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Carmen Posadas: Elogio de Pam

Angela Pam, nueva secretaria de Estado de Igualdad tras la dimisión de  Noelia Vera | Público

 

Me fascina Pam. Sí, ya saben a quién me refiero, a Ángela Rodríguez, secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género, mano derecha de Irene Montero. No sé si cuando acabe el guirigay de las investiduras y vuelva a reinar Sánchez, Unidas Podemos, ahora convertido en apéndice de Sumar, retendrá el Ministerio de Igualdad (todo es posible en el panorama político de nuestros dislates). Y, si así fuera, me pregunto con qué nueva iniciativa/declaración/ocurrencia nos maravillará.

Para hacernos una idea de lo que podría esperarnos, he aquí el resumen de sus momentos más gloriosos hasta el presente. Me chifla, por ejemplo, su declaración de que el Satisfyer (un dildo carísimo que por lo visto toda mujer debe poseer si quiere verse empoderada) es una «máquina de matar fascistas». Para redondear la idea, Pam lamentó que el 75 por ciento de las mujeres prefiera la penetración a la autoestimulación.

Qué perseverancia en la necedad, qué contumacia en la ignorancia, qué prodigalidad para gastar dinero público en inanidades

Siendo como es artífice fundamental de la ley del sólo sí es sí y de la ley trans, Pam también nos deleitó en el verano de 2022 con una campaña contra lo que ella llama la ‘violencia estética’, cuyo objetivo era que todas las mujeres se sintieran cómodas en su cuerpo, ya fuera obeso, flaco, con michelines, con estrías, depilado, sin depilar, incluso con una pierna amputada o con una doble mastectomía. Después de explicar que todas y todes tienen derecho a exhibirse en la playa, la campaña culminaba con este grito de guerra: «¡Tenemos derecho a disfrutar de la vida sin culpa y sin vergüenza, todos los cuerpos son válidos!». Como si alguien lo hubiera puesto alguna vez en duda. Como si en alguna playa de España se prohibiera la entrada a alguien por su aspecto físico.

Otra intervención pública suya que me ha gustado mucho es una en la que se escandaliza de que a la primera relación sexual se la llame ‘perder la virginidad’. Y lo argumentó diciendo: «Es muy loco que se vincule este momento biológico con la Virgen María». Por lo visto, nadie le ha informado de que el término ‘virginidad’ tiene un significado per se fuera del ámbito religioso.

Pero bueno, no estoy aquí para ponerle peros semánticos a sus sensacionales declaraciones. Si se va, la echaré mucho de menos. No todos los días se encuentra una con tanto material digno de figurar en Elogio de la locura (o de la estupidez, que es una traducción más fiel de la famosa obra de Erasmo de Rotterdam). Estoy segura de que Erasmo sería también superfán de Pam: qué perseverancia en la necedad, qué contumacia en la ignorancia, qué prodigalidad a la hora de gastar dinero público en inanidades.

No sé si conocen su última iniciativa, pero, si no, apresúrense a apuntarse a ella. Se trata de la creación de una app (carísima, imagino) de nombre Me Toca, que sirve para repartir las tareas del hogar. Según ha explicado Pam a los medios, «el derecho al tiempo es algo fundamental que tiene que regularse en España». Por eso y para que las tareas no recaigan siempre sobre las mujeres, este proyecto digital registra cuánto tiempo invierte cada miembro de la familia en ellas. Así, cada tarea realizada debe anotarse en Me Toca junto al esfuerzo empleado en una escala del uno al tres para contabilizar el esfuerzo que cada uno, una y une hace. Sí, porque, como también explica Pam, la app contempla diversos géneros: femenino, masculino, no binario, etcétera. No sé cuántas personas se habrán apuntado al Me Toca, pero me da a mí que Pam está deseando que la vuelvan a designar como pieza fundamental del Ministerio de Igualdad para deleitarnos con nuevas iniciativas.

De momento, y mientras escribo estas líneas, acaba de hacerse público que uno de los condenados de La Manada, de Pamplona, individuos por los que se puso en marcha la ley del sólo sí es sí, verá rebajada su condena gracias a esta misma ley. Pero quia, eso qué más da. Mientras haya molinos de viento que combatir, como la promoción del Satisfyer, la campaña contra la ‘violencia estética’ o el reparto de tareas en el hogar, ¿a quién le importa que campen a sus anchas gigantes (o engendros) como la ley del sólo sí es sí, que, de momento, ha rebajado la pena a 1156 violadores y abusadores y puesto en la calle a 117?

 

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