Democracia y PolíticaDictaduraEleccionesMarcos Villasmil

Villasmil: Los candidatos hablaron

Sánchez o Feijóo: ¿quién ha ganado el debate cara a cara?

 

Y hablaron en España y Venezuela.

El lunes 10 de julio se realizó el debate (“Cara a Cara”) entre el actual presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder opositor Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular. Dos días después se reunieron ocho de los precandidatos opositores a la dictadura chavista (“Hablan los candidatos”).

Desde el punto de vista de modelo de debate escogido el primero tuvo a dos moderadores, periodistas veteranos, Vicente Vallés y Ana Pastor, que perfectamente podrían haber sido substituidos por cualquier persona pasando por la calle de la emisora de Tv; sólo tímidamente intentaron influir en la gallera generada principalmente por Pedro Sánchez. Para el socialista, por lo visto, debatir no es un hecho democrático sino un deporte sangriento, un bloodsport.

En el caso criollo destaca de entrada la impuntualidad ya crónica y por lo visto imposible de evitar; hubo asimismo problemas con el micrófono de María Corina Machado, y quizá demasiada gente hablando al inicio. Pero el esfuerzo y los logros fueron muy meritorios.

¿Cuándo se originó el arte de debatir? Sin duda alguna, fueron muy importantes en el ágora griega, la plaza pública, y en el senado romano; las decisiones en la democracia ateniense y la república romana se debatían y se votaban.

El país donde más se debate, a cada rato, es Estados Unidos; sin embargo hoy allí se extrañan liderazgos con peso político y ético real, específico, y que además debatían con gran tino. Recordemos, para citar dos, a John Kennedy y a Ronald Reagan.

El día 26 de septiembre de 1960 es una fecha que se menciona mucho en este tipo de notas, y no voy a ser yo quien lleve la contraria. La razón de ello es que ese día se llevó a cabo el primer debate entre John Kennedy, candidato demócrata, y el candidato republicano, para ese momento vicepresidente en funciones, Richard Nixon. Fue el primer debate político televisado de la historia. Lo cierto es que luego de esa contienda la política y la Tv cambiaron para siempre.

No recuerdo quién dijo lo siguiente, pero lo comparto: se deben ver los debates de manera algo similar a como Churchill veía la democracia: es la peor forma de confrontación de ideas, pero al parecer no hay una alternativa mejor.

***

Todd Graham, considerado un especialista del tema en los Estados Unidos tiene una fórmula con la que ilustra lo que debe hacer un político para ganar un debate. La resume bajo las siglas AARP: “argumentar”, “atacar”, “responder” y “presencia”. Para ganar un debate, un candidato debe exponer su proyecto, atacar cuando sea necesario y responder con gran firmeza a los ataques en su contra, buscando revertirlos. Todo esto, mostrando serenidad y seguridad, transmitiendo fuerza y confianza, “lucir presidencial”.

En el debate español, el único que lució presidencial fue Alberto Núñez Feijóo; no porque fuera particularmente brillante, sino porque su rival fue en todo momento un hombre nervioso y antipático, a ratos luciendo desquiciado, balbuceante, acorralado, eufórico, maleducado. Sánchez parecía un actor mediocre y sobreactuado.

La gran mayoría de los debates electorales no propician conversaciones sobre políticas públicas, ni sirven para hacerse una idea de las propuestas de un partido. Pero valen al menos para retratar el talante de los candidatos. Y Sánchez se mostró como lo que es: un narciso patológico, un mentiroso contumaz,  incapaz de respetar el turno de palabra de su adversario y con exceso de frases prefabricadas. Feijóo, en cambio, mostró seguridad, ironía, y a ratos incluso lució implacable. Sánchez se noqueó a sí mismo,  y como afirmó la periodista Cristina Casabón: Sánchez perdió mintiendo.

La hostilidad excesiva ayuda más a movilizar a los adversarios que a convencer a los propios. Uno no puede presentarse desquiciado a un coloquio porque, diga lo que diga, tiene las de perder.

Lo único seguro hoy: PP quedará en primer lugar y los partidos extremistas – Vox  por la derecha y Sumar por la izquierda- perderán diputados.

Lo que inmediatamente comenzó en los socialistas fue la cacería de brujas -más bien de chivos expiatorios- a quien culpar por la debacle. Al parecer la lotería la ganó el secretario de organización Santos Cerdán; así lo señaló el día después del debate El País, diario que es la principal terminal mediática del Gobierno Frankenstein.

Lo que ningún medio sanchista y socialista ha podido tapar: una de las cosas que un político no puede hacer es el ridículo en horario estelar. Y con toda la feligresía nacional observando.

***

Debate de la Primaria 2023, Venezuela: cómo y dónde ver "Hablan los candidatos" | debate en la UCAB | primarias en Venezuela | candidatos para las Primarias | VPITV | Venezuela | La República

 

¿Cómo armonizar razones y pasiones, que ambas son muy necesarias?. Creo que el debate opositor venezolano, como expresión del hecho democrático, fue superior al español. Y fue organizado totalmente por la sociedad civil; los partidos sólo pusieron los ocho participantes.

Hubo cordialidad, respeto, consenso en el objetivo central, salir de la dictadura. Como siempre, el formato fue esencial. En la Universidad Católica nadie interrumpió a nadie, al contrario. Se buscó en todo momento evitar la confrontación y violencia verbales.

Faltó, eso sí, en las preguntas la temática internacional; más que nunca Venezuela no es una isla.

Hubo algunas críticas que afirmaban que no hubo confrontación ni choque de ideas; ¿fue acaso mejor el debate español por la cantidad de interrupciones, mentiras e insultos que Pedro Sánchez generó?

Es claro que fue una primera presentación conjunta en sociedad que sirvió para que viéramos y midiéramos argumentos, capacidad expresiva, claridad conceptual. Hubo para todos los gustos. Y claro, queda todavía mucho por hacer y obstáculos que el régimen seguirá produciendo y a los que hay que dar prioridad estratégica. La reunión de los precandidatos el lunes 17 fue -según afirman algunos asistentes- otra iniciativa muy positiva.

Nuestro líder (que no jefe, o caudillo) opositor electo en la Primaria debe ser un portaestandarte de la unidad nacional, para lograr un país futuro en el cual el gobierno esté al servicio de todos y no sólo de parcelas amigas. Unidad en la diversidad y en el pluralismo, al contrario de la pregonada por los sátrapas del socialismo del siglo XXI, la de los cementerios totalitarios. El debate criollo fue un paso en esa dirección. La unidad y la cordialidad fueron objetivos prioritarios, porque sin ellos retrocederíamos a los tiempos en que el liderazgo opositor estaba dividido y sin rumbo claro. Y eso ocurrió hasta hace poco. 

 ¿Ganadora del debate? La lucha democrática; ¿perdedores? El régimen y los  precandidatos que con razones absurdas e inconsistentes se negaron a debatir. Un inmenso error. Quien afirmó que “debatir es dividir” se equivocó totalmente. Y, casualmente, los dos candidatos más reconocibles que no fueron al debate en días posteriores (Capriles y Rosales) han ahondado en declaraciones que explican por qué la brújula la tienen desajustada.

El 12 de julio de 2023 se hizo historia. De la buena.

 

 

Botón volver arriba