Cuba: del peor socialismo al peor capitalismo
Los herederos de Fidel Castro van enterrando la Revolución Cubana y sus 'logros' mientras arman un sistema Frankenstein con pedazos putrefactos de capitalismo de oligarcas y socialismo de verborrea.
Fidel Castro fue un maestro en el arte de prostituir la nación. Subastando al mejor postor la política exterior cubana y su propio mito como coloso del antimperialismo, pudo mantener durante décadas un modelo de economía centralizada absolutamente empobrecedor. Sus herederos, sin embargo, políticamente hablando tienen poco que vender, de ahí que aunque China, Vietnam, Rusia y ya últimamente hasta Venezuela, le sigan riendo las payasadas, la ayuda concreta es poca.
Con Fidel murió parte importantísima del capital político de laRevolución, y el resto, lo han destruido a golpe de cobardía e ineptitud Raúl Castro y sus testaferros, con lo que no les ha quedado más remedio que desarticular el modelo económico centralizado —excelente para oprimir, pero pésimo para producir— para que el país avance, lo que significa, en términos llanos, regresar al capitalismo liberalizando la economía.
Y en eso andanMiguel Díaz-Canely su banda de obesos secuaces cocinados en la Ñico López, desmontando el «socialismo» pasito a pasito, con miedo porque no quieren ser Gorbachov, intentando alcanzar un modelo más equilibrado entre el control económico-social y algo que sea lo suficientemente productivo como para mantener el nivel de miseria socialmente tolerable para un pueblo cautivo y adoctrinado.
La receta para tal equilibrio es la misma que han ensayado todos los regímenes corruptos desde Moscú hasta Nueva Delhi, pasando por El Cairo y todas las cleptocracias que pululan al sur del Río Bravo. Así, en vez de liberalizar verdaderamente la economía —algo que siempre funciona— con la gradualidad que el sentido común aconseja, van «abriendo» por fases, solo cuando tienen listo un esquema para que algunos colaboradores fieles copen los puestos claves del sector liberalizado.
Si vamos un poco atrás cronológicamente, en realidad, lo que intentaron antes de liberalizar fue volver a una tercera moneda, el MLC, para, concentrando en ella el comercio de lo más vital, arrebatar a las mulas el trasiego internacional que tan bien estaba funcionando en manos privadas. El Gobierno se puso goloso con todos esos dólares que se estaban moviendo en un circuito que «no aporta nada al país», según palabras textuales del ministro de Economía… Las maravillas que dijeron que harían con esos dólares ¡iban hasta a revitalizar la industria nacional!… Pero se les fue la luz.
El experimento MLC fue políticamente nefasto, la gente se insultó con los abusivos precios estatales que, para colmo, estaban denominados en una moneda a la que la mayoría no tenía acceso. Además, la típicamente desastrosa administración estatal del negocio, aun cuando era un monopolio, llevó a la ruina estas tiendas que hoy están casi tan desabastecidas como los establecimientos en pesos.
La solución (para la maldad el castrismo es sumamente creativo) fue abrir nuevas tiendas MLC ahora aparentemente privadas —así nadie puede decir que el Estado es carero— entregándolas en administración a agentes del Gobierno en el exterior. Como Hugo Cancio, a quien premian por el buen trabajo de zapa que hace OnCuba —que tiene más filo que Con Filo—, para que se hagamillonario con Katapulkcobrando en MLC o dólares, como siempre a precios de Dubái, productos pagados desde el exterior… para que el obrero cubano no tenga nada de que quejarse.
Claro que estas tiendas —aunque las promocione el mismísimo primer suplente de Díaz-Canel, Gerardo el espía— no son suficientes, así que avanzaron hacia la legalización de lasMIPYMES.
Durante el primer año de legalizadas, el engorroso procedimiento burocrático permitió aprobar solo 6.500 empresas y, por supuesto, ¿quiénes tuvieron el camino expedito para preparar el expediente de aprobación y abrir rápidamente su MIPYME? Exacto, esos mismos que está usted pensando.
Una vez que los apadrinados se posicionaron, con los regalitos de no tener que pagar impuestos durante un año y habérseles aprobado un objeto social amplísimo (actividades autorizadas a la empresa), el Gobierno sorpresivamente cambió de política como si el país no necesitara más MIPYMES, eliminando el estímulo fiscal y ahora obligando a las nuevas empresas a tener un objeto social muchísimo más restringido y justificado.
Hoy, perplejos, los cubanos de a pie atestiguan cómo el Gobierno no importa muchos alimentos de primera necesidad manteniendo las tiendas de los precios estatales vacías, mientras MIPYMES «privadas» —las privilegiadas que tienen el permiso de hacerlo— importan contenedores y contenedores de leche, aceite, pollo, harina, en volúmenes inexplicables bajo un régimen que supuestamente mantiene un monopolio del comercio exterior, y los venden a precio de mercado negro. ¿Alguna duda sobre quienes están detrás de esas MIPYMES?
Ahora acaba de comenzar la fase«liberalizar el transporte». Autorizando la compra mayorista de vehículos de motor a personas jurídicas mediante importadoras estatales, para luego comercializarlos en el país a precio de mercado, se abren los chorros del oro para algunas MIPYMES. ¿Adivinan cuáles? Esas MIPYMES podrán revender carros viejos a precio de BMW último modelo, a unos cubanos a quienes el Gobierno les sigue prohibiendo importar libremente su carro porque… ah sí, por el «bloqueo».
Como vemos, los herederos de Castro van enterrando la Revolución Cubana y sus «logros» —siempre pagados por otros— mientras arman un sistema Frankenstein con pedazos putrefactos de capitalismo de oligarcas y socialismo de verborrea, que quizás sea algo más productivo que la economía centralizada del faraón Fidel, pero en realidad, se está especializando en redistribuir a su favor los dólares que desde Miami envían los rehenes del amor por familias desesperadas en una isla que se hunde… Digo, que la hunden.