Meloni, sobre la reforma de la Constitución: «Es la madre de todas las reformas, una ocasión histórica»
Según la primera ministra italiana, el objetivo es «garantizar que gobiernen los elegidos por el pueblo» con «estabilidad» y «respetando siempre el programa de gobierno por el que fue elegido»
«La reforma de la Constitución es la madre de todas las reformas. Es una ocasión histórica que nos lleva a la Tercera República». Con estas palabras, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, confirmó en una rueda de prensa después del Consejo de Ministros la aprobación del texto de la reforma que pretende introducir en Italia el llamado ‘premierato’ (del francés ‘premier’), es decir, la elección directa del primer ministro por los ciudadanos en las urnas.
Meloni explicó que esta reforma constitucional garantiza fundamentalmente dos objetivos. Por un lado, «el derecho de los ciudadanos a decidir por quién serán gobernados, poniendo fin a los ‘ribaltoni‘ [cambios repentinos y radicales de las alianzas, y, por tanto, del marco político, capaces de causar cambios de gobierno], a los juegos palaciegos, a los gobiernos técnicos» o «pasados por encima de la cabeza de los ciudadanos». Meloni añadió que el otro objetivo es «garantizar que los elegidos por el pueblo gobiernen con estabilidad». Además, el primer ministro elegido directamente por los ciudadanos «debe respetar siempre el programa de gobierno por el que fue elegido», destacó.
Un punto clave de la reforma es la norma contra el ‘ribaltone’ o cambio radical de alianzas. Se permitiría solo un cambio de primer ministro durante la legislatura de cinco años, con la obligación de elegirlo dentro del ámbito de la misma mayoría parlamentaria. Se pondría así fin a una práctica habitual en la política italiana. En los últimos 75 años de historia republicana, desde 1948, cuando entró en vigor la Constitución, en Italia se han alternado 68 gobiernos, encabezados por 29 primeros ministros. En promedio, los gobiernos italianos permanecieron en el poder durante 414 días, menos de un año y dos meses.
Premio a la mayoría
Una inestabilidad motivada en buena medida también por los habituales cambios de chaqueta de los políticos italianos. En la anterior legislatura, en cuatro años más de 400 parlamentarios (casi la mitad del Parlamento) cambiaron de grupo parlamentario. Otro nudo fundamental de la reforma, que suscita polémica, es el premio de mayoría. El partido o coalición del vencedor de las elecciones se hará con el 55% de los escaños del parlamento. La reforma constitucional conllevará también un cambio de ley electoral. En este sentido, Meloni precisó que queda abierta la posibilidad de introducir una segunda vuelta electoral.
La primera ministra explicó que el texto de la reforma «incluye las sugerencias recogidas durante el debate tanto con la mayoría parlamentaria como con la oposición y la sociedad civil» y se espera que la «disposición obtenga el más amplio consenso». Con estas palabras, Meloni respondía a las críticas de la oposición, que acusa al Gobierno de no haber escuchado sus propuestas. Al mismo tiempo, ha precisado que «el papel del presidente de la República es de absoluta garantía y hemos decidido no tocar sus competencias, salvo la del encargo del primer ministro que recaerá en el que sea elegido en las urnas». Con el presidente de la República «hubo una interlocución como siempre sucede con medidas importantes de este tipo», aseguró Meloni.
La reforma constitucional forma parte del programa electoral de la coalición de derechas. «Cumplimos el compromiso que habíamos asumido –afirmó Meloni–, pero luego el pueblo siempre debe decidir. Confío en un amplio consenso en el Parlamento y si esto no sucede, preguntaremos a los italianos qué piensan con un referéndum». El camino de la reforma puede durar 18 meses. Si no se aprueba con los votos de dos tercios del Parlamento, se someterá a referéndum. Si gana el sí, las nuevas normas entrarán en vigor en la próxima legislatura.