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Nicolás Redondo, en el acto de los socialistas críticos: «Mi partido ha iniciado una época discursiva muy parecida a los años treinta»

Los históricos del PSOE le piden a Sánchez que no «persevere en la estrategia del fracaso» y vuelva a «consensos básicos para España»

               Cándido Méndez y Nicolás Redondo en la reunión de socialistas críticos TANIA SIEIRA

 

Históricos del PSOE creen que ha llegado el momento de alzar la palabra, aún más, contra Pedro Sánchez. Las voces que se han pronunciado en los últimos días, tras la debacle de los socialistas en las elecciones autonómicas y municipales del pasado domingo, no son nuevas. Representan, no en vano, la llamada ‘vieja guardia’. Y tampoco son novedosos sus argumentos, singularmente los que se refieren al acercamiento del actual presidente del Gobierno y secretario general de la formación a los grupos independentistas catalanes y vascos como ERC y EH Bildu, ambos fundamentales en la legislatura que ahora toca abruptamente a su fin, tras el adelanto electoral.

De la misma manera, quienes enmiendan a la actual dirección desde la ‘auctoritas’ de su pasado como dirigentes del partido son muy críticos con el acercamiento al socio de coalición, Unidas Podemos. Y aún más con la manera en que el discurso y las formas de la formación morada parecen haber impregnado a la actual cúpula socialista, como quedó de manifiesto en el discurso que este miércoles protagonizó Sánchez ante los senadores y diputados socialistas. En su alocución, el presidente acusó al Partido Popular (PP) de ser una «derecha extrema» -al tiempo que insistía en el peligro de su eventual alianza con la «extrema derecha» de Vox- denunció una pseudoconspiración en su contra de los poderes económicos y mediáticos y señaló, al más puro estilo de Pablo Iglesias, a los medios de comunicación como inductores de una «feroz» campaña que se hará en su contra. Una ofensiva que llegaría a incluir, según advirtió a sus parlamentarios, tanto la acusación de dar un «pucherazo», como la pretensión de «detenerme», dijo, por ello.

 

La Fundación Carlos de Amberes, en pleno centro de Madrid, ha albergado un acto organizado por el colectivo Fernando de los Ríos, que lleva tiempo movilizando a esos socialistas disidentes de las actuales políticas del partido, y también a personas de la izquierda no nacionalista, como algunos exdirigentes de Ciudadanos (CS) adeptos a la línea socialdemócrata del partido naranja e incluso el primer ideólogo de ese partido, el constitucionalista catalán Francesc de Carreras.

El evento, al que han asistido unas doscientas personas en una tarde de intensa lluvia y tráfico en la capital, formalmente un coloquio de «análisis» de los resultados que depararon las urnas el pasado domingo, ha contado con la presencia señalada del exlíder del PSE, Nicolás Redondo Terreros, hijo del histórico dirigente de la Unión General de Trabajadores (UGT) fallecido este año, así como del sucesor de este último al frente del sindicato, Cándido Méndez. Y también, en calidad de moderador, el antiguo eurodiputado Pedro Bofill, además del catedrático de Sociología, José Antonio Díaz.

Entre los presentes ha estado el expresidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, así como los exministros de los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, José Luis Corcuera, Virgilio Zapatero y César Antonio Molina. En las primeras filas se ha podido ver también al expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, expulsado del partido el año pasado, al antiguo líder de los socialistas madrileños y exalcalde de Parla, Tomás Gómez, al expresidente del Senado, Javier Rojo o al economista José Carlos Díez, además de al citado Francesc de Carreras.

No ha acudido, sin embargo, el exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, quien sin embargo lleva tiempo arremetiendo contra Sánchez y sus políticas. Sí ha hecho acto de presencia el exdiputado socialista Francisco Fernández Marugán, uno de los dirigentes más destacados en su día de la corriente guerrista del PSOE.

Redondo y Méndez

La introducción del coloquio ha corrido a cargo de Pedro Bofill, antiguo eurodiputado socialista (también estuvo presente otro de los exparlamentarios del PSOE en Bruselas, Alejandro Cercas) y miembro del colectivo Fernando de los Ríos, quien ha puesto el acento en la condición transversal de esta asociación, en la que no solo hay militantes del PSOE, y ha abogado porque su partido (Bofill sigue siendo militante) trate de «marcar más la agenda, la conversación», y no estar tan supeditado a otras formaciones como Podemos.

El catedrático de Sociología, José Antonio Díaz, ha diagnosticado que la «política de bloques» practicada a su juicio por la actual cúpula socialista no es «una estrategia inteligente». Y eso es, ha aseverado, la principal lectura que cabe sacar del fracaso socialista en los comicios autonómicos y municipales, donde se han dejado buena parte de su poder territorial.

Las intervenciones de mayor calado y alcance, y más críticas, desde distintas aproximaciones, han sido las de Méndez y Redondo. La primera centrada en el ámbito económico y social y la segunda en el terreno más estrictamente político. Casi no se ha mencionado por su nombre a Pedro Sánchez, pero no era necesario.

Redondo aludió al discurso del presidente del Gobierno de ayer, para decir que con esa intervención ante el Grupo Socialista «mi partido ha iniciado una época discursiva muy parecida a la de los años treinta», algo que ha calificado de preocupante porque «el siglo XXI no es el XX, y ahora estamos en la Unión Europea y no necesitamos reincidir en ese discurso de confrontación». El exsecretario general del PSE lo ha calificado, incluso, de «insoportable», y ha criticado también el «aplauso soviético» ofrendado por los diputados y senadores socialista al jefe del Ejecutivo, que duró casi tres minutos.

Méndez, por su parte, ha puesto en valor el diálogo social practicado durante esta legislatura entre sus sucesores en UGT junto a CC.OO. y la patronal, algo que a su juicio ha dado buenos frutos. Sin embargo, ha alertado que no se podía utilizar esa entente entre los agentes sociales como «contrabando electoral», dado que entonces, ha sintetizado gráficamente, «te pillan en la aduana». El exlíder de UGT, que ha recordado que a sus 71 años lleva medio siglo militando en el PSOE, pidió a su partido que de cara a las elecciones generales del 23J no «persevere en el error» y que «pase lo que pase», busque «consensos básicos para España». Y ha puesto un ejemplo, el de que la ley de la Vivienda no se podrá aplicar sin el acuerdo del PP, precisamente por el poder territorial de los populares tras el 28M.

Redondo ha concluido que la palabra «refundación» puede dar miedo, «aunque el PSOE se ha refundado muchas veces». Y mirando al escenario abierto en el País Vasco y Navarra, ha abogado por una entente entre las formaciones constitucionalistas para evitar gobiernos de Bildu. En ese sentido, ha afirmado que «todo vuelve a pasar por Navarra» y ante la posibilidad de que el Partido Socialista de Navarra (PSN) facilite que el Ayuntamiento de Pamplona siga en manos de la fuerza más votada, Unión del Pueblo Navarro (UPN), ha dicho que no le parece suficiente, e incluso una respuesta «acomplejada», dado que lo idóneo sería, ha explicado, un acuerdo con la derecha foral que cerrase el paso a los de Arnaldo Otegi, tanto en la capital navarra como en el Gobierno Foral.

 

 

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