Miyares: Una bitácora cubana (XCII)
1- Carlos Alberto Montaner: Mi última columna
Carlos Alberto Montaner.
Se despide del “columnismo” activo, debido a una infausta enfermedad, CARLOS ALBERTO MONTANER. Me cuento entre los seres privilegiados con su amistad, habiendo sido testigo de su evolución como intelectual, como analista y pensador, y sobre todo, como un ciudadano cubano integralmente dedicado desde su juventud a la lucha por la libertad de Cuba de la ya demasiado larga y trágica noche castrista. Carlos Alberto resume en su trayectoria personal todo aquello que define a un gran ser humano: honestidad, seriedad, cultura, amor entrañable por su tierra. La lucha por la libertad de nuestra patria ha marcado la labor de toda su vida.
A continuación, comparto de forma integral la nota de Carlos Alberto:
Me jubilo sin júbilo alguno. Me retiro del «columnismo». Mis columnas, durante años, las distribuyó mi colaboradora más estrecha, Lucía Guerra. He cumplido 80 años. Padezco parálisis supranuclear progresiva (PSP). El nombre lo dice todo.
Es una enfermedad rara del cerebro. Me la diagnosticaron en el hospital Gregorio Marañón —uno de los mejores de España— tras una resonancia magnética. Tres personas por cada 100.000 la padecen. No es contagiosa, ni heredada. No hay cura para ella. No se sabe cómo comienza ni por qué se origina. Es de la familia del parkinsonismo, pero sin temblores. De ahí la confusión en el diagnóstico. Se caracteriza por impedirme conversar bien y leer, más allá de los titulares (Linda, mi mujer, y nuestra hija, Gina, me leen los diarios), no así escribir todo lo «bien» que me ha permitido llevar más de medio siglo escribiendo —entre otras cosas— una columna sindicada a la semana. He escrito miles de columnas y debo a mis artículos todo lo que he hecho posteriormente.
Este PSP que ahora me afecta se caracteriza (como el otro, el de los comunistas cubanos), por el «habla lenta o arrastrada» que hizo que dejara los comentarios en CNN en Español (donde tanto compartí con Andrés Oppenheimer, Camilo Egaña y otros notables periodistas), pese a los esfuerzos por retenerme que hizo mi amiga Cynthia Hudson, presidente de la cadena. O en 20 estaciones de radio, comenzando por «El Sol de la Mañana», bajo la dirección del matrimonio dominicano Espaillat, Montse y Antonio, siguiendo con «La Hora de la Verdad» en RCN de Bogotá, en un espacio dirigido por Fernando Londoño, hasta la modestísima emisora por internet que orienta Orlando Gutiérrez hacia Cuba, y tiene uno de sus más sólidos baluartes en Julio Estorino. Además, durante años mis comentarios llegaron a Cuba por medio de Radio Martí. Gracias por tolerarme en sus filas.
Al periodista cubano Carlos Castañeda lo vi llegar a Puerto Rico a finales de los 60 con un trabajo que a mí me parecía muy difícil: levantar El Día de Ponce hasta que compitiera con El Mundo de San Juan. Si yo hubiera sabido los planes de Carlos con cierta antelación me habría quedado a librar esa batalla, pero ya tenía hasta los boletos para España. Había sido aceptado en la Universidad Complutense de Madrid para hacer el doctorado. Mi familia y yo nos embarcábamos en una nueva aventura europea.
Era el primer semestre de 1970. Castañeda mudó El Día para San Juan, le cambió el nombre, le llamó El Nuevo Día e hizo un tabloide con grandes titulares, fotos ad hoc y grandes caricaturas. Pronto se quedó solo en el terreno. El Mundo cerró. De aquel lance antes de instalarme en Madrid guardo un consejo que fue muy importante en mi vida profesional: «Busca en NuevaYork a Joaquín Maurín —me dijo Castañeda—. Es un exiliado español. Dile que tú quieres escribir columnas para su agencia ALA (American Literary Agency). Ahí están los mejores de la lengua, entre otros, Germán Arciniegas y Pablo Neruda». Lo hice. Maurín me pidió una muestra. Se la di. Cuando la encontré reproducida en 156 diarios me juré cuidar mis columnas. Y así he hecho desde entonces.
Joaquín Blaya me llamó a Madrid. Era un chileno, presidente de Univisión. Luego lo sería de Telemundo. Me pidió un comentario a la semana y dejó que yo escogiera el tema. Sería, claro, de actualidad. La promesa de Maurín se había cumplido. ALA le daba difusión a mis ideas y estas me abrían otros campos como la TV, mucho mejor pagados que la prensa plana. Blaya demostró que era un ejecutivo de altísima calidad. En una oportunidad me dieron un minuto para explicar una hipótesis de un cura antropólogo, profesor de una universidad de Nueva York, sobre el programa del welfare, diseñado fundamentalmente por hombres, y su impacto en mujeres de bajos recursos. Sin duda, era un tema polémico. El canal 41 de Nueva York vio la rentabilidad política, o actuó por temor, bajo la indicación de la gerencia. Lo cierto es que Al Sharpton, ministro baptista, fue a pedir mi cabeza al canal, sin haber oído mi comentario en español, y Blaya me defendió con total firmeza.
Cuando The Miami Herald parió un pliego en español, creyeron que sería un fenómeno pasajero. Pero luego comprobaron que aumentaba el perímetro del castellano. Como el mundillo de los editores de diarios es muy reducido, se hablaba con mucho respeto de Carlos Castañeda y de la hazaña que había realizado en Puerto Rico. Lo llamaron y de ahí nació El Nuevo Herald en la primera parte de los 80. Allí comparecieron Roberto Suárez, Gustavo Pupo Mayo, Sam Verdeja, Armando González, Roberto Fabricio y el gran Carlos Verdecia, exdirector de El Nuevo Herald.
Creo que fue Pupo Mayo. Me ofrecieron la dirección de El Nuevo. No la acepté. No quería desplazarme de España. Me ofrecieron dirigir la página de Opinión. Puse dos condiciones para que no aceptaran: solo estaría presente la primera semana del mes. Las otras tres las pasaría en España. (A fin de cuentas, inauguré el trabajo a distancia que se popularizó durante la pandemia.) La segunda condición era que fueran mis adjuntos Araceli Perdomo, de cuya integridad se contaban cosas muy positivas en la redacción, y Andrés Hernández Alende, para no cometer errores ni injusticias. Al extremo que, andando el tiempo, tras mi renuncia, Araceli y Andrés me sustituyeron en el cargo. A lo largo del tiempo El Nuevo Herald ha sido mi casa.
He tenido la oportunidad de escribir en los mejores periódicos de América Latina, de España y de EEUU. En los últimos tiempos mi columna semanal ha aparecido en El Libero, el mejor periódico digital de Chile, y en El Independiente, un excelente diario digital que sacan Casimiro García-Abadillo, Victoria Priego (dos grandes veteranos del periodismo español) y —en la parte internacional— Ana Alonso. Esos dos diarios completan el cuadro del ámbito de la lengua en el que he tenido el privilegio de dar la batalla de y por la libertad. Al final de mis memorias, Sin ir más lejos, publicadas por Silvia Matute en Debate, editora de Penguin-Random House, cité al filósofo Julián Marías por su humilde frase. Hoy lo vuelvo a hacer: «Hice lo que pude».
Carlos Alberto no solo ha hecho lo que ha podido. Hizo mucho, mucho más. Su vida es testimonio fiel de entrega a Cuba, a la Cuba que todos soñamos y que sin duda llegará. Una Cuba en libertad republicana y democrática, respetuosa de los derechos humanos, plenamente integrada al grupo de naciones libres del mundo.
Siempre pensando en ello, Carlos Alberto publicó en 14ymedio una carta abierta a Miguel Díaz-Canel, que también merece la pena de ser compartida en su totalidad.
Carta abierta a Miguel Díaz-Canel
Carlos Alberto Montaner – 14ymedio
He envejecido en la oposición a su régimen. Cuando usted no había nacido yo era un prematuro anticomunista, totalmente intuitivo, a los 16 años. Tenía 15 años cuando el triunfo de la revolución. Hoy tengo 80. No hay derecho a ese continuismo. Y era antibatistiano, también, de una manera natural. El antibatistianismo era la consecuencia de mis padres. Manola y Ernesto lo eran. Llegado al exilio en la tarde del 9 de septiembre de 1961, me sorprendió el cambio que se podía observar en mi padre: era un cambio probatistiano y lo atribuí, sin ningún fundamento, a la nueva esposa que había tomado mi padre: Lourdes Anaya-Murillo, hija de unos prominentes batistianos.
Manola, seguía siendo antibatistiana. Yo me alegré de que mi madre continuaba sintiendo la democracia de la misma forma que yo había aprendido: una absoluta tolerancia con el pensamiento ajeno. Le cuento esta historia para que usted no crea la desinformación que el régimen propaga en sus publicaciones sobre sus adversarios. No tengo nada que ver con la CIA, ni con el terrorismo, ni con Batista, y no hay un adarme de verdad en el bulo de «que Montaner ayudó a adiestrar a Yoani Sánchez en las cosas de internet» en una visita de ella a Europa. A diferencia de Yoani, directora del magnífico y necesario digital 14ymedio, ni sé ni me interesa cómo funciona la red. Mis conocimientos de estos asuntos son muy limitados. Esas son excusas que siempre pone la Seguridad para descalificar a quienes proponen iniciativas al margen del comunismo, como la que hay en esta carta.
Señor Díaz-Canel, el marxismo, como sustancia del sistema comunista, ha fracasado siempre, con todo tipo de comunismo y de líder que lo ha intentado
Señor Díaz-Canel, el marxismo, como sustancia del sistema comunista, ha fracasado siempre, con todo tipo de comunismo y de líder que lo ha intentado. ¿Por qué? Se ha llevado a cabo entre alemanes y ya vio los resultados. Se trató entre los coreanos y ya ha visto usted las consecuencias: en la misma península hay una parte, al norte, que ni siquiera tiene electricidad por las noches. Y en el sur, en cambio, es la Corea desarrollada que exporta vehículos, televisores y computadoras, y la población tiene un estándar de vida similar al del primer mundo.
Lo que no se ha conseguido es igualar los resultados. No todo el mundo es poderoso y rico en los países más prósperos del planeta. Hay, por supuesto, numerosos pobres en las sociedades más ricas del mundo. Pero ¿qué tipo de pobre se halla inmerso en esos bolsones de riqueza? En EE UU, la pobreza es de una familia de 4 personas que tiene ingresos de menos de 27.750 dólares, además de acceso a las escuelas, los hospitales, las estampillas de alimentación y a la justicia. El welfare state es más impresionante aún en los países nórdicos de Europa. Dinamarca le pagará a mi nieta Claudia por un segundo máster. Cuando termine de estudiar podrá enfrentarse a una vida sin deudas.
Esto se paga con los ingresos que generan los salarios de los trabajadores y los beneficios de las empresas. Confiscar las grandes y medianas empresas fue un grave error que se cometió entre junio y diciembre de 1960 en Cuba. Con cobrarles impuestos bastaba. Y confiscar las pequeñas fue una estupidez ocurrida en 1968, donde decenas de miles de empresas pasaron al Estado, durante la «Ofensiva revolucionaria», algunas de ellas formadas por solamente una persona, como los taxis y ciertas barberías y peluquerías, y, muy a su pesar, la sociedad cubana se convirtió en la más comunista del planeta.
No he llegado hasta aquí para decirle lo que ya usted sabía. Que Marx estaba equivocado era evidente. Que el comunismo estaba basado en la apropiación del aparato productivo era un desastre. Que en nuestra isla había provocado una catástrofe tremenda, con las ciudades y los caminos destrozados, como si hubieran sufrido un bombardeo de una potencia inclemente. Lo que merece oírse es «cómo transformar los reveses en triunfos», como creo que dicen ustedes mismos.
Recientemente vino a visitarme a Madrid la joven Rosa María Payá. Venía a traerme un libro. Es la hija de Oswaldo, a quien asesinó la Seguridad del Estado en el 2012, junto a Harold Cepero. Esto se demuestra en la investigación que ha hecho David E. Hoffman (Give me liberty, Simon & Schuster) quien ha ganado un premio Pulitzer por, precisamente, investigaciones históricas.
Rosa María hoy lidera Cuba Decide y no ceja en su empeño de continuar la misión que su padre, al frente del Movimiento Cristiano de Liberación, impulsó en la Isla con el Proyecto Varela. Su objetivo era que se celebrara un plebiscito mediante el cual los cubanos decidieran libremente en las urnas su destino. Objetivo que persigue su hija para acabar de una vez con la maldición del continuismo que usted tristemente preside. Mi tiempo ya ha pasado. El tiempo del castrismo ya se agotó. En realidad, nació condenado al fracaso desde el principio. Es el momento de jóvenes como Rosa María Payá dentro y fuera de la isla, que buscan afanosamente lo que ella resume como «la defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos.» Aprenda de ellos. Todavía puede hacerlo.
2 – Yoani Sánchez (Deustche Welle / 14ymedio): El inmovilismo marca el nuevo mandato de Díaz-Canel en la presidencia de Cuba
Raúl Castro, muy cerca del mandatario Miguel Díaz-Canel y de otros altos cargos como la presidenta de Gaesa, Ania Guillermina Lastres Morera, y el primer ministro, Manuel Marrero, el pasado miércoles. (Captura)
El pasado 19 de abril tomó posesión de sus cargos el nuevo parlamento-escogido-a-dedo por la nomenclatura castrista, con un gobierno que ni gobierna ni le interesa hacerlo, encabezado por el inepto e inhumano Miguel Díaz-Canel, repitiendo en el cargo.
Relata con brillantez la periodista lo que caracteriza al actual paisaje cubano ante las diversas crisis que destruyen el día a día de los ciudadanos de a pie: la crisis del combustible, las largas colas para ver si hay suerte y se pueden adquirir alimentos a pesar de la inflación, la crisis de los servicios eléctricos.
¿Qué palabra usa Yoani Sánchez para describir este despropósito que alguna vez fue llamado revolución?
Inmovilismo.
Ello es así porque la repetida designación de Díaz-Canel en la presidencia es mera continuidad del fracasado modelo de gestión, de visión de la realidad, del castrismo. Sigamos con las palabras de la periodista:
“El gobernante, que durante las protestas populares del 11 de julio de 2021, apareció ante las cámaras de la televisión nacional diciendo que «la orden de combate» estaba dada, cuenta ahora con cinco años más para imponer la voluntad de su bando.
Su reelección será leída por muchos cubanos como la confirmación de que no habrá una mejora económica a corto plazo y que hacer las maletas para emigrar resulta la más sabia decisión. Otros, concluirán que vienen más meses de retórica diplomática crispada y que Cuba seguirá alineada con el eje de regímenes autoritarios como los de Nicaragua, Venezuela y Rusia.
Díaz-Canel representa también la tibieza en las necesarias transformaciones económicas y las excesivas inversiones en la construcción de hoteles mientras se siguen recortando los recursos para la Salud Pública y la Educación. Su nombre está indisolublemente vinculado también a los más de mil presos políticos y al exilio forzado de cientos de activistas.
¿Por qué alguien con tan poca popularidad y un historial de tantas decisiones desafortunadas tendrá un lustro más frente a los timones de la nación? Lo ha llevado otra vez a ese puesto el designio de Raúl Castro, quien lo seleccionó entre otros benjamines para que le cuide las espaldas, evite el desmoronamiento del sistema e impida que el nonagenario general y su familiares terminen frente a un tribunal o deban hacer las maletas para refugiarse a la sombra de algún camarada extranjero.
Díaz-Canel ha cumplido la orden que le dio Castro. No ha logrado ofrecer una vida más digna a los cubanos, pero le ha salvado el cuello a todo un clan. Por eso ha sido designado otra vez como presidente: para demorar todo lo que se pueda la llegada de la libertad a Cuba”.
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3 – Con amigos como estos, la suerte de Cuba está echada
Javier Prada, en Diario de Cuba, narra con detalles de todo tipo otro ejemplo de que entre quienes sostienen al régimen castrista se encuentran los agentes opinadores del exterior que no asumen ni reconocen la barbarie del castrismo.
Esta vez le toca el turno a un bloguero español, Paco Nadal , quien en el diario El País (Madrid), contó cómo su visita a la Isla había sido tan excelente que recomendaba a sus compatriotas que fueran de turismo allí. ¿Por qué?
Si bien los cubanos sufren privaciones, usted no las tiene que ver; y -la guinda principal- porque si no van turistas a Cuba la situación se pondrá peor-.
El señor Nadal -suponemos que no tiene nada que ver con el exitoso tenista hispano- le adjudica al régimen castrista el supuesto mérito de esforzarse en que los turistas no vean la terrible realidad cotidiana que sufre el pueblo. No parece preocuparle, al contrario, que la escasa producción agrícola o de carne vayan a las mesas de los hoteles para captar dólares y euros, mientras la dictadura no invierte ni uno solo de esos dineros en mejorar la calidad de vida del cubano.
No se da por enterado el español de que hay toda una campaña gubernamental contra los emprendimientos privados, y los que están sobreviviendo lo hacen porque están “enchufados” al régimen. Tampoco que la crisis está llegando a afectar a la calidad de los servicios en los hoteles. Y bien dice el periodista de Diario de Cuba:
“No hay margen para el engaño; lo único que funciona en Cuba es la represión y la propaganda de cara a la opinión internacional. (…)
Cuba está en condiciones deplorables gracias a un sistema incapaz de renovarse, y también por culpa de agentes de opinión como Paco Nadal, que no reconoce la barbarie provocada por el régimen cubano, pero presta su blog para gestionarle divisas. Con amigos como él, la suerte de Cuba está echada”.
Al final, ¿qué logró el artículo de Nadal?
Que artistas, escritores, activistas y periodistas independientes cubanos se congregaran el pasado 26 de abril frente a la sede del periódico El País, en Madrid, en protesta por la publicación en ese diario del artículo del señor Nadal.
En el cartel que portaban los manifestantes frente a la sede del periódico español se podía leer: «Tu paraíso, mi prisión, más de 1.000 presos políticos en Cuba».
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4 – La crisis económica y política en Cuba barre con el simbólico desfile del Primero de Mayo
Es tal la crisis socio-económica que atraviesa la Isla, y el miedo a nuevas protestas, que las autoridades cubanas cancelaronn todas las actividades previstas para el Primero de Mayo, como relató Mario Luis reyes en el medio digital “Árbol Invertido”.
Usaron como excusa para la suspensión “la inestabilidad climatológica”, y las intensas lluvias provocadas.
Días después, el 5 de mayo, convocaron una manifestación por el proletariado mundial, contra el bloqueo, a favor de la batalla económica, y demás monsergas que repiten desde hace décadas y que ya no le dicen nada a un pueblo hastiado.
5- El valor real del salario en Cuba cayó casi a la mitad en dos años, pero en 2023 será peor
Concluimos con declaraciones del economista Pedro Monreal a Diario de Cuba, quien afirma que el paquetazo de la Tarea ordenamiento de enero de 2021 podría haber depreciado los ingresos de los cubanos alrededor de un 45%.
Monreal indica que 2022 fue un año muy ‘malo’ para el salario ‘real’ en Cuba, y 2023 pudiera ser peor, porque hasta el momento la inflación se ha acelerado.
Nada bueno en el horizonte de la Isla. O sea, más de lo mismo, pero peor.
Marcelino Miyares, Miami, 23 de mayo 2023.