La ONU reconoce, al fin, que en Cuba se pasa hambre
El Programa Mundial de Alimentos afirma que el principal causante de la malnutrición en Cuba es la inflación generada por la Tarea Ordenamiento.
¿Miente o exagera un cubano en la isla cuando dice que está pasando hambre? ¿Qué cosa es pasar hambre?
La cúpula del régimen castrista ha sembrado durante décadas en la conciencia nacional cubana la idea de que, gracias a lalibreta de abastecimiento, nadie en Cuba se acuesta sin haber comido y que, por tanto, en la Isla nadie pasa hambre (no importa que lo de la libreta no alcance ni para diez días). Y así lo asegura internacionalmente la propaganda castrista.
Falso. La ciencia moderna muestra que pasar hambre no es solo no poder comer nada y morir de inanición, o debilitarse físicamente a un grado extremo.
Pasar hambre es también estar desnutrido porque se ingiere diariamente menos de la cuarta parte de las proteínas, un quinto de las grasas, y un tercio de las calorías que requiere un ser humano para estar aceptablemente (no óptimamente) nutrido. Y es eso exactamente, con esos porcentajes, lo que está ocurriendo en Cuba.
Y no lo dice la «contrarrevolución», ni agentes pagados por la CIA, ni son «bolas» lanzadas por el exilio cubano. Lo asegura, ¡al fin!, la mismísima Organización de Naciones Unidas (ONU), que sabemos tira hacia babor (la izquierda), al punto de que la dictadura comunista cubana es actualmente miembro de su Consejo de Derechos Humanos. Algo así como un zorro cuidando un gallinero.
O sea, no cabe aquí aquello de que en este mundo traidor «todo es según el color del cristal con que se mira», evocando al poeta español Ramón de Campoamor. Porque no hay en esto colores o interpretaciones que valgan, sino el hecho incuestionable de que hay hambre, y punto.
Los cubanos ingieren solo el 24% de las proteínas requeridas
Aunque con un lenguaje algo almibarado para no disgustar demasiado a la cúpula castrista, por primera vez un órgano de la ONU publicaun estudio sobre la desnutrición y la malnutrición en Cuba. Lo realizó el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que en un estudio publicado recientemente revela que «los cubanos entre 14 y 60 años en la Isla solo ingieren diariamente el 24% de las proteínas necesarias, el 36% de la energía y el 18% de las grasas que necesitan».
Los científicos afirman que las personas activas deben ingerir de 1,2 a 2,0 gramos diarios de proteína por kilogramo de peso corporal. Quien pesa 150 libras debe ingerir de 82 a 136 gramos por día. Pero los cubanos ingieren solo entre 20 y 34 gramos diarios. Si eso no es malnutrición, entonces que borren esa palabra del diccionario.
Millones de cubanos comprendidos en esas edades señaladas ingieren menos de la cuarta parte de las proteínas que requiere un ser humano. Y no estamos de hablando de Burundi o Bangladesh, sino de Cuba, una fértil isla tropical ubicada en el corazón de Occidente, que hasta 1959 era incluso exportadora de alimentos.
O sea, los expertos del PMA concluyen que millones de cubanos sufren de desnutrición. La cifra exacta no se conoce, pues el estudio no incluye a los ancianos y a los menores de 14 años. Pero de que hay hambre en la Isla, la hay.
La FAO felicitó al régimen, el PMA lo culpa por falta de alimentos
No es usual que un órgano de Naciones Unidas haga informes sobre Cuba no basados en estadísticas oficiales (falseadas) del Gobierno castrista, fuertemente amparado en la estructura burocrática del magno organismo mundial por un enjambre de funcionarios izquierdistas y tercermundistas que siguen venerando a la «revolución cubana». Y pongo un ejemplo. En 2020 el representante de la FAO en Cuba, el brasileñoMarcelo Resende, felicitó al Gobierno de Díaz-Canel por «garantizar la seguridad alimentaria (…) gracias a la voluntad política».
Y ahora el PMA no solo desmiente al «amigo de Cuba» Resende, sino que afirma que el principal causante de esta malnutrición en Cuba ha sido la inflación generada por laTarea Ordenamiento impuesta por ese felicitado «presidente» Díaz-Canel.
Precisa el informe que el llamado Ordenamiento «contribuyó a impulsar la inflación a un 40% interanual, de octubre de 2021 a octubre de 2022, y actualmente ya supera el 44%». Enfatiza que «en el sector de la alimentación supera el 70%». Y concluye: «Como resultado, el país experimentó escasez de alimentos, incluidos los principales cereales (harina de trigo, arroz y maíz), frijoles, verduras, productos lácteos y carne (res y cerdo)».
El salario mínimo no permite alimentarse bien
Algo que debe haber irritado mucho a la mafia que usurpa el poder en Cuba es que el PMA asegura que «el salario mínimo mensual (2.100 pesos, equivalentes a 17 dólares) no es suficiente para cubrir los requerimientos nutricionales recomendados para la población cubana, de 2.300 kilocalorías (…) los trabajadores estatales y los jubilados están entre los mayores afectados».
Y añade: «la dieta del hogar cubano promedio es pobre en micronutrientes y no suficientemente sana o diversa debido a la limitada e inestable disponibilidad de alimentos nutritivos, factores socioeconómicos».
El documento aclara que la malnutrición causa sobrepeso y obesidad por la deficiencia y el mal balance de macronutrientes. Y puntualiza que quienes no reciben remesas del extranjero son los que más sufren de malnutrición.
«No se cumplen las recomendaciones nutricionales para todos los grupos de edad», dice el informe. Y comenta que eso ocurre pese a que el país subsidia o garantiza algunos alimentos gracias a la colaboración del PMA.
Cierto. En 2022, luego de que el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología del régimen tuvo que admitir (al ser denunciado en las redes sociales) que había muchos casos de anemia entre los bebés de seis a 23 meses en toda la Isla, el PMA donó a Cuba 10,7 millones de dólares en arroz, aceite, harina, cereales, mezcla de maíz y soya, y otros alimentos en polvo con macronutrientes, entre ellos la leche. En total, en 2022 esa entidad suministró alimentos a 789.068 cubanos, una limosna (eso es) que fue un 10% superior a la de 2021
Por último, algo así como el puntillazo, el informe destaca que «los hogares cubanos destinan entre un 55% y un 65% de los ingresos a la alimentación, un porcentaje desproporcionado».
Más que desproporcionado, tan alto porcentaje es escandaloso y probablemente hasta un récord mundial. Porque en los países muy pobres de Africa y Asia hay segmentos de población que quizás gastan dos de cada tres dólares de ingreso, o más, en su alimentación, pero difícilmente toda la población, completica, de un país gaste como promedio dos tercios de sus ingresos solo en poder comer. Y tan deficientemente que al final la ONU dice que está subalimentado.
La malnutrición causa retardo mental y poco crecimiento en niños
Este flagelo golpea en Cuba con más fuerza a jubilados, ancianos, niños, mujeres embarazadas, desamparados, los más pobres, que se ven hurgando en los latones de basura. Y en general a quienes no tienen «fe», familiares en el extranjero que les manden dólares mensualmente, y mucho, no un poco de vez en cuando, o reciben paquetes de alimentos pagados en EEUU, pero no mensualmente.
Algo muy importante es que en los niños la deficiencia proteica, de vitaminas y minerales, impide su crecimiento normal, incluso del cerebro. Es decir, puede causar retraso mental, y un deficiente sistema inmune. Esta insuficiencia inmunológica se evidenció hace poco al conocerse la muerte de unos 15 bebés en hospitales cubanos atacados por infecciones que sus anormalmente bajos sistemas inmunes no pudieron soportar.
Algo más: la desnutrición también comienza en el vientre materno. Niño que nace desnutrido tendrá baja estatura, será delgado y enfermizo, y tendrá serios problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual. Además, estudios realizados por médicos cubanos muestran que los niños en la Isla hoy tienen más baja estatura que los de hace varias décadas.
Sin duda estamos ante notables «logros de la revolución», pero que curiosamente ningún socialista «amigo de Cuba» lo desea para él y su país. Si son los cubanos los que pasan hambre, perfecto, así se puede seguir soñando con musarañas ideológicas, pues quienes sufren las consecuencias son los cubanos y no él. En fin, es todo muy «revolucionario», ¿o no?