Democracia y Política

Dudas y sospechas detrás de la fractura del bloque de Cristina Kirchner

La nueva bancada peronista disidente no tiene aún un proyecto político en común; incertidumbre por el papel de legisladores que fueron “cristinistas” hasta el día previo a pegar el portazo

Pasado el sacudón político que generó una nueva fractura en un oficialismo que se va deshojando como árbol a medida que avanza el otoño, la ruptura del bloque kirchnerista y el nacimiento de una nueva bancada de peronistas disidentes en el Senado plantea más dudas, y hasta alguna mirada de desconfianza, que certezas.

Más allá de quedarse con el premio para nada despreciable de haberse apropiado de la sortija del quórum, lo que obligará a Cristina Kirchner a negociar cada futura sesión, las preguntas que se hacen en muchos despachos de la Cámara alta son para qué y por qué se armó el bloque Unidad Federal en este momento.

Es que salta a simple vista que la flamante bancada que preside Guillermo Snopek (Jujuy) no tiene, por el momento, un proyecto político en común más allá de la declamada lucha por el federalismo con el que se presentó el nuevo espacio.

Sesión preparatoria en el Senado el 23/2/23. Senado. Además de Vigo, el nuevo bloque de Unidad Federal estará integrado por Edgardo Kueider (Entre Ríos), Guillermo Snopek (Jujuy), Carlos Espínola (Corrientes) y María Eugenia Catalfamo (San Luis)
Sesión preparatoria en el Senado el 23/2/23. Además de Vigo, el nuevo bloque de Unidad Federal estará integrado por Edgardo Kueider (Entre Ríos), Guillermo Snopek (Jujuy), Carlos Espínola (Corrientes) y María Eugenia Catalfamo (San Luis)Fabián Marelli

 

“A estos no los une el amor, pero tampoco el espanto”, comentó, irónico, un senador oficialista cuando este diario lo consultó sobre la nueva estrella en el firmamento de bloques legislativos del Senado. “Estos” son, además de Snopek, los también exoficialistas María Eugenia Catalfamo (San Luis), Carlos Espínola (Corrientes) y Edgardo Kueider (Entre Ríos); a quienes se suma la peronista disidente Alejandra Vigo (Córdoba).

Lo del espanto hace alusión al rechazo a Cristina Kirchner que, aunque suene extraño, no es el denominador común en Unidad Federal.

El correntino Espínola es uno de los pocos que renegó de la segunda etapa kirchnerista y hace rato que juega de líbero: no tiene un gobernador al que responder y en la provincia le supo torcer el brazo al kirchnerismo en la interna peronista. Hoy, no está alineado con ningún dirigente que compita en la pista nacional del PJ.

Siempre crítico de Cristina Kirchner y su modo de hacer política también fue Kueider, quien siempre consideró al kirchnerismo “piantavotos” en su provincia. El entrerriano es un operador político del gobernador Gustavo Bordet, pero su salida del bloque no fue ordenada por el mandatario, que debió salir a aclarar que el gesto de su senador no implicaba una ruptura con la Casa Rosada. El legislador, por su parte, también despejó dudas y dijo que, por ahora, no apoya ningún proyecto presidencial.

La que sí está referenciada en un posible candidato presidencial que podría competir contra el kirchnerismo es la cordobesa Vigoesposa del gobernador Juan Schiaretti. No es la única diferencia con sus nuevos compañeros de bloque: la senadora nunca se sumó al oficialismo y enfrentó desde el primer día que llegó al Senado a Cristina Kirchner.

La leyenda creada en torno a la fundación del nuevo bloque dice que nació de reuniones reservadas entre Schiaretti y su par puntano Alberto Rodríguez Saá.

Sin embargo, la salida de Catalfamo del oficialismo no tiene que ver con el alineamiento con algún proyecto político nacional, sino que está motivada en el despecho de Rodríguez Saá con Cristina Kirchner porque cedió a las presiones de su hermano, el senador Adolfo Rodríguez Saá, para modificar el proyecto de ampliación de la Corte.

Alberto aceptó ser ariete de la vicepresidenta en su embestida contra la Corte y lideró, junto a Axel Kicillof, la presentación del proyecto de ley “de los gobernadores” que llevaba a 25 los jueces de la Corte. Sin embargo, sabedor de que sin su voto la iniciativa no salía del Senado, “El Adolfo” se plantó y pidió cambios. A la vicepresidenta no le quedó otra que aceptarlos y la versión aprobada por la Cámara alta se redujo a 15 miembros. Como contrapartida, se ganó el enojo del gobernador puntano, quien se consideró traicionado por Cristina Kirchner.

Es esta historia de la política doméstica, digna de una novela turca, y el control político que Rodríguez Saá ejerce sobre Catalfamo explica que esta legisladora se haya convertido en una “peronista disidente” cuando, hasta la semana pasada, predicaba su amor y fanatismo por Cristina Kirchner.

MAS SOSPECHAS

Más sospechas aún despierta la presencia del jujeño Snopek como presidente del nuevo bloque peronista disidente. Molestos con su papel, desde la Casa Rosada salieron a descalificarlo, acusándolo de no tener coherencia y de ser impredecible.

En el Senado también se escuchan esas críticas, aunque matizadas por el humor, algo muy típico del interior del país. “Es más raro que perro verde”, lo definió un senador del norte del país. “Nunca sabés si está hablando en serio o en broma”, agrega el legislador, poniéndose serio.

La única certeza sobre Snopek es que su norte político, el combustible que lo mueve desde hace varios años, es el odio que siente por el gobernador Gerardo Morales.

Crítico de la expresidenta, Snopek terminó arrojándose a los brazos de Cristina Kirchner detrás de la promesa de la intervención federal al Poder Judicial de Jujuy, algo que nunca ocurrió. Como parte del proceso de “cristinización”, Snopek se alzó con la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que puso a lo largo de todo el último año a disposición de la embestida de la vicepresidenta contra la justicia y la Corte.

Desde que dejó el bloque oficialista, el jujeño se cuidó bien de no criticar a la vicepresidenta. De hecho, Cristina Kirchner usó la nota en la que Snopek le comunicó los motivos de su partida del Frente de Todos, cargada de críticas a la Casa Rosada, para mostrar en público que la fractura del oficialismo no fue por su culpa, sino por los errores de Alberto Fernández.

No son pocos los que ven en la nota del jujeño la larga mano de la vicepresidenta. “Temo que sea un quintacolumna del kirchnerismo”, le dijo a este diario un operador político de uno de sus compañeros en el nuevo bloque. La misma sospecha deslizaron desde el Gobierno.

Si el nuevo bloque es un caballo de Troya y cuántos infiltrados lleva en su interior es la gran duda que persiste por estos días en el Senado y que se develará en los próximo días.

 

 

Botón volver arriba