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Políticamente correctos de nuevo

Sólo queda que la derecha se entere de que ya no vale con estar 'a la contra'

Ya estamos todos. La semana pasada vimos al PSOE defender los Toros con una vehemencia que ni la voz en ‘off’ del Nodo. Se oponían a la iniciativa de sus socios que pedían suprimir el apoyo de la Administración a la tauromaquia. El PSOE se plantó en la Comisión de Cultura, pidió el estoque con más muerte, cogió el capote de franela recién planchado y, todavía caliente, sacó un botijo. Vertió un chorro de agua bendita en la bamba y se fue a porta gayola a defender la raigambre de los toros en la sociedad española, su importancia como industria, como hecho cultural y como ejemplo de sostenibilidad. Vamos, que solo les faltó tocar ‘El gato montés’ y tirar a los jóvenes unos bonos culturales con la cara de ‘El Viti’.

Ah, qué bello es ver cómo recogen cable, con qué sutileza asumen la derrota, qué aterciopelado el tacto del cambio de ciclo. Porque, no lo duden: esto es un ejemplo más del cambio de ciclo en el que hemos entrado como sociedad y que trasciende lo meramente electoral. Si hasta hace poco lo políticamente correcto era atacar a los toros, ahora lo políticamente correcto es oponerse a los dogmáticos que persiguen su abolición. Querer prohibirlos está tan denostado intelectualmente que les empieza a dar vergüenza decirlo en público. Porque los toros pueden no gustarte, pero pedir que la línea de la legalidad coincida con la de tu sensibilidad es una barbaridad que podría dar lugar, por ejemplo, a la prohibición del porno gay.

La batalla siempre fue la de la libertad. Y la hemos ganado. Hemos ganado muchas otras, por cierto. Si hace unos años era políticamente incorrecto mantener una postura crítica con la deriva del feminismo, hoy lo políticamente correcto es ridiculizarlo y deslegitimarlo públicamente. Si hasta hace poco los que luchamos por custodia compartida éramos apestados, hoy es lo normal, pese a las zancadillas de la izquierda. Si lo políticamente correcto era callar ante los profetas del apocalipsis climático, hoy lo políticamente correcto es decir ‘hasta aquí’, al igual que con la Ley Trans. En Disney han puesto en la calle a su CEO y lo único que ha conseguido Garzón es que se acaben las reservas de carne de buey. Cuando la gente ve a los animalistas defendiendo que una mujer y una vaca tienen los mismos derechos, directamente se descojona. Han perdido la calle y la deriva actual de la izquierda es tal que son el hazmerreír en cada comida de amigos.

Hemos ganado. Solo queda que la derecha se entere de que ya no vale con estar ‘a la contra’. Estamos en otra fase. No es suficiente con oponerse a la deriva irracional de la izquierda porque está socialmente desactivada. Toca algo más difícil, que es construir. Y, sobre todo, dejar de hablar como si la izquierda fuera dominante, porque no lo es. Aún así los enemigos de la libertad no descansan. Y, sobre todo, no están solo en la izquierda. Tocará, sin duda, ser políticamente incorrectos de nuevo. Y no tardando. Y todo este viaje sin habernos movido un solo paso del mismo lugar.

 

 

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