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Cristina Casabón: El batacazo de Yolanda

«La marioneta de Sánchez, bajo esa nariz orgullosa oculta un continuo estar a la defensiva, un temor a las de su propio partido»

Lo que a mi entender explicará el batacazo de Yolanda el 23-J es ese afán, ya digo, de controlarnos y convertirnos en un engranaje de su ingeniería social. Esta nueva progresía formada por funcionarios eventuales, los enchufados de hoy, los burócratas de partido, busca votos con la mercancía de la felicidad, y ya dijo Goethe que «la felicidad es una cosa de plebeyos». Díaz reparte dinero gratis un día y al otro propone en su programa regular la prensa como hacía Franco… Esto es, que nos dirigen alegremente hacia el tutelaje gubernamental. Y van a por el periodista mediante el truco del código deontológico, que no es más que una nueva y más sofisticada forma de intimidación y exclusión. Pues vamos a informar, mientras dure, del tinglado de la señora.

Como ya sabemos, le van a hacer la cama las pirujas, Montero y Belarra con todo su séquito, tal y como Sarandon y Streep hicieron con Hillary por no cortarle las balls a su maridito infiel. Sabemos también de muchas otras feministas que prefirieron a Trump antes que a Hillary. La marioneta de Sánchez, bajo esa nariz orgullosa oculta un continuo estar a la defensiva, un temor a las de su propio partido. Tampoco se besa igual a un presidente que a un marido, pero tras el batacazo del 23-J acabarán por destronarla igualmente. La pobre, desesperada, se ha puesto a consultar el horóscopo del amor y todas las cartas le salen del revés. De momento, se pasea amorosa con Ada Colau, y en la foto de Galicia tienen un morbazo de pareja, de bomba de amor, que no se daba literariamente desde La muerte en Venecia.

Sea como sea, hoy vemos a Yolanda como una bomba de felicidad, levantando la ilusión herida por las guerras intestinas y el batacazo de mayo. A mediados de semana ha matado de paz al gremio de periodistas, amenazando la libertad de la palabra, la opinión y la interpretación de los hechos. Han rectificado, sí, pero no se nos quita el susto del cuerpo. Ahora propone que el órgano fiscalizador, evidentemente a las órdenes del Gobierno, regule y supervise amorosamente el sector, lo cual me hace pensar que debería optar por otros hobbies o alguna vieja costumbre como el cine clásico. Y viendo a Yolanda y sus amigas me viene aquello de Robert Mitchum en Retorno al pasado: «Yo creo que alguien nos la ha jugado y usted huele a cadáver».

«La verdad es que los yanquis y los de Sumar tienen tanta vocación de ser felices que ya merecen serlo»

Ante todo, el tema es mantener la sonrisa y ‘a mal tiempo buena cara’. En Estados Unidos, que es donde pasan estas cosas, se ha autorizado el primer fármaco transcutáneo contra la depresión. La verdad es que los yanquis y los de Sumar tienen tanta vocación de ser felices que ya merecen serlo. Todo son risas y aplausos amorosos. Qué pasada. Pero sus políticas, pese al disfraz y las fotos de felicidad, han ido dejando algunas caras blancas, de susto vacacional. No han visto, percibido, que ante el menor signo de mangoneo, el españolito resuelve ‘ir a la contra’, no en plan reaccionario, sino por salvar la libertad y la propiedad con los muebles. La reacción a las medidas de Sumar no se ha hecho esperar, o sea que los lectores han elegido bando y han elegido bien.

 

 

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