Yo, con Lacalle
«Un economista liberal e independiente como Daniel Lacalle no se callará y los que defendemos su derecho a denunciar las trampas y mentiras de Sánchez, tampoco»
El economista Daniel Lacalle.
Es posible que algunos lectores no sepan quien es Daniel Lacalle. Paso a explicarles. Se trata de un economista liberal, brillante e independiente, tres atributos que resultan difícilmente soportables para los que militan en el totalitarismo socialista -perdón por la redundancia-. No soportan que sea liberal, para ellos un auténtico anatema partidarios como son de la imposición del colectivismo y del dirigismo estatista. No soportan que sea brillante pues quiebra así la ramplonería profesional que a ellos les caracteriza. Y no soportan que sea independiente pues constituye un peligro para la extensión social del pensamiento oficial. No soportando lo que no soportan y embravecidos como están después del 23-J, han decidido enviar su jauría de sicarios, individuos y medios, a la caza de Lacalle.
El camino ya fue señalado reiteradamente por Sánchez en varias ocasiones al calificar como «brujos y chamanes» a todos los que discrepamos del relato económico del Gobierno y del triunfalismo oficial que, mediante los trucos y maquillajes de su peculiar magia estadística, presenta los resultados de su política económica como quien enseña un trofeo de caza, hiperbolizando el tamaño de la pieza.
Al discurso motorizado del Gobierno se han enfrentado Lacalle y varios economistas, todos liberales, brillantes e independientes como Bernaldo de Quirós, Rotellar y otros, que se han atrevido a cuestionar la política económica de Sánchez, a denunciar la manipulación de no pocas estadísticas oficiales y a demostrar la utilización sesgada de determinados datos. Que se cuestione el intervencionismo gubernamental trufado de recetas peronistas, que se denuncie la ocultación de aproximadamente un millón de desempleados y que se demuestre cual es la inflación acumulada durante el Gobierno de Sánchez por citar tres ejemplos concretos, es demasiado para el autócrata y para sus huestes apesebradas. Que con datos, argumentos solventes y razonamientos fundados se discuta su verdad oficial es algo que no está previsto en su manual de resistencia, esa especie de nuevo Mein Kampf con el que los bien pagaos entronan a su resistente líder.
«La libertad política y económica, además de ser irrenunciable, es la que hace prosperar a la sociedad»
Pero han de asumir, les guste o no, que no todos somos iguales. Ellos idolatran las teorías de Ernesto Ché Guevara, ese salvaje que llenó de asesinatos el castillo de El Morro de la Habana y que, en connivencia con el dictador Fidel Castro, sembró la ruina económica y el liberticidio político para varias generaciones de cubanos. Nosotros, en cambio, hemos leído a Von Mises y hemos aprendido con él que las libertades política y económica, la de empresa, la de mercado, la de residencia…, además de ser irrenunciables, son la palanca que hace prosperar a la sociedad.
Pero claro, idólatras como son del reseñado asesino y de sus teorías, ellos se muestran incómodos ante la reivindicación de las libertades citadas y parecen dispuestos a someter al que no se someta a sus reglas y más aún, si se atreve a denunciar las trampas de su discurso triunfante. Esto es lo que ha hecho y hace Lacalle, impulsando y animando que los economistas libres y liberales desnuden el cuento de las cuentas de Sánchez y ahora éste y sus monigotes quieren pasarle factura. Sin duda, su estancia en La Moncloa hace grande el poder del autócrata y siendo generoso con sus lacayos le resulta sencillo disponer de un ejército de mercenarios que, con abundancia de medios y escasez de escrúpulos, esté dispuesto a ejecutar las órdenes recibidas. Pero en sus cálculos se olvida que por ser liberales y a fuer de serlo, somos también indómitos.
Lacalle no se callará y los que defendemos su derecho a denunciar las trampas y mentiras de la moto de Sánchez, tampoco. Ya pueden el autócrata y su troupe de bufones pagados, subvencionados y prohijados empeñarse en seguir engañando a la sociedad, los economistas liberales y libres, los «brujos y chamanes», seguiremos denunciando el intento de engaño. Por la libertad.