuevas políticas públicas digitales
España tiene una oportunidad única de tener voz propia y liderar un mercado digital de contenidos en el ámbito global, siempre que apueste por la suma del talento, la educación y la creatividad. Una oportunidad de ejercer el liderazgo internacional a través de una de nuestras señas de identidad, la creación original, y situarse a la vanguardia de las industrias creativas, del conocimiento y de la comunicación (ICC). Vivimos en un ecosistema conformado, entre otros, por un gran universo digital e interactivo. En este cosmos son necesarias políticas públicas digitales que conjuguen tres pilares: humanismo, talento y tecnología.
Todas las fuerzas políticas tienen que poner el primer cimiento de un pacto de Estado para la creación de un Plan Nacional para el Desarrollo del Mercado Digital de Contenidos al que denominaré Plan Nacional 2030, cuya piedra angular será la construcción y desarrollo de la Agenda de Política Pública Digital de las ICC. Las políticas públicas destinadas a las ICC repercutirán en el patrimonio y el bien común. Deben ser planteadas bajo una mirada participativa y ser declaradas de alto valor estratégico por el Gobierno.
La Agenda debe diseñarse para que su alcance, evolución y evaluación llegue a las próximas generaciones y sin cortoplacismos. Será en la educación donde se deban activar y promover las ayudas para la formación del talento creativo. Una educación que sea referencia para la ciudadanía “nativa digital” y para el aprendizaje digital de generaciones anteriores, donde la portabilidad, la inmediatez y el acceso a millones de obras y fuentes de conocimiento son el nuevo alfabeto. La implantación de esta política debe realizarse desde las escuelas e institutos con programas para la formación del “talento creativo”.
El Plan 2030 que propongo debe articularse inicialmente en torno a las siguientes propuestas:
1. Creación de un Consejo Nacional para el desarrollo de las ICC.
2. Defender la remuneración justa del sector creativo e investigador, y el fortalecimiento de sus derechos (comer para crear, comer para investigar).
3. Neutralidad tecnológica en relación a la distribución de contenidos digitales para que el ciudadano tenga igualdad de oportunidades de acceso.
4. Creación de un agregador público de contenidos para la divulgación de las obras y creaciones del dominio público español.
5. Plataforma online con carácter nacional y autonómico para la distribución y promoción de las obras y producciones de nueva creación.
6. Presencia activa del Gobierno en los nuevos desafíos regulatorios internacionales relativos a la transformación digital.
7. Defensa internacional de la propiedad intelectual e industrial mediante una política pública de impulso nacional e internacional, de los derechos intelectuales y de nuestras marcas y patentes.
8. Impulso del español como bien educativo, económico y cultural tangible internacional.
9. Incentivos fiscales, préstamos ad hoc para la creación y producción digital para los creadores, editores, empresarios, investigadores, productores, etcétera de las ICC. Disminución del IVA cultural tanto en los servicios analógicos como digitales.
10. Creación de un canal digital público para el impulso del flamenco, Patrimonio de la Humanidad, y su divulgación nacional e internacional.
11. Creación del Instituto de las Industrias Creativas, del Conocimiento y la Comunicación Digital.
12. Creación del Instituto Digital del Pop, como referencia de las artes y del “talento creativo”.
El desafío del Plan 2030 será conjugar las oportunidades de crecimiento y de empleo de las ICC en el ecosistema digital. Para ello hay que establecer políticas de convergencia de los sectores tradicionales con los nuevos agentes de la creación. Hemos de pensar en términos de una economía creativa que promueva el desarrollo y el progreso social, laboral, tecnológico y cultural.
En paralelo, hay que actuar, por una parte, en el Mercado Único Digital Europeo de contenidos. Y por otra, impulsar el mercado digital de obras, derechos y contenidos del español y convertirnos en país de referencia, creación y acogida del talento, la investigación y la digitalización de contenidos en Iberoamérica. Es el momento de ganar el mañana, de tutear a la historia desde nuestra intrahistoria y no tener que hablar en el futuro, como decía Antonio Machado, “…de aquella España que pasó y no ha sido”.
José Manuel Gómez Bravo es abogado, especialista en derechos de propiedad intelectual e industrias culturales.