Feijóo retrata a un Sánchez que se oculta para no debatir
Consolida su liderazgo como alternativa constitucionalista frente al desprecio del líder del PSOE y su pacto «aberrante» con el independentismo
La incomparecencia del presidente del Gobierno en funciones ha marcado el desarrollo de la primera sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, que ha tenido el campo libre para exhibir su proyecto alternativo al actual Gobierno y confrontar con la concesión de una amnistía a los líderes independentistas. No fue Pedro Sánchez quien la ha defendido, pero sí lo han hecho los portavoces de Sumar, Marta Lois y Enrique Santiago, que la han ensalzado y la han dado por hecho.
El exalcalde de Valladolid y ahora diputado socialista por esa provincia, Óscar Puente, ha sido el elegido por el presidente en funciones para darle la réplica al candidato, pese a su condición de diputado raso. Puente, un sanchista de la primera hora, se ha atenido al guión de las últimas semanas de los socialistas y ni siquiera ha mencionado la palabra amnistía, la que con toda naturalidad pronunciaron sus socios, incluidos, claro, los portavoces de los partidos independentistas. Sin embargo, sí que ha aludido a los pactos de José María Aznar en 1996 con los nacionalistas -que incluso ha elogiado- para recordar a los populares que algunas de las concesiones hechas entonces (ninguna inconstitucional) no estaban en el programa del PP. Como tampoco la amnistía ahora en el del PSOE. No lo ha especificado Puente, pero todo el hemiciclo lo entendió.
Feijóo debutaba en el Congreso de los Diputados. Algo menos de dos horas de intervención, plagada de interrupciones recurrentes de su grupo parlamentario en forma de ovación. El PP ha querido unidad interna y peso institucional, con la mayoría de presidentes autonómicos presentes en la tribuna de invitados.
La sesión ha supuesto un cierre de filas interno para Feijóo. Su discurso fue aplaudido de forma unánime. El presidente del PP ha estructurado su discurso en dos partes: por un lado, la impugnación de la amnistía y la dependencia de los independentistas. Y en segundo término una parte más propositiva para presentar su programa alternativo.
Sin rodeos
El líder gallego ha buscado un arranque contundente, refiriéndose en primer lugar a las exigencias de los independentistas. Con el objetivo de hacer ver que él no está dispuesto a aceptar lo que Sánchez sí se plantea hacer: «La amnistía o ‘cualquier fórmula equivalente o análoga’ es un instrumento adecuado para superar el conflicto catalán. Igualmente, ese conflicto no se resolverá de manera definitiva si no contemplamos el derecho a decidir del pueblo de Cataluña, mediante un referéndum o ‘cualquier fórmula equivalente o análoga’. Con esto bastaría, ¿no? Pues no. No voy a defender eso. Tengo principios, límites y palabra», ha sentenciado nada más comenzar.
Además de a los once millones de españoles que aglutinan los partidos que apoyarán su investidura, Feijóo dijo pretender representar a «la mayoría» de ciudadanos que en las pasadas elecciones «votaron a partidos que tampoco llevaban en sus programas ni amnistía, ni autodeterminación, ni ninguna otra fórmula equivalente o análoga». No ha mencionado al PSOE expresamente, pero no ha hecho falta. En este punto ha planteado que «ante la deriva de las peticiones oídas en las últimas semanas», en referencia a los independentistas, considera necesario que «alguien que aspira a ser presidente de todos los españoles debe dejar esto claro desde el primer momento». Y ha refrendado que en su criterio una amnistía no es «aceptable» ni jurídica ni éticamente.
Feijóo ha justificado su candidatura a la investidura en su victoria electoral. Y en un dato al que Sánchez asistió impertérrito: haber obtenido más diputados (137) de los que «nunca» ha alcanzado el actual presidente en funciones en las cinco elecciones en las que se presentó. En este punto Feijóo ha reprochado al PSOE sus críticas al proceso de investidura. Una postura -que de fondo cuestiona la designación del Rey- algo que ha atribuido a que «esta sesión de investidura trunca su relato, y les recuerda el resultado del que han renegado desde la misma noche electoral». En esencia, Feijóo expresó en la tribuna de oradores lo que lleva semanas defendiendo: que su proceso de investidura «dificulta el aterrizaje en la opinión pública del precio que otros se plantean pagar para seguir en el poder». Y advirtió de que esta sesión «nos retrata a todos».
Feijóo ha planteado su alternativa como un «nuevo proceso de entendimiento» ofreciendo un Gobierno que se haga cargo de tres objetivos: dejar atrás bloques y bloqueos, garantizar la estabilidad del país y abordar un programa de reformas a través de grandes acuerdos. Como hizo en su propuesta de pactos de Estado a Pedro Sánchez, Feijóo ha insistido durante el debate en su objetivo de seguir apelando al PSOE. En su posterior intercambio con el presidente de Vox, Santiago Abascal, Feijóo ha pedido a su socio que entienda en que «va a seguir insistiendo en entenderse» con el PSOE, al que ha radiografiado como «secuestrado».
Feijóo ha planteado la necesidad de fortalecer vínculos «en vez de perseverar en romperlos» entre los dos grandes partidos. Algo que, defendió, no supone ninguna innovación: «Tampoco estaríamos inventando nada. Solo reeditando el mismo método que hizo posible nuestra mejor Historia. El que aplicaron Miquel Roca o Jordi Solé Tura. El que hizo posible el abrazo de Fraga y Carrillo. Y el que permitió también la mayor prosperidad económica y social. Hay quien reniega de la Transición. Yo vengo a reivindicarla y a reclamar su vigencia. Es lo mejor que hemos hecho. Porque lo hicimos juntos».
A la vista del resultado electoral, Feijóo ha defendido que «solo cabe un camino» para afrontar reformas y que fuesen sólidas y duraderas. Ha apelado así al espíritu de esos pactos entre PP y PSOE que le ofreció a Sánchez: «Lo que les planteo no es ahondar en la división de España en dos, sino trabajar en una sociedad más inclusiva desde todos los puntos de vista».
Feijóo ha vuelto a repasar los seis Pactos de Estado que le ofreció a Pedro Sánchez en su reunión de hace tres semanas: pacto institucional, por la economía, por las familias, por el Estado de Bienestar, el pacto del agua y un pacto territorial. «Yo quiero gobernar velando por la independencia de las instituciones. La Fiscalía, el CIS, el CNI, … no son el coto privado de nadie. Creo que debemos garantizar su independencia», ha dicho refiriéndose al primero de ellos.
El plantón de Sánchez
La decisión de Sánchez de no debatir con Feijóo no pilló del todo por sorpresa al PP. Pero es cierto que no era la primera opción que manejaban. Tras la sorpresa inicial, el presidente del PP ha reprochado a Sánchez su decisión desde la tribuna: «Me pedía seis debates durante la campaña y ahora no es capaz de hacer el segundo». En el PP están satisfechos tras una primera sesión en la que creen que un mensaje se impondrá al resto: «No puede dar la cara ante los españoles ante la amnistía y el referéndum que hoy le exigen ya».
Avanzada la tarde, y en el momento de dar la réplica a los portavoces de ERC y Junts, Gabriel Rufián y Míriam Nogueras, Feijóo ha asegurado que después de escucharles quedaba claro el «por qué» de la incomparecencia de Sánchez. «El señor Sánchez no quiere hablar porque no quiere responder», se ha respondido a sí mismo.