El asesinato del candidato presidencial y periodista Fernando Villavicencio debe marcar un antes y un después en la región latinoamericana.
Fernando Villavicencio está muerto. Fue asesinado en un acto de campaña, a solo diez días de las elecciones presidenciales del Ecuador. Asesinado a balazos, a sangre fría, después de que había prometido enfrentarse al crimen organizado y después de que había confrontado a las mafias desde el periodismo.
Las balas que le quitaron la vida no solo impactaron su cuerpo. Son balas que deben increpar a todos quienes estamos comprometidos con la democracia, las libertades y el Estado de derecho en América Latina.
Las imágenes que se viralizaron del incidente recuerdan los peores tiempos de la narcopolítica en la región. Esta es la cúspide de un proceso de degradación paulatina de la seguridad ciudadana, la cooptación de espacios políticos por el crimen internacional y la evidencia de la cada vez menor capacidad de muchos Estados para garantizar la seguridad de quienes ejercen bajo amenazas constantes sus derechos democráticos.
Defender el espacio democrático
La muerte de Fernando Villavicencio es un llamado a todos quienes se identifican como demócratas. Ante cada ataque a la política responsable, debe primar la defensa común del espacio democrático. Es también un llamado a enfrentar la ilegalidad, junto a las instituciones estatales y con toda la fuerza de la ley. Y, finalmente, un llamado a la formación de valores democráticos a los jóvenes y ciudadanos.
Ecuador está entre los países donde ha crecido la indiferencia de la sociedad con el sistema democrático. En el último reporte de Latinobarómetro (2023), casi cuatro de cada diez ciudadanos estaba a favor de la democracia y a la misma cantidad de personas esto le era indiferente. Si estas cifras siguen empeorando en gran parte de la región, y si los Estados democráticos no logran proteger a sus ciudadanos, el autoritarismo quedará a la vuelta de la esquina como alternativa, con sus supuestas soluciones fáciles y su destrucción del tejido democrático y social.
Konrad Adenauer decía que «a la larga, el derecho siempre ha sido más fuerte que la violencia y seguirá siéndolo en el futuro».
Desde Diálogo Político comunicamos nuestra convicción de que solo desde el Estado de derecho y la democracia se pueden construir países seguros para todos. Para esto, la realidad de Ecuador exige la unidad de los demócratas. Deseamos que la muerte de Fernando Villavicencio, a cuyos seres queridos extendemos nuestra solidaridad en estos horribles momentos, sea el punto de inflexión que la región tanto necesita.
Consejo de Redacción de Diálogo Político
Sebastian Grundberger
Kristin Langguth
Ángel Arellano
Manfred Steffen
Fabiola Chambi
Julio Castillo López
Gabriel Pastor
Rodrigo Melgar
Yaldimar Ruiz