Ética y MoralPolítica

Chatarra ideológica

Muchas personas se niegan a aceptar esta burla a la inteligencia, la memoria y la coherencia

Una de las habilidades de Pedro Sánchez para seguir en el poder y aglutinar las fuerzas políticas más dispares es su habilidad para el relatoTiene un indudable talento para fabricar justificaciones a todo lo que hace, aunque sea contrario a lo que venía diciendo de forma enfática. Recuerden aquello de que estaba dispuesto a repetir hasta el infinito que no iba a pactar con Bildu.

Sánchez puede gobernar de nuevo gracias al miedo que logró sembrar por los acuerdos entre PP y Vox en la campaña. Y ahora repite la misma estrategia que le funcionó en julio. Argumenta que tiene que hacer de la necesidad virtud, lo que significa que se ve obligado a aprobar la amnistía para evitar que gobierne la derecha. Todo vale si es para cerrar el camino a Abascal y Feijóo.

El relato que ha pergeñado Sánchez descansa en dos pilares. El primero, y el más relevante, es que la derecha está contra la amnistía no por convicción sino por el interés de que se repitan las elecciones. Este eslogan le resulta muy útil para que la oposición contra la ley parezca una causa de la derecha contra la izquierda. Como ésta es moralmente superior, no puede equivocarse ni ir contra el progreso cuyo monopolio administra.

El segundo pilar es que la iniciativa es necesaria para la concordia en Cataluña. El PSOE dice que cerrará las heridas y que el independentismo abandonará la unilateralidad. Y sustenta su optimismo en el acuerdo cerrado con ERC, cuya ambigüedad es manifiesta y deliberada.

Pues bien, los dos argumentos del PSOE son falaces y oportunistas porque, aunque sea posible defender política y jurídicamente la medida de gracia, lo cierto es que el único motivo es la necesidad de disponer de su apoyo parlamentario. O sea, que el fin justifica los medios.

La idea de que oponerse a la amnistía es de derechas es falsa. No sólo porque hay dirigentes del PSOE e intelectuales de la izquierda que la rechazan sino además porque supone un bofetón al Estado de derecho y el principio de igualdad ante la ley. Estar en contra de la amnistía es una cuestión de principios por mucho que le moleste al presidente y sus altavoces.

Y en cuanto a la unilateralidad, los dirigentes del ‘procés’ se han cansado de repetir que jamás renunciarán a ella y que el siguiente paso es el referéndum de autodeterminación. En este contexto, resulta escandaloso que el PSOE haya aceptado la basura intelectual de que hay una «legitimidad popular» en conflicto con la Constitución y el poder judicial.

La chatarra ideológica de Sánchez es intragable por mucho que sus seguidores y militantes socialistas estén ahora a favor de lo que era inconstitucional hace cuatro meses. No es la derecha ni la reacción quienes se oponen sino muchas personas que se niegan a aceptar esta burla a la inteligencia, la memoria y la coherencia.

 

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