Colodro, Varela, Viera-Gallo y Walker coinciden en que los indultos fueron el peor error del primer año de Boric
Elisa Walker, Max Colodro, Gerardo Varela y José Antonio Viera-Gallo, invitados por El Líbero, se reunieron en un café a conversar sobre el primer año de este gobierno. Hubo acuerdo en que el mayor “desacierto” en este período fue conceder 13 indultos en medio de una crisis de seguridad. Se refirieron a las volteretas del Mandatario, las cuales consideraron que hablan “de un sentido de realidad” y sobre lo positivo, abordaron la disciplina fiscal.
Aunque en muchos temas tuvieron puntos de vista casi diametralmente opuestos, y si bien en ocasiones la conversación tomó el ritmo de un juego de ping pong, en cuanto a los indultos concedidos por el Presidente Gabriel Boric a finales del año pasado hay acuerdo entre Elisa Walker, Max Colodro, Gerardo Varela y José Antonio Viera-Gallo en que fue el error más grave cometido por el Gobierno en sus primeros 365 días de mandato.
Invitados por El Líbero, los analistas, abogados y ex ministros se reunieron en el Bar Nacional de Isidora Goyenechea para conversar distendidamente sobre el primer año de gobierno.
Elisa Walker, jurista que trabajó en el Ministerio de la Mujer durante el segundo mandato de Michelle Bachelet y quien representó a la ex ministra del Interior Izkia Siches cuando la acusaron constitucionalmente, afirmó: «Los indultos han sido el error más grave que ha tenido el Gobierno en su primer año de gestión».
La abogada, socia de Sarmiento y Walker Asociados, argumentó que «hay varias cosas interesantes ahí. Primero, desmitificar la idea de los presos políticos, porque está esta idea de que había muchas personas que no tenían condena, pero que seguían presos a raíz del estallido. El haber tenido que indultar quiere decir que tenías personas con condenas, no era solo que estaban esperando un juicio, porque ha habido también una respuesta institucional desde el estallido».
Y es que los indultos que el Mandatario dictó a favor de 12 condenados por hechos cometidos durante el estallido social –algunos de ellos con antecedentes por delitos graves cometidos antes de octubre de 2019–, además del concedido al ex frentista Jorge Mateluna condujeron no solo a la salida de la entonces ministra de Justicia, Marcela Ríos, y del jefe de gabinete del Presidente Boric, Matías Meza-Lopehandía, sino que también desencadenaron una acusación constitucional contra Ríos y el tema aún no se zanja pues está pendiente una revisión del Tribunal Constitucional.
A esto se suma que el Jefe de Estado puso en tela de juicio la labor del Poder Judicial en el caso de Mateluna, lo cual llevó a un inédito llamado de atención de la Corte Suprema.
«El verdadero Boric»
José Antonio Viera-Gallo, ministro Segpres de Michelle Bachelet y defensor de la ministra Ríos en la acusación constitucional presentada en su contra, recalcó que «el indulto nunca es algo popular. Creo que la forma en que se hizo, la oportunidad en que se hizo fue desafortunada. Yo no lo habría hecho así. Ya está hecho y ya pasó. Ahora, ojalá que toda esa gente indultada no vuelva a delinquir. Eso es lo que hay que esperar».
«Los indultos han sido el error más grave que ha tenido el Gobierno en su primer año de gestión»
Elisa Walker
Gerardo Varela, ex ministro de Educación de Sebastián Piñera, y Max Colodro, doctor en Filosofía, analista político y profesor en la Facultad de Artes Liberales de la UAI, coincidieron en la crítica.
Varela, por ejemplo, apuntó que si bien el Gobierno se ha manejado dentro del esquema institucional «y eso significa tomar decisiones que no quieren», en casos como los de los indultos «sale el verdadero Boric».
Mientras Colodro señaló «coincido en que el indulto es probablemente uno de los grandes desaciertos del primer año de gobierno, porque es una señal completamente contraria a los esfuerzos que estaba haciendo en materia de seguridad, en una crisis de seguridad y de orden público».
Colodro aportó un punto más: «Lo que me pareció más grave fue el hecho de plantear una opinión contraria a la del Poder Judicial y a la de la Corte Suprema, cuestionar el funcionamiento de la justicia».
Otros temas también estuvieron sobre la mesa y fueron objeto de debate. El cambio de postura del Jefe de Estado con respecto al TPP11 y los decretos de estado de excepción en la Macrozona Sur, a los que se oponía cuando era diputado, y que ha respaldado durante su primer año de gobierno.
A la lista se suman la salida de fichas que eran claves para el Mandatario, como la de la ex ministra de Interior, Izkia Siches -a quien una balacera le impidió llegar a Temucuicui-; y la llegada de otras más cercanas al Socialismo Democrático, como la ahora titular de esa cartera, Carolina Tohá.
«El indulto es probablemente uno de los grandes desaciertos del primer año de gobierno»
Max Colodro
Raya para la suma: hubo asuntos en los que el Presidente Boric resultó muy mal evaluado y otros en los que salió airoso a punta de pragmatismo, según los invitados. «Otra cosa es con guitarra», dijo el propio Jefe de Estado en noviembre pasado. Pasemos a ver el análisis de Walker, Colodro, Varela y Viera-Gallo sobre estos asuntos.
El primer error: el episodio en el que la ministra Siches fue sacada a balazos de Temucuicui
Si los indultos fueron polémicos y ocasionaron roces entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, uno de los episodios más bochornosos que vivió la administración de Boric en este primer año de gobierno ocurrió al quinto día de su estadía en La Moneda, cuando Siches, recien estrenada como ministra del Interior -primera mujer en ocupar ese cargo-, fue sacada a balazos cuando intentaba llegar a Tumucuicui.
«Cuando un ministro de Interior va a hacer algo, primero se mueven las bases. ¿Uno a qué va a dialogar a Temucuicui? Tiene que estar preparada la agenda previa. Nada de eso se hizo, fue muy amateur», opinó Varela.
De inmediato hubo reacción en la mesa. «Tienes razón, lo que pasa es que había una idea quizás equivocada, un poco romántica, de que la causa mapuche es un tema relativamente simple de dialogar y no es para nada así», dijo Viera-Gallo.
«Tener un ministro de Interior romántico es preocupante», le respondió Varela. Su interlocutor no se quedó callado: «Bueno, por eso duró poco».
«No puede ser que a la ministra del Interior la agarren a balazos y no presenten una querella»
Gerardo Varela
Varela continuó con su análisis: «Eso demuestra la ingenuidad de la ministra, pensar que el problema en el sur es solo de diálogo. Y efectivamente hay lugares donde falta diálogo y hay otros donde falta policía». En resumen, para el ex ministro de Educación, la visita estuvo mal planificada, mal ejecutada y, lo peor, hubo una mala reacción.
«No puede ser que a la ministra del Interior la agarren a balazos y no presenten una querella», criticó.
Viera-Gallo, por su parte, planteó un error mucho más de fondo: «No es un problema ideológico, es que tiene que haber una autoridad a nivel máximo del Gobierno que se ocupe del tema indígena y no puede ser nunca el ministro del Interior. Ese fue el error grave de la ministra Siches».
Walker, que representó a Siches en la acusación constitucional en su contra, salió en defensa de la ex ministra. «El capítulo primero de los siete donde se la acusaba era justamente sobre Temucuicui y, más allá, de que podría haberse hecho con más prolijidad, claramente no era un problema que ameritaba una acusación», afirmó.
En criterio de Walker, tenía cierta lógica que el Gobierno de Boric tomara como una opción válida ir a esa zona. «Este Gobierno empieza con un estado de excepción constitucional declarado, con una situación de violencia compleja, no es que a ellos se les ocurrió ir, sino que es una zona que tiene un conflicto, y que el primer gesto sea tratar de hacerse cargo de ese conflicto e ir a la macrozona sur, creo que en principio no es una mala idea. El problema fue la forma en que se organizó», indicó.
Más o menos en la misma tónica, Colodro consideró que la decisión de enviar a la ministra fue una forma de «transparentar» lo que en ese momento era una determinada lectura del conflicto por parte del Gobierno.
En su opinión, en La Moneda seguramente pensaron: «Nosotros tenemos una cierta autoridad, legitimidad que permite que podamos llegar a Temucuicui y tocar la puerta y vamos a ser recibidos con los brazos abiertos. ¿Por qué? Porque hemos estado cercanos, hemos sido solidarios, hemos apoyado esta causa. Ahí lo que hubo fue una distorsión respecto de qué es lo que ocurre realmente en Temucuicui».
«Cuando tenemos un Gobierno que en medio de una crisis, como han sido los incendios de este verano, le trata de tirar primero la pelota a las empresas forestales y después a los conejos pirómanos, eso quiere decir que no quieres asumir que detrás de esta situación hay un actor que tiene agenda, objetivos, preparación y que además te lo dice», remató Colodro.
Las dos almas del gobierno: ¿dónde está parado el Presidente Boric después de un año?
Aunque desde veredas distintas, Varela y Walker coincidieron en que el Presidente Boric ha demostrado tener dos almas en este primer año de gobierno. En lo que no lograron ponerse de acuerdo fue que para Varela el Mandatario algunas veces «no sabe dónde está» parado, mientras que para Walker, la postura del Jefe de Estado está muy bien definida.
«Yo, mirado desde afuera y como opositor a Boric, veo que su alma política está en una izquierda radical refundacional y su praxis política sí se adapta, contemporiza con una centro izquierda moderada, con la ex Concertación, pero a veces me da la impresión que él mismo no sabe bien dónde está», dijo Varela. Sin embargo, pese a su oposición al Gobierno, opina que la actual «versión» del Jefe de Estado es mejor que la de hace un año.
Para Walker, el Presidente Boric ha sido coherente en su actuar desde su vida política universitaria.
«Él es parte del Frente Amplio y eso ha sido parte de su ADN y sigue siendo parte de su identidad dentro de su Gobierno. Pero también es un político que está abierto a ser más transversal y está dispuesto a generar diálogos políticos con personas de otras coaliciones. Lo que hay que definir con más claridad es cuál es el programa de gobierno y cuál es el sello que le quiere dar a este Gobierno», agregó la abogada.
«Ha habido paz social. Este no es un gobierno que está amenazado por huelgas, por paros o por situaciones incontrolables»
José Antonio Viera-Gallo
Desde la perspectiva de Colodro, más que dualidad de almas, lo que ha habido en este primer año de gobierno es un cambio de escenario «brutal y radical», que ha obligado al Mandatario a reacomodarse.
Colodro ahondó en su análisis: «Aquí hubo una apuesta política muy de fondo que viene desde antes del estallido social. Este fue un proyecto político en construcción de muy larga data, que se plasma en un contexto constitucional y que tenía una idea muy consistente respecto de cuáles eran las transformaciones que se le querían hacer a la sociedad chilena. ‘Vamos a ser la tumba del neoliberalismo’ y eso termina estrellándose contra un 62% en el Rechazo, que es la opción electoral que ha tenido más votos en la historia de Chile».
Amarrar el plan de Gobierno al proyecto de constitución que fue rechazado: ¿acierto o desacierto?
Para Colodro, el Jefe de Estado no tenía otra opción que comprometerse con el texto que redactó la Convención. «En eso el Gobierno no fue ni ingenuo ni poco prolijo, fue sincero. El ministro Giorgio Jackson y el Presidente lo dijeron con mucha claridad: la viabilidad del proyecto político que representaban pasaba por la aprobación de esa constitución, una donde se dieron todas las condiciones para que la izquierda que ellos representan tuviera una posición hegemónica en la Convención», explicó.
Eso sí, planteó el sociólogo, una vez conocido el resultado del aplastante 62% que rechazó el proyecto de constitución, el asunto se convirtió en una «derrota política histórica, una derrota generacional, que no se puede soslayar».
En este punto intervino Viera-Gallo: «Estoy de acuerdo. Es la derrota más grande que ha tenido en años la fuerza, llamémosla progresista, pero lo que no me queda claro es quiénes ganaron».
«Ganaron los que no querían ese proyecto», replicó Varela. Viera-Gallo refutó: «Claro, pero cuando ellos tengan que proponer lo que quieren, no sé si va a haber un 62%».
En criterio de este último, yendo al contenido del proyecto que fue rechazado a los seis meses del primer año de gobierno, el asunto de la plurinacionalidad «no significaba nada, ni para bien ni para mal», pero fue entendido como que «se iba a deshacer Chile». De inmediato respondió Varela: «Difiero de ti, jurídicamente era de una relevancia copernicana».
Walker salió entonces a defender este concepto: «La plurinacionalidad también estaba recogida en el proyecto de la Presidenta Bachelet, por ejemplo, y no generó esta conmoción porque también había otros factores». «Es que lo presentó el último día, nunca fue noticia», acotó Varela. Su interlocutora respondió: «Lo interesante es que ahora estamos en un nuevo proceso».
En todo caso, para Walker lo relevante es que el Gobierno sigue comprometido con el proceso constituyente, pero de una forma diferente.
«Hay distintas formas de abrazar este proceso. En el caso del plebiscito del 4 de septiembre no le hizo un favor al plebiscito mismo. Y si había un compromiso por tratar de promover el Apruebo, haber amarrado lo que era el apoyo del Gobierno al éxito del plebiscito fue poco visionario, incluso para efecto de lograr el propósito buscado que era tener la nueva Constitución», dijo.
Varela: «Voy a defender a Jackson»
La conversación pasó luego al tema de la «distinta escala de valores» a la que se refirió el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson. Varela se puso entonces del lado del Gobierno. «Lo voy a defender en lo que dijo. Él habló de una distinta escala de valores, no dijo que fuera superior. Ellos se sienten en algo superior, es generacional, digamos. Y todos probablemente a esa edad nos sentimos más virtuosos. Creo que efectivamente hay un alma refundacional que cree que es más virtuosa», afirmó.
Viera-Gallo señaló que el que haya una nueva generación en La Moneda es algo que le va a hacer bien al país. «Primero porque hay una cuestión biológica, es natural que así sea. En segundo lugar, porque esta generación al haber pasado por la administración, va a haber hecho las cuentas con la realidad y si hay un segundo gobierno de Boric, seguramente ese segundo gobierno de esa generación también va a ser ya diferente», sostuvo.
Las volteretas del primer año de gobierno hablan «bien» del Presidente
Otro asunto que ha resonado en medios y redes este año son las llamadas volteretas o vueltas de carnero del Presidente. No paraba de circular, por ejemplo, la foto del entonces diputado Boric con la polera de «No al TPP», el mismo que siendo Jefe de Estado terminó dándole el visto bueno a ese acuerdo comercial.
Alrededor de la mesa de conversación hubo acuerdo en que estos cambios de postura habían sido positivos para el país y hablaban bien del Gobierno.
Varela lo expresó en estos términos: «Lo que se le denominan voltereta, porque es una forma de hacer sátira política, es que el Presidente se ha dado cuenta que el poder no funciona en el vacío y que tiene que tomar ciertas decisiones, que aunque no le gusten, son convenientes o necesarias o simplemente obligatorias, producto de que este es un sistema en que gobiernan las instituciones mucho más que las personas. Y eso habla bien de la dignidad presidencial y el funcionamiento institucional de Chile».
«Yo no hablaría sobre volteretas en ciertas materias, hablaría más bien de un sentido de realidad», sostuvo Walker, quien puso como ejemplo de estos cambios de postura, la importancia que el Gobierno pasó a darle al tema de la seguridad pública.
Para Viera-Gallo, el Presidente Boric, «que es un buen lector, habrá leído El Príncipe de Maquiavelo. Él dice algo tan simple como lo siguiente: ¿Por qué a algunos gobernantes les va bien y a otros les va mal? Simplemente porque cuando cambia la circunstancia, al que le va mal es porque persiste. Al que le va bien es el que toma nota del nuevo escenario».
Colodro fundamentó muchos de los cambios de postura del Presidente Boric en el hecho de que no haya sido aprobado el proyecto de constitución.
«El escenario político generado por el 4 de septiembre estaba fuera de sus cálculos. Puede que haya estado en los cálculos la derrota, pero no por esa magnitud, y por lo tanto el Presidente tuvo que empezar a reconfigurar, rediseñar, redefinir muchas cosas que eran fundamentales, incluyendo los propios elencos en su primer año de gobierno», indicó el profesor.
En este punto se convirtieron en tema obligado de conversación la actual ministra de Interior, Carolina Tohá, y la ministra de la Secretaría General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, precisamente quien sustituyó en el cargo a Jackson luego de la derrota en el plebiscito de salida.
«Incorporar a ambas ministras fue muy favorecedor para este Gobierno porque asegura mayor experiencia política, que era algo de lo que el gabinete original carecía. Tenía a ministros destacados, como Mario Marcel (Hacienda), y otros que tenían más bagaje político, pero en el comité político propiamente tal no había tanta experiencia», aseveró Walker, para quien lo anterior no implica un cambio de dirección, sino asegurarse mejores resultados.
Colodro planteó esta apertura a nuevos sectores como una constatación de «debilidades» y «dificultades de grupo» por parte del Gobierno.
«Es conveniencia, no convicción», le objetó Varela. «Hay algo de conveniencia y algo de convicción. El día de la primera vuelta, ¿qué es lo que observan Boric y Apruebo Dignidad? Que llegaron a un 25% y que con eso no van a ser capaces de gobernar, entonces hay un proceso de apertura, la famosa reunión con el ex Presidente Ricardo Lagos, la famosa reunión con Bachelet, ex presidentes que habían sido durísimamente cuestionados por este mismo mundo», respondió Colodro.
«Entonces, hay algo de pragmatismo, uno podría decir algo de oportunismo, sí. Después lo que ocurre a partir del 4 de septiembre es más o menos lo mismo. La apertura a incorporar a estos nuevos sectores, o a estos viejos sectores de la ex Concertación tiene que ver con la magnitud del golpe que significó tener un 38%», agregó.
Mirada al futuro: ¿cuál debe ser el sello de este Gobierno?
La pregunta sobre cuál debería ser el elemento diferenciador, el legado de este Gobierno, la puso Walker sobre la mesa, para quien el sello de la administración Boric debe ser la firma de una nueva Constitución y dejar lista la reforma previsional.
Varela respondió en estos términos: «Como decía El Mercurio en una carta bien cortita que la encontré ingeniosa, que más que cambiar de gabinete, cambien de idea. Si este fuera un Gobierno para y por los jóvenes, de lo que deberían preocuparse es en pensar cómo logramos que más jóvenes emprendan, que más jóvenes tengan oportunidades, que más jóvenes accedan a mejor educación».
Para Colodro, además de dejar firmada una nueva Carta Magna, el gran desafío del actual Gobierno debe centrarse en mejorar el crecimiento.
«Tenemos un crecimiento que está en torno al 2% para esta década. Con eso no tienes ninguna posibilidad de financiar derechos sociales. Esa es la realidad. El país necesita volver a crecer», aseveró.
La tarea que Viera-Gallo le puso al Gobierno para que quedara como su sello no fue precisamente fácil. «Hay mil cosas que hacer y espero, me parece mucho más difícil lo que voy a decir ahora, que se llegue a un nuevo trato con el pueblo mapuche. Eso lo veo muy complejo, pero esperaría que por lo menos se iniciara un proceso real, como en Nueva Zelanda, como hicieron en Nueva Zelanda con el pueblo maorí», propuso.
También se refirió a asuntos de desarrollo: «Es muy importante que este Gobierno al menos comience grandes proyectos de futuro: Una buena política del litio, de hidrógeno verde, que haya inversiones serias e importantes en el sistema portuario».
Cuando el tema económico estuvo sobre la mesa, Varela fue de la opinión que desde La Moneda no han aquilatado su importancia. Walker, de inmediato, se ubicó en la vereda contraria.
«Tener un Gobierno lo más cercano a la izquierda que hemos tenido durante los últimos 30 años, que se preocupa de la estabilidad económica, es algo muy importante porque ayuda a desmitificar», advirtió.
Colodro la apoyó: «Estoy completamente de acuerdo. La consolidación fiscal, me atrevería a decir que es, a mi juicio, el principal logro político y de gestión que ha tenido el Gobierno en este primer año. Y ha sido impulsada por el ministro de Hacienda, es cierto, pero no habría podido hacerlo si no fuera por el respaldo político que le ha dado el Presidente de la República».
Viera-Gallo acotó: «Quiero llamar la atención de otra cosa que ustedes lo han dicho implícitamente, que ha sido muy importante: ha habido paz social. Este no es un gobierno que está amenazado por huelgas, por paros o por situaciones incontrolables».
*El video presente en esta nota muestra un extracto de la conversación.