DictaduraPolítica

Eduardo Fernández: Propuestas

Hay que poner en marcha un nuevo gobierno inspirado en los valores del Humanismo Democrático y en los principios de la economía social y ecológica de mercado. 

 

Hay un justo reclamo en la opinión pública por hacer presentes en el debate nacional propuestas que puedan contribuir a la superación de la crisis venezolana. Se trata de una crisis polifacética: política, económica, social, cultural, moral y de servicios públicos.

Quiero dedicar este y algunos próximos artículos a explicar las propuestas que desde el Centro Internacional de Formación y de Políticas Públicas Arístides Calvani (IFEDEC) y desde el Movimiento Social Independiente Unión y Progreso venimos presentándole al país.

La primera propuesta consiste en cambiar al gobierno. El país necesita un gobierno nuevo con ideas nuevas. Un gobierno integrado por gente muy competente, honesta y con claridad en los objetivos a lograr. Un gobierno de amplitud y de unión nacional. Hay que dejar atrás tanto al modelo rentista petrolero como al Socialismo del siglo XXI cuyo fracaso no puede ser más evidente.

Hay que poner en marcha un nuevo gobierno inspirado en los valores del Humanismo Democrático y en los principios de la economía social y ecológica de mercado. Un modelo en el que los protagonistas fundamentales sean los ciudadanos, los empresarios y los trabajadores.

Por cierto, no basta con cambiar el gobierno, es indispensable tener presente que debemos conjugar tres verbos: ganar el proceso electoral, cobrar, es decir, hacer efectivo el triunfo y la transmisión del mando y luego, gobernar conforme a la expectativa de la nación.

Para conjugar cada uno de esos verbos es indispensable una alta dosis de inteligencia y de patriotismo. Inteligencia para entender la magnitud de la crisis venezolana y patriotismo para colocar los intereses de la nación por encima de agendas partidistas o de ambiciones personales. Para lograr el progreso de Venezuela y de los venezolanos es indispensable sustituir la cultura de la confrontación que ha prevalecido en los últimos veinte años, por una cultura del diálogo civilizado, de la búsqueda de consensos y de la promoción de un clima de Unión Nacional.

Hay que abordar algunas modificaciones constitucionales, cosa que debe hacerse en un clima de unidad nacional, para, por ejemplo: reducir el periodo constitucional a cinco años. Eliminar radicalmente la reelección presidencial, reforzar la autonomía y la independencia de las ramas del poder público y fortalecer el proceso de descentralización, regionalización y municipalización del poder.

Seguiremos conversando.

 

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