Los desiertos reverdecen

Un audaz programa para interrumpir la conexión de tres desiertos está en curso mediante bombardeos aéreos de semillas en la región autónoma china de Mongolia Interior.

Refiere el diario China Daily que en los años 80 del siglo pasado se percibió la amenaza de que los desiertos de Badain Jaran, Tengger y Ulan Buh llegasen a fundirse en uno solo en la región de Alshaa, con la natural estampida de  granjeros y ganaderos vecinos del Rio Amarillo y las montañas Helan, buscando en otra parte una vida mejor. Más no todos, afortunadamente, y quienes optaron por quedarse han recurrido a una variedad de recursos para salvar sus hogares.

Como el joven agrónomo Liu Hongy, que asumió en 1986 la dirección de una estación de control cercana a su vivienda y conformó un equipo para aplicar técnicas de reforestación que incluían la “siembra desde las nubes”, esparciendo semillas de árboles y arbustos desde el aire en áreas de difícil acceso, según la sencilla apuesta de que las plantas sembradas en los bordes de los desiertos crecerían con la velocidad necesaria a fin de, literalmente,  parar el trote a las arenas invasoras.

Las condiciones climáticas parecían alzarse como obstáculos insalvables pero el experto insistió en actuar en los meses de junio y julio, la mejor época de escasísima pluviometría, con la tecnología básica de entonces, apoyada en el ingente esfuerzo de la población local que debía movilizarse durante horas para señalar a los pilotos el lugar apropiado con espejos y banderines.

El crecimiento inicial relativamente aceptable se truncó sin embargo por un manejo deficiente y motivó la sustitución de álamos y olmos por  especies nativas más resistentes, habiéndose repoblado por vía aérea alrededor de 470 mil hectáreas en dos anillos de 460 kilómetros de longitud y tres a veinte kilómetros de ancho, en el flanco suroriental de los desiertos de Tengger y Ulan Buh, abortando su mellizaje.

El control durante cuatro décadas se ha extendido a más de seis millones de hectáreas y la expansión de los pastizales se elevó de 15% a 23%, permitiendo el asentamiento de más de 30 mil granjeros y ganaderos con ingresos que pueden alcanzar hasta 6.850 dólares mensuales.

Y mientras tanto, según China Daily, se ha incrementado el valor turístico de una región que reúne un centenar de lagos, manantiales y ruinas históricas y se proyecta construir al horizonte de 2030 un tercer cinturón que asegurará el funcionamiento de trenes y autopistas, ratificando la observación de la NASA, reseñada por PLANETA VITAl en febrero de 2019, de que dos de los mayores contaminantes del planeta –China e India- son también los principales responsables de su reverdecimiento, al añadir más de 3 millones de kilómetros cuadrados a su superficie.

Un fenomenal avance equivalente a la totalidad de selvas húmedas de la Amazonía, fruto de los planes de reforestación y agricultura intensiva de ambos gigantes asiáticos para ralentizar el cambio climático, que han incrementado hasta un 40% la producción de granos, vegetales, frutas y otros cultivos en el curso del milenio.