Ortiz: Diez años sin Hugo Chávez
La narcodictadura venezolana realizó costosísimos homenajes al ruinoso dictador Hugo Chávez, por el décimo aniversario de su deceso.
Hasta en esa noticia hay equívocos. El mandamás usurpador Nicolás Maduro asegura que Chávez murió el 5 de marzo de 2013 en Caracas, pero fuentes confiables señalan que en verdad falleció en La Habana, el 30 de diciembre de 2012.
En Cuba el déspota Fidel Castro no mató a su adorador Chávez. Pero lo dejó morir para que accediera al poder en Venezuela su agente incondicional Maduro.
Fidel y Chávez no serán absueltos por la Historia. Sus gestiones fueron de ruina y espanto para Cuba y Venezuela.
En el caso de Chávez, la posteridad lo encuentra ya responsable de un régimen que destruyó una democracia modélica, con imperfecciones pero dinamismo y, al mismo tiempo, a una economía en recuperación.
El balance de Hugo Chávez en esta primera década de su descenso a los infiernos, no puede ser más aterrador:
Como la generalidad de los populismos que en el mundo han sido, produjo bancarrota política, económica y moral.
Dilapidó astronómicos presupuestos por su impericia como gobernante, y la escandalosa corrupción interna y foránea que promovió y protegió.
Arrasó el sólido aparato productivo nacional, señaladamente la exitosa industria petrolera (PDVSA).
Colapso de los servicios públicos: salud, educación, seguridad, agua, luz, teléfonos, aseo urbano, identificación, mantenimiento de vías y paisajes urbanos y naturales…
Sadismo represivo: Cárcel, exilio, torturas y crímenes de lesa humanidad denunciados en la ONU, OEA y CPI.
Fuga del país de más de siete millones de venezolanos maltratados política y/o económicamente.
Y lo más humillante de todo: la entrega de la soberanía nacional a las dictaduras de Cuba, Rusia, China, Irán, Turquía, a los bandidos de la minería ilegal, el narcotráfico, los terroristas colombianos y musulmanes…