Aveledo: Compromisos que evitan confusiones
La primaria no es una eliminatoria y después cada uno –o cada una- sigue por su lado. Las estrategias de campaña no deben confundirnos y si lo intentaran, se harían un flaco favor a sí mismas y un daño a la esperanza de los venezolanos, cuya atención e interés en el 22 de octubre va creciendo, como se nota incluso en los espacios más agresivos e inescrupulosos de la propaganda anti cambio.
Todos, sin excepción las candidatas y los candidatos a la elección primaria de la oposición democrática venezolana, se comprometen a “conformar un gobierno de Cambio, Unidad y Reconstrucción Nacional que permita avanzar hacia una reconciliación nacional en Libertad”. Así está en el documento que suscribieron, en presencia del país a través de medios de comunicación y redes sociales el pasado 4 de agosto de 2023.
El propio encabezamiento que acabo de citar textualmente, contiene elementos muy valiosos. Uno es el compromiso a conformar un «gobierno de Cambio, Unidad y Reconstrucción Nacional”. Es decir, participar o apoyar juntos un gobierno para Venezuela. Allí el anuncio de una coalición amplia que ya indica una renuncia a exclusivismos sectarios. Otro es el mutuo reconocimiento como actores de la “oposición democrática”, dos datos relevantes por sí mismos. No es que unos sean de oposición y otros no o no tanto. Todas y todos se reconocen como tales, pero además no de cualquier oposición, sino de una democrática. Mensaje claro que se refiere a los valores defendidos, a los medios usados para alcanzar el poder y al modo de ejercerlo en caso de conquistarlo.
Son palabras, se me dirá y en el escepticismo viene la carga de desconfianza en la palabra de los políticos. Pero somos esclavos de nuestras palabras. Esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos. La declaración implica un compromiso y no cualquier compromiso, sino uno muy serio, por la solemnidad del acto y por la innegable gravedad de la crisis del país. Si nos atenemos a lo que han firmado, a su compromiso frente a nosotros, la primaria no es una eliminatoria, seguirán juntos los demócratas venezolanos para ganar y gobernar con un sentido de reconstrucción y reconciliación nacional.
El acto es otro de los importantes y significativos con los que la oposición democrática venezolana ha ido reconstruyendo su unidad que los acontecimientos habían puesto en entredicho, con un costo nada despreciable en credibilidad nacional e internacional de los sectores y liderazgos políticos que la componen, con impacto en las posibilidades reales del cambio político que ocho de cada diez venezolanos estiman necesario.
¿Qué otros actos ha habido que nos permitan apreciar, sea en la coincidencia o en la diferencia, señales específicas, la seriedad del compromiso que progresivamente van asumiendo?
Empecemos por la propia convocatoria por parte de la Plataforma Unitaria Democrática a la elección primaria abierta. Abierta a todo demócrata que quiera participar y abierta a todos los electores. Es cierto que este conglomerado no es el único, aunque sea el más numeroso, pero ¿Quién más se ha atrevido a ese paso o a otro semejante? A los que se llenan la boca y probablemente los bolsillos, subestimando esa votación como de “un sector”, nadie los ha elegido, entonces ¿Quién o qué los ha investido de legitimidad?
La elección primaria tiene unas reglas, conocidas y la organiza una comisión nacional de seriedad e independencia reconocidas que ha designado juntas regionales de similar cualidad. Por eso han concurrido a competir, además de nominados por los partidos de la PUD, otras candidaturas independientes de ella. La inigualada credibilidad del proceso dará a su realización valor legitimador con efecto diferenciador entre quienes se atrevieron a participar y quienes decidieron quedarse por fuera.
El compromiso de candidatas y candidatos apunta a dar respuestas a la emergencia humanitaria compleja que vivimos, a estabilizar la economía y a principios comunes de reformas estructurales, entre otros, reconocimiento del pluralismo dentro de la Constitución; primacía de los derechos humanos; Estado Federal Descentralizado; economía del conocimiento próspera, diversificada y socialmente incluyente; defensa de la misión constitucional de la Fuerza Armada y alternancia con eliminación de la reelección presidencial.
Puestos de acuerdo en temas tan fundamentales, doy por descontado que todas y todos no eludirán responsabilidades, a la hora de afrontar juntos los obstáculos que la trapacería infinita de quienes se resisten al cambio colocan y colocarán.
Lo que más valoro de este compromiso es que nos libra de confusiones interesadas. Bien por eso.