CulturaLibrosLiteratura y Lengua

Librería Lagun: un lugar de civilización contra la barbarie

Siempre que cierra una librería es un día lamentable para los que amamos los libros, pero Lagun era algo más que una librería

Cristal de la librería Lagun de San Sebastián

 

Siempre que cierra una librería es un día lamentable para los que amamos los libros, pero Lagun era algo más que una librería. Si todas las librerías son un lugar de civilización, Lagun lo era de una manera suprema. Fue el lugar de encuentro para las personas que querían resistir a la barbarie en tiempos difíciles, un lugar en el que mantener alzada la bandera de la ilustración.

Durante una época estuvimos muy abandonados en el País Vasco. Solo teníamos nuestras pocas fuerzas frente a la violencia y el separatismo. Hacía falta algo que nos aglutinase, que nos diera energías para hacer frente primero al franquismo y luego al nacionalismo. Así que Lagun fue un lugar de encuentro, de reunión, un lugar donde nos sentíamos acogidos por fuerzas progresistas, españolas. Lagun era un lugar donde no tenías miedo a decir soy español. Por eso su cierre tiene para mí algo de final de mi vida en el sentido intelectual, social, político.

Hubo muchas agresiones a la librería, fueron constantes: ruptura de cristales, quema de libros… La librería estaba en el corazón mismo de la parte vieja de San Sebastián, en el centro de todos los conflictos que hubo. Era un lugar en el que la policía casi no se atrevía a entrar. De hecho, al final la librería tuvo que trasladarse porque no había forma de garantizar su seguridad.

El cierre tiene que ver con el problema de las librerías tradicionales, que han ido poco a poco haciéndose inviables frente a los grandes negocios. Han muerto dos de los fundadores, María Teresa Castell y José Ramón Recade. Ignacio Latierro, el alma de la librería, se ha retirado totalmente tras la muerte de su mujer. Y al final no ha funcionado económicamente.

Es una pena. Hoy es un día triste para algunos.

 

Botón volver arriba