La Asamblea Nacional tumba la ley de Macron para frenar la inmigración en Francia
Macron sufre un estacazo político muy duro: no tiene mayoría parlamentaria, ni posibilidad de imponer por decreto, un proyecto de Ley para combatir el más grave de los problemas inmediatos de toda Europa
La Asamblea Nacional (AN), primera camera del Parlamento francés, ha rechazado la tarde del lunes, por 270 votos a favor y 265 en contra, el proyecto de ley del gobierno de Emmanuel Macron concebido para «frenar« la inmigración y favorecer la «integración eficaz».
Macron sufre un estacazo político muy duro: no tiene mayoría parlamentaria, ni posibilidad de imponer por decreto, un proyecto de Ley para combatir el más grave de los problemas inmediatos de toda Europa.
En primera lectura, el Senado revisó el proyecto original, imponiendo un texto más duro. En la AN, el gobierno volvió a suavizar el texto revisado a la baja. Extrema izquierda, comunistas, socialistas, ecologistas, extrema derecha y derecha tradicional han votado el rechazo, precipitando una crisis de gobierno y amenazando la credibilidad personal de Macron.
La Asamblea Nacional (AN) tiene 577 escaños. La mayoría absoluta se consigue con 289 votos. Ni Macron ni las oposiciones tienen la mayoría absoluta. Pero el voto unido de todas las oposiciones ha votado mayoritariamente el rechazo.
Extrema izquierda (75 diputados), comunistas y asociados (22 diputados), socialistas y emparentados (31 diputados) y ecologistas (23 diputados) votaron el rechazo por considerar que el proyecto macroniano es un proyecto «represivo».
Extrema derecha (89 diputados) y la derecha tradicional (62 diputados) votaron contra por considerar que el proyecto macroniano se queda «muy corto» y es «muy flojo» para «combatir la inmigración con eficacia».
Con 250 diputados, Macron no pudo salvar su proyecto. Las oposiciones rechazan el proyecto de Ley, pero no pueden precipitar la caída del gobierno: tampoco tienen mayoría para votar la censura.
Ante esa parálisis, provocada por un proyecto capital, Macron tiene tres alternativas: 1. Nombrar una comisión mixta de senadores y diputados, para intentar negociar un nuevo texto común y «aceptable». 2. Devolver el proyecto de Ley al Senado para realizar una »nueva lectura«. 3. Retirar pura y simplemente el proyecto.
Antes de tomar una de esas tres decisiones, Macron deberá afrontar el riesgo de una crisis general de su Gobierno, con muchos flecos personales.
Más de un 65 % de los franceses tienen mala o muy mala opinión de Macron. Sus ministros de Justicia e Interior han quedado «tocados» y desautorizados. Tras el rechazo parlamentario del proyecto de Ley estallaron inmediatamente las especulaciones sobre una crisis y cambio de gobierno.
