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¿Qué pasa con el Twitter del presidente Petro?

Al tratarse de palabras del Presidente, cada uno de sus trinos es un pronunciamiento de Estado.

 

No es nuevo que la cuenta de Twitter de un presidente de Colombia tenga tanto movimiento a diario. Lo que sí es nuevo es que sea el propio Presidente de la República el que escriba cada uno de sus trinos, y que sus equipos de asesores y los procesos de miles de funcionarios del gobierno sean puestos a un lado. Cada día son más las malas pasadas que la ligereza en la publicación de trinos del presidente Petro le trae al país.

A diario los mercados, la comunidad internacional, la sociedad civil y los medios de comunicación esperan con incertidumbre lo siguiente que pasará por la cabeza del Presidente, que terminará convirtiéndose en un pronunciamiento oficial de nuestra república. El Presidente quiere hablar de todo y quiere opinar sobre todo desde su cuenta de Twitter: propone nuevos himnos, califica el trabajo periodístico de varios medios de comunicación y casa peleas con algunos de sus homólogos latinoamericanos. Hay días en los cuales el presidente Petro trina veinte o treinta veces, causando enorme confusión entre los funcionarios de su gobierno, cuyas directrices pueden sufrir los más radicales cambios por cualquier idea que al Presidente se le ocurra trinar.

Porque al tratarse de palabras del Presidente de la República, cada uno de sus trinos es también un pronunciamiento de Estado. Y al trinar personalmente el Presidente sobre todos los temas posibles, implícitamente se está saltando muchos canales. Cada vez que el Presidente publica su opinión sobre los procesos políticos de países como Perú y Salvador, años enteros de trabajo y procesos de una entidad como la Cancillería son saltados y omitidos.

El problema no es que el Presidente trine, sino que sus trinos denoten tanta improvisación, falta de orden y de proceso, y que a diario sumen nuevos problemas.

No han sido pocos los problemas que los trinos repentinos del Presidente han traído al país. Es, por ejemplo, el caso del anuncio de un cese bilateral del fuego con el ELN que se saltó todos los canales de comunicaciones del proceso de paz y que llevó a una caótica situación en esa mesa de diálogos. Los trinos del Presidente también han puesto en apuros a muchos inversionistas y empresas, alertados por la incertidumbre que el inquieto dedo tuitero de Petro (como varias publicaciones lo han llamado) ha traído a sectores como el de la energía. Más recientemente, el Presidente compartió un escalafón internacional de sistemas de salud, asegurando que Colombia ocupaba el puesto 74, cuando realmente era el 35. No solo se trata de una cifra falsa, o cuando menos una muy mala interpretación de una tabla: también cabe preguntarse qué hace el Presidente de Colombia buscando desacreditar desde sus redes sociales el sistema de su propio país ante el mundo entero. El problema no es que el Presidente trine, sino que sus trinos denoten tanta improvisación, falta de orden y de proceso, y que a diario sumen nuevos problemas de carácter económico, político y diplomático para el Gobierno colombiano.

Esta discusión no solo es importante de dar en materia de fondo, sino también de formas. Prácticamente no hay trino del Presidente al que no le sobren errores ortográficos, de tipeo y de redacción, algo que denota impulsividad y sobre todo falta de la más sencilla revisión. Algunos dirán que es un asunto de poca importancia, pero no debe reducirse, teniendo en cuenta que cada trino del presidente Petro representa al Estado ante el mundo entero y merece ser revisado con mucho cuidado. La claridad en la presentación de las ideas es una elemental forma de respeto a la ciudadanía representada que al Presidente poco parece importarle.

Hoy por hoy, una corta pasada por el Twitter del presidente Petro ofrece una radiografía de muchas características de su gobierno: opina y se pronuncia sobre todos los temas imaginables sin tener en cuenta los consejos de sus equipos encargados de cada tema. Es indudablemente un buen diagnosticador de problemas, pero no necesariamente el más enfocado en solucionarlos. Y hay mucha improvisación y falta de orden, lo cual es capaz de causar enorme confusión entre los funcionarios de su administración y traer inmensas consecuencias para el país.

Claro que el presidente Petro mantiene intacta su libertad de expresión, pero también debe entender que desde el momento de su elección como presidente cada una de las palabras que pronuncia representa al Estado colombiano. Tal vez sea tiempo de que el Presidente tome un consejo de su nuevo amigo, el expresidente Uribe. Quizás sea el momento de empezar a cuidar las comunicaciones…

 

 

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