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Casabón: La amnistía, un enjuagado y ¡hale!

Ven la amnistía como un trámite hacia la impunidad y un avance hacia sus objetivos políticos

Parece que hay en el aire un nudo gordiano y van a pasar años y meses y navidades y siglos hasta que se resuelva esto de Cataluña, pero todo será un enjuagado rápido. Algunos ya pensamos que la balcanización quizá sea la solución más política y más diplomática para que no se hunda la democracia, para que no se acabe de descomponer el Estado de derecho, para que se salve España o un poco de España. En todo caso, es peor la amnistía. El concepto de amnistía o indulto es un mero trámite hacia la legitimación del procès, o sea la impunidad, pero a los españoles nos sale a pagar. Algún día alguien tendrá que estudiar ese cálido fenómeno manchego por el que nuestra España viene dando la amnistía más barata del mundo a sus enemigos, y conviene repasar la historia ahora que Pedro plantea que es sólo una pasada, un agua, un enjuagado y ¡hale!

Los españoles no hemos aprendido nada de nada, que la Ley de Amnistía adoptada por el Gobierno de Suárez en 1977 afectó a varios etarras o etistas con crímenes de sangre y no sirvió para nada. La banda respondió presionando a los españoles con el peor periodo de atentados de su historia, los años de plomo (1979-80). Se percataron de que si habían logrado la amnistía, que es la desaparición retroactiva del delito, intensificando la ‘lucha armada’ podrían conseguir el derecho de autodeterminación. Todo esto está en la historia. En 1977 era ya muy evidente que el terrorismo, como hoy el procès, no era ni una respuesta a las circunstancias políticas ni la consecuencia de un nudo gordiano no resuelto, sino una estrategia calculada hacia la independencia y la soberanía.

En ambos vemos idéntica lógica. Ven la amnistía como un trámite hacia la impunidad y un avance hacia sus objetivos políticos. Que quede claro, el nudo o conflicto social no es el problema, es el resultado de la concepción estratégica del proceso y seguirá ahí mientras a los delincuentes se les ofrezca un enjalbegado y unos afeites de urgencia. Nuestro presidente parece decidido a vender España como garantía ante el futuro de que se va a quedar con ella. Todos estos negocios de familia solo sirven para apuntalar el relato soberanista y aceptar que éstos eran unos oprimidos del Estado.

La banda vasca no aceptaba desviación alguna de sus planteamientos, como tampoco lo hace hoy Puigdemont. Qué bien le han sentado los años en el exilio, oyes. Le han hecho el pelo al vapor y la sonrisa al almidón. Durante la Transición y debido al odio a la dictadura pasamos por el filtro de la amnistía a gente que era tan nazi o más que el propio Franco. Pero ya no estamos en esos aciagos años, y los españoles deberían espabilar porque el procès nos sale a pagar. Vamos de la amnesia a la impunidad pasando por la amnistía, que los socialistas están deseando olvidar. Ya lo viene avisando ‘El País’: eso a lo que Junts y ERC llaman sencillamente amnistía no es más que buscar solución jurídica para dar carpetazo al proceso. Un fregado rápido, un enjuagado y ¡hale!

 

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