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Rosa Díez: «No hay nada más patriótico en estos momentos que echar a Sánchez de la Moncloa»

La exsocialista y cofundadora de UPyD acusa al presidente del Gobierno de ser un auténtico caudillo, además de suponer un peligro para la seguridad nacional

                                                           Foto: ERNESTO AGUDO

 

Rosa Díez (Sodupe, Vizcaya, 1952) recibe a ABC para charlar sobre «el caudillo». No, no es Franco. Es Pedro Sánchez, a quien dedica su última publicación ‘Caudillo Sánchez. En el lugar de la historia que le corresponde’ (Esfera de los Libros). A lo largo del libro, la cofundadora de UPyD repasa las hazañas políticas de un tipo «maquiavélico, narcisista y psicópata», aunque mediocre, como el presidente del Gobierno. Dice que ha fulminado todos los controles políticos de una organización como el PSOE, a la que ha usado como «banco de pruebas».

—Llama a Sánchez poco menos que dictador.

—Se comporta como un auténtico caudillo. No tiene ningún tipo de freno, no tiene órganos de control democrático. El PSOE es su banco de pruebas: primero se carga el Comité Federal y plantea un proceso de democratización de las bases, a quienes no vuelve a usar nunca más que para ser secretario general. Es lo mismo que hace en la sociedad española cuando cierra inconstitucionalmente el Congreso o legisla a través de decretos leyes y aprobaciones urgentes.

—También le define como eterno segundón que chupaba banquillo mientras acumulaba resentimiento.

—Ha sido el ‘machaca’ de los chicos de Pepiño [Blanco]. Ni siquiera eso. Ha sido el tipo que iba en las listas, del Ayuntamiento de Madrid o del Congreso, en puestos de no salir, de tener que esperar a que dimitieran otros. Ha ido acumulando resentimiento y en cuanto ha tenido poder, ha ido liquidando y humillando a los que no le reconocieron. Como hizo con el líder socialista madrileño, Tomás Gómez, en 2015 o con Joaquín Leguina el año pasado.

—Según usted, ¿cuál es el origen del declive del socialismo en España?

—Zapatero insufló el odio y el sectarismo en las bases del PSOE, colocando como principal enemigo a la derecha y no a ETA. La derecha era el adversario histórico del PSOE. Pero era eso, el adversario. El expresidente, por primera vez y siguiendo una estrategia, dice –y yo misma lo escucho–, que hay que romper la derecha institucional y provocar que crezca un partido de extrema derecha para que el PSOE tenga más poder que nunca. Eso es romper la tradición de la Transición, volver a confrontar. Provoca una secularización brutal en las bases del PSOE que, al ganar las elecciones después del 11M, traslada a la sociedad española. Dentro del PSOE, el que quiere hacer carrera tiene que demostrar que odia más al PP que a nadie. Si se sacan fotos con Otegi es un mérito, si es con Mayor Oreja es un facha. Cuando Sánchez coge unas bases tan sectarizadas y disminuidas en número de afiliados, quien haga el discurso más radical contra el PP tiene más posibilidad de ganar. Este tipo se merece pasar a la historia por haber sido quien ha roto la cohesión entre españoles, quien ha provocado el renacer de las dos viejas Españas. Si no hubiera existido primero Zapatero, Sánchez no hubiera podido hacer esto.

—¿Ha vuelto el trincherismo y la política de facciones?

—Hemos vuelto a la idea de que lo bueno y el objetivo sea la confrontación entre españoles. Lo importante de la Transición fue acabar con las trincheras, no lograr el entendimiento entre derecha e izquierda. Sánchez no sólo ha provocado la vuelta al trincherismo, es que ha cavado una zanja entre españoles.

ODIO Y SECTARISMO

«Dentro del PSOE, el que quiere hacer carrera tiene que demostrar que odia más al PP que a nadie»

—Habla de leyes «ideológicas, insolventes y negativas». ¿La Ley de Memoria Democrática es una de ellas?

—La mal llamada Ley de Memoria Democrática es un insulto a la democracia y a la memoria porque deja el cambio de la historia en manos de quienes han asesinado durante y contra la democracia. Es la perversión más absoluta. A los herederos de ETA les han regalado la ley para cavar una zanja entre españoles. No es que gobierne con golpistas o terroristas porque no le quede otro remedio, es que tiene el mismo objetivo que ellos: destruir el sistema del 78. Tienen una alianza estratégica.

—Está comparando a Sánchez con ETA.

—Las decisiones que toma van todas encaminadas a destruir el trabajo de la Transición. Desde parasitar las instituciones hasta hacer leyes insolventes como la del ‘sí es sí’. ¿Sólo insolvente? No, es malintencionada. Los que la defienden siguen insistiendo en que es una buena ley con efectos indeseados. No, sabían lo que iba a ocurrir. ¿Cuál es el efecto que no conocían? La respuesta social.

BILDU Y ERC

«No es que gobierne con golpistas o terroristas porque no le quede otro remedio, es que tiene el mismo objetivo que ellos»

—¿Algún día asumirá las consecuencias de sus actos o la culpa siempre será de otro?

—Cuando se aprueba [el ‘sí es sí’] y empiezan a salir las primeras rebajas de penas, sigue presumiendo de ella, dice que es un hito. Todo lo que hace él es un hito y será copiado en todo el mundo. Dice que ha pedido perdón a las víctimas, pero no lo ha hecho porque su soberbia se lo impide. Siguen sosteniendo que la ley es tan buena que las enmiendas que han aprobado gracias a los votos del PP, las consideran fe de erratas como dijo Patxi López. ¿Por qué han cambiado la ley? ¿Porque ya hay mil violadores beneficiados? No, porque les castiga electoralmente.

—Y han terminado pactando la reforma del ‘sí es sí’ con el PP.

—Se cambia la ley con el apoyo del PP, pero renegando de él. El colmo de la soberbia es que el día que se aprueba esa reforma en el Congreso el tipo se va a Doñana. Es la imagen de la indignidad, el desprecio absoluto al Congreso y a las víctimas de sus decisiones. No fue porque él no se rectifica a sí mismo. Y además, es un cobarde. Tiene miedo de las chicas de Podemos.

—¿Tiene miedo de las ministras de Podemos?

—En público, sí. Tiene miedo de Montero y de Belarra. No controla lo que pueden decir ni tampoco puede contestarles con la soberbia con la que contesta a la oposición.

—Todas estas decisiones, ¿le están costando votos?

—Ya veremos.

—¿Ya veremos?

—Si la sociedad española despertara…

—¿A Sánchez le convendría arrimarse más a los de Feijóo?

—Eso es incompatible con su estrategia. Si necesitara los votos del PP, los utilizaría como acaba de hacer, pero nunca acercándose. Siempre insultando. ¿Le costará votos? Es el presidente de las tres erres: la ruptura, la ruina y el rencor, que es lo que está provocando en España. Como he dicho, si la gente despertara… No hay nada más patriótico en este momento que echar a Sánchez de la Moncloa.

—Acusa a los españoles de ser pasivos ante los engaños y mentiras de Sánchez.

—No somos tontos. Sabemos lo que está pasando. Hay una tendencia a creer lo mejor porque enfrentarte con la realidad te obliga a actuar y posicionarte. La gente no reacciona porque no pueden comprender que él sea así. El primer 1-O fraudulento lo protagonizó Sánchez en su propio partido un año antes que el de los independentistas catalanes. Puso una urna tras una cortina para intentar falsificar el resultado de unas votaciones que le afectaba a él. Lo nunca visto. No es casual que quien ha hecho eso en su partido, busque como aliados, y encima llame progresistas, a quienes han hecho lo mismo para dar un golpe contra la democracia.

—¿No está de acuerdo en que el suyo es un gobierno de corte progresista?

—¿Desde cuándo el racismo es progresista? ¿Y el comunismo? ¿Y apoyar a los dictadores de América Latina? Es lo más regresivo que hay. El PSOE no es un partido progresista. Es una marca.

UNA URNA DETRÁS DE LAS CORTINAS

«El primer 1-O fraudulento lo protagonizó Sánchez en su propio partido un año antes que el de los independentistas catalanes»

—Una empresa ¿familiar?

—Sí, una empresa familiar a cargo de él y de su mujer, que para eso su suegro le pagó la campaña. Lo único que se mantiene vivo es el logo.

—Y aún así, según usted, nadie se atreve a cuestionar su liderazgo dentro del partido y se tragan todo lo que les echen.

—¿Quién le va a cuestionar? Son como un rebaño de ovejas.

—¿Cuánto ha incidido el discurso de Podemos en el PSOE?

—Nada. A la gente le interesa pensar que los malos son los de Podemos. El malo era Pablo Iglesias. ¿Ha habido algún cambio en el Gobierno desde que se fue? Ninguno porque el jefe es Sánchez, los demás son socios necesarios.

—Afirma que echar a Sánchez de la Moncloa es lo más patriótico que podría hacerse. ¿Ve a Feijóo capaz de conseguirlo?

—Veo a los españoles capaces de lograr una mayoría alternativa que no solamente le eche del gobierno, sino que reconstruya la España que surgió de la Constitución porque está dejando el Estado sin instrumentos con los que defendernos. Ha cambiado el Código Penal para eliminar la sedición.

—Lo hizo con nocturnidad y por la puerta de atrás.

—También controla el Constitucional. Le ha quitado al Estado instrumentos para defender la democracia. Los españoles vamos a ser capaces de provocar a través de las urnas una mayoría alternativa que marque el camino para la reconstrucción de la democracia.

—¿Quién va a liderar ese camino?

—Eso lo tenemos que decidir. Parece que hay una mayoría constitucionalista. Esto no va de derechas o izquierdas, va de legítima defensa de nuestro sistema democrático.

 

 

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