Ética y MoralViolencia

Dagoberto Valdés: El terrorismo y las alineaciones

El reciente ataque terrorista de Hamás a Israel pone otra vez, sobre la opinión pública, el debate alrededor de los antiguos y actuales conflictos en Oriente Medio, especialmente en la Tierra Santa, la patria de Jesús de Nazaret

 

La gravedad de los hechos que han reavivado, en otro capítulo atroz, las hostilidades que aparecen sin solución a corto plazo, nos motivan para compartir ciertos principios, valores y opciones cívicas que pudieran liberarnos de sesgos, manipulaciones, intereses políticos e ideologías disfrazadas de enfrentamientos religiosos que, en realidad, están siendo azuzados por la alineación geopolítica de los dos bloques que se debaten por el control de la zona y por alcanzar una hegemonía en el mundo de hoy.

Pero antes, quisiera recordar el concepto de terrorismo que, con frecuencia, es tratado con doble rasero a causa de la alineación política en bandos contrarios.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el terrorismo es:

“1. Dominación por el terror. 2. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.”

*Principios y valores*

– Toda persona humana es sagrada e inviolable. Este es y debe ser el primer y principal principio contra todo tipo de terrorismo. Las personas no pueden ser “usadas” como objetos para desfogar el odio, la venganza, las estrategias políticas, las presiones y las geoestrategias de bloques beligerantes.

– Nada puede justificar la muerte, la violencia, la tortura, la mutilación, el secuestro de rehenes de ningún ser humano, por ninguna causa, en ningún lugar, en ninguna época.

– Todo acto terrorista es y debería ser inaceptable y condenable desde el punto de vista ético, político y religioso. Toda persona, organización de la sociedad civil, instituciones y Estados, así como las organizaciones internacionales deberían condenar, clara, explícita y contundentemente, todo acto terrorista, venga de donde venga, hágalo quien lo haga y con independencia de la alineación que tengan los terroristas con una ideología, una religión o un bloque geopolítico.

– No existen actos terroristas buenos. No es posible justificar ética, ni políticamente, los grupos de acción y sabotajes para crear pánico, ni para presionar causas políticas, ni para nada. Todos los actos terroristas en el pasado, en el presente y en el futuro son ética y políticamente inaceptables, inmorales y criminales. Todos.

– Es necesario distinguir claramente la diferencia entre el pueblo palestino y la organización terrorista y golpista llamada Hamás. El pueblo palestino es otro rehén de ese ejército terrorista sustentado por países como Irán y por los demás países que se alinean con Irán en la región y fuera de ella.

– Toda invasión y ocupación de una nación por otra es un acto criminal. Sea la invasión de Rusia a Ucrania, sea la ocupación de Israel a los territorios palestinos. Pero esto no debe ser respondido con actos terroristas que no son solo contra un ejército invasor sino contra personas civiles, niños, mujeres y hombres que disfrutan en un festival de música. Eso es reprobable y condenable en todas sus dimensiones.

– Las ayudas humanitarias no son ni deben ser una concesión política ni una carta de cambio para cualquier negociación. Las ayudas humanitarias, en todo conflicto, son un deber de todos y un derecho de las víctimas tanto de las guerras y el terrorismo, como de los estados totalitarios que conducen a sus pueblos a la miseria. Las ayudas humanitarias son y deben ser incondicionales y deben llegar siempre a su destino de manos de organizaciones y personas independientes. Quienes lo impiden se involucran en actos de lesa humanidad.

– Ante el terrorismo se debe aplicar una política y una legalidad de tolerancia cero.

*Propuestas*

1. La ONU define algunas estrategias para luchar contra el terrorismo:
“Afirma claramente que el terrorismo no puede ni debe estar vinculado a ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico.

Se reafirma la responsabilidad de los Estados de negar cobijo financiero y operacional a los terroristas e impedir que estos abusen del sistema de asilo político, y de ponerlos a disposición de la justicia de conformidad con el principio de extradición o enjuiciamiento.

Se pide a los Estados Miembros que ratifiquen y apliquen los tratados y protocolos existentes con el fin de crear la base jurídica para la lucha internacional contra el terrorismo y de consolidarla.

Se alienta y autoriza a los Estados Miembros a que adopten un enfoque integrado de la lucha contra el terrorismo también en el plano nacional y se crea un marco común para la coordinación regional y mundial de sus iniciativas nacionales.

Se crea una plataforma común para la acción de las Naciones Unidas que aúna los esfuerzos de todos los programas, oficinas, departamentos y organismos, incluidos los órganos del Consejo de Seguridad relacionados con el terrorismo. Sirve de marco para la coordinación de aquellas entidades reunidas como Equipo Especial de las Naciones Unidas sobre la Ejecución de la Lucha contra el Terrorismo, que fue establecido por el Secretario General en 2005.” (https://www.un.org/counterterrorism/es/un-global-counter-terrorism-strategy)

2. Cuba debe ponerse claramente del lado de la verdad, de la justicia y de la paz, en todas partes. Cuba debe condenar contundentemente todo acto terrorista y toda invasión. Cuba no debe alinearse, ni aliarse, ni involucrarse, con ningún invasor, como es ahora Rusia, ni debe justificar los actos terroristas con causas políticas como ahora identifica a los terroristas de Hamás con las luchas y los derechos de la comunidad palestina.

Esas posturas no son coherentes con las raíces, la cultura y la eticidad cubanas afincadas en el pensamiento y la acción de Varela y de Martí.-

 

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