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Beatriz Pineda Sansone: Jesús de Nazaret

Con motivo de la Navidad, he decidido emprender la investigación sobre Jesús de Nazaret, ya que entre los misterios que aún existen se encuentra la verdadera historia de la vida de Jesús de Nazaret.  Los aspectos relacionados con su identidad y su misión figuran, hasta el día de hoy, en las cámaras secretas bajo las casas de los Hermanos. Según expresa Manly P. Hall (2011-2016), parte de la extraña historia fue contada a un puñado de caballeros Templarios, que fueron iniciados en los arcanos de los drusos, los nazarenos, los esenios, los juanistas y otras comunidades que aun vivían en los refugios remotos e inaccesibles de Tierra Santa. Uno de los motivos fundamentales por los que fueron perseguidos los Templarios hasta su aniquilación, se debió al hecho de que tuvieran conocimiento de la historia primitiva del cristianismo.

Nos preguntamos ¿qué hizo Jesús de los trece a los treinta años?  En los Evangelios existe un silencio intencionado y un profundo misterio, porque todo profeta, por grande que sea, necesita pasar por la Iniciación. Cuando Jesús expresó: “En verdad te digo que, si un hombre no nace de agua y espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.

Jesús resume bajo esta forma, evidentemente simbólica, la antigua doctrina de la regeneración, ya conocida en los Misterios de Egipto. Renacer por el agua y por el espíritu, ser bautizado con agua y fuego, marca dos grados de la iniciación, dos etapas del desarrollo interno y espiritual del hombre. Cristo hace alusión a esa doble transformación de su ser espiritual y de su envoltura fluida, que espera al hombre después de su muerte, y sin la cual no puede entrar en el reino de las almas gloriosas y de los puros espíritus. Porque, lo que ha nacido de la carne es carne -está encadenado y es perecedero-, y lo que ha nacido del espíritu es espíritu -libre e inmortal-.

 El hombre necesita desvelar su primera alma para que se capacite con relación a sus fuerzas y cumpla su misión.

Según la opinión popular, Jesús fue crucificado a los treinta y tres años de su vida y en el tercero de su ministerio después de su bautismo. Alrededor del año 180, san Ireneo, obispo de Lyon y uno de los teólogos pre-nicenos más destacados -el período pre- niceno  hace referencia a la fase posterior apostólica del siglo I d. de C. hasta el Primer Concilio de Nicea de 325-, escribió “Contra las herejías, un ataque a las doctrinas de los gnósticos, quienes sostienen que Jesús predicó solo un año y que después sufrió al cabo de doce meses. En esta obra Ireneo afirmó basándose en la autoridad de los propios apóstoles, que “Jesús vivió muchos años. Al expresarse así, los gnósticos olvidan su propia desventaja, destruyen toda su obra y le quitan esa edad más necesaria y más honorable que cualquier otra, me refiero a la edad más avanzada durante la cual, también como maestro, aventajó a todos los demás”. Ireneo se preguntó “¿cómo pudo Jesús haber tenido discípulos, si no enseñaba? ¿Y cómo pudo enseñar sin haber alcanzado la edad necesaria para ser maestro? Porque cuando fue a que lo bautizaran, estaba a punto de cumplir los treinta años”. Así lo ha expresado Lucas, al mencionar su edad y según los gnósticos,” Él predicó solo un año después del bautismo. Que la primera etapa de la juventud abarca treinta años y que se prolonga hacia el cuadragésimo año es algo que todo el mundo reconoce, pero, a partir de los cuarenta y los cincuenta años, el hombre empieza a decaer hacia la ancianidad, que Nuestro Señor poseía mientras seguía cumpliendo el oficio de Maestro de lo cual dan fe el Evangelio y todos los ancianos; los que conocían en Asia a Juan, el discípulo del Señor, afirman que les transmitió aquella información. Y él permaneció entre ellos hasta la época de Trajano”.

Una de las doctrinas más profundas de los filósofos paganos tenía que ver con el Dios salvador universal que, a través de su propia naturaleza, elevaba al cielo las almas de los hombres regenerados. Este concepto, sin lugar a dudas, inspiró las palabras atribuidas a Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.” Con el fin de intentar unificar en una persona a Jesús y su Christos. Si se desea volver a descubrir el verdadero significado del cristianismo, los autores cristianos que han compuesto una doctrina deben volver a descomponerla en sus elementos originales. En los relatos de los Evangelios el Christos representa al hombre perfecto, que luego de haber pasado por las diversas etapas del Misterio del Mundo, representado por los treinta y tres años, asciende a la esfera celeste, donde se reúne con su Padre eterno.

La historia de Jesús, como se conserva actualmente, forma parte de un ritual iniciático secreto que pertenece a los primitivos misterios cristianos y paganosLo divino está latente en todos los hombres. La unión con el yo inmortal es la salvación. Christos, un hombre divino en el ser humano es su verdadera esperanza de salvación, el mediador vivo entre la divinidad abstracta y la humanidad mortal.

¿Quiénes fueron los esenios?

La esotérica tradición de los teósofos –sabios acerca de Dios y de los asuntos divinos- (Édouard Schuré. 2005), están de acuerdo al afirmar que solo los esenios podían iniciar al Maestro Jesús, última congregación en la que todavía subsistían las tradiciones del profetismo. No cabe duda de que Jesús se inició en el mismo templo de Melquisedec en el que Pitágoras había estudiado seis siglos antes.

Manly P. Hall (2016) dice que los esenios fueron la más destacada de las primeras sectas sirias. Fue una orden de hombres y mujeres piadosos que vivían como ascetas y durante el día se dedicaban a trabajos sencillos y en la noche a la oración. El gran historiador judío Flavio Josefo habla de ellos en términos muy elogiosos: Enseñan la inmortalidad del alma –expresa- y consideran que uno debe esforzarse para alcanzar las recompensas de la rectitud… Llevan una vida mejor que la de otros y son totalmente adictos a la buena administración. Se supone que el nombre de esenios deriva de la antigua palabra siria Asaya que quiere decir médico.

 Filón de Alejandría ha revelado sus costumbres y doctrina secreta, y expresa que eran sobre todo conocidos como sanadores mediante los poderes del Espíritu. Los esenios eran médicos del alma, la mente y el cuerpo de los enfermos. El segundo grado de la iniciación consistía en la purificación. A la preparación moral e intelectual sucedía una purificación del alma encaminada a desenvolver nuevos órganos que capacitaban para ver el divino mundo. Esta nueva terapéutica de inmediatos efectos fue aplicada por Cristo, médico del cuerpo y del alma (E. Schuré, 2005: 367). Esto explica la razón de ser de las parábolas de la curación de un leproso, de un paralítico, de un ciego, todos sienten transformada el alma, una vez curados. Amor transformado en acción. Lucas reconoció a Jesús como médico del cuerpo y del alma, porque también él ejerció la medicina practicando el arte de sanar por medio del Espíritu. Gracias a ello pudo comprender la terapéutica de Jesús. A través de Lucas podemos encontrar las elevadas enseñanzas del budismo rejuvenecidas por un manantial de Juventud.

Los esenios tenían dos comunidades o centros principales: uno en Egipto, a orillas del lago Mareotis, y el otro junto al mar Muerto en Palestina. Para ser miembro de la orden esenia había que pasar un período de prueba de un año. Aquella escuela mistérica, como tantas, tenía tres grados y muy pocos lograban superarlos. Los esenios se dividían en dos comunidades diferenciadas: los célibes –mozos- y los casados.

Los esenios vivían de la agricultura y la cría de ovejas para aprovechar la lana, como también de artesanías como la alfarería y la carpintería. José, el padre de Jesús era carpintero y alfarero. Los esenios eran la clase de judíos más instruida y consta que los nombraban tutores de los hijos de los oficiales romanos destinados en Siria. En vista de que había tantos artesanos, la orden se considera precursora de la masonería moderna. Entre sus símbolos figuran gran cantidad de herramientas de construcción y en secreto se dedicaron a erigir un templo espiritual y filosófico que sirviera como morada al Dios vivo. Aquí encontramos la idea que sustenta “Ciudadela”, la obra póstuma de A. de Saint-Exupéry.

Los evangelistas guardaron absoluto silencio, tan profundo como el callado mar Muerto, sobre la Iniciación del Maestro Jesús, porque así convenía a la humanidad profana.

Una personalidad tan vasta como la de Cristo no podía abarcarla uno solo de sus discípulos. Debía revelarse a cada cual, según sus facultades, a través de los distintos aspectos de su naturaleza.

De esta forma comprendemos como cada uno de los Evangelios corresponde a un distinto grado de iniciación y nos presenta diversos aspectos de la naturaleza de Jesús. Mateo Lucas nos describieron la naturaleza humana del fundador del cristianismo. Marcos y Juan sugieren, por encima de todo, su naturaleza espiritual y divina. Mateo observa al maestro Jesús desde el punto de vista físico. Nos ofrece los más hermosos documentos con relación a las generaciones que le precedieron y sus relaciones atávicas con el pueblo de Israel. Lucas, el evangelista más poético relata la vida íntima del maestro. Describe de forma conmovedora, el poder de amor y sacrificio que derramaba su corazón. Marcos nos muestra el aura magnética que rodea a Cristo, cuyos rayos se prolongan hasta el mundo del espíritu. Hace énfasis en su fuerza poderosa de terapeuta, su majestad y poderíoJuan es por excelencia, el Evangelio metafísico. Su objeto es revelar el divino espíritu de Cristo. Juan oye el verbo interior y primordial, la creadora palabra que vibra con cada modulación y en toda la vida de Cristo, proclamando el Evangelio del Espíritu.

 

Mi nombre es Beatriz Pineda Sansone. Nací en la ciudad de Maracaibo, Venezuela. De niña era inquieta, llena de arrojo. Admiraba a nuestro Arturo Uslar Pietri, quien conducía el programa televisivo Valores Humanos. Su ejemplo ha sido mi norte. Gracias a mis hijas he realizado grandes aventuras a favor de los niños. Creé el Taller Literario Infantil Manzanita que devino en Fundación en 1985. Más tarde, con motivo del nacimiento de un nuevo diario en Maracaibo, fundé Azulejo, el periódico de los niños del diario La Verdad –primera etapa-. Extendí el Programa La Hora del Cuento a centros de arte, museos, universidades, colegios y McDonald’s Padilla de la ciudad con el fin de cultivar en los niños el amor por la lectura, y todas sus destrezas cognitivas, afectivas y psicomotoras.

Más tarde, en 1996, obtuve el título en Filología Hispánica con el premio Summa Cum Laude en la Universidad del Zulia. Cursé estudios de postgrado (2000-2003). Me convertí en articulista de los diarios venezolanos Economía Hoy, Panorama y El Universal.

Soy autora de: Las Memorias del Maestro Ramiro (1979); Desde otro rayo (1992). Universidad del Zulia; Los ojos de la montaña (2011). Entrelíneas Editores, España; La Hora del Cuento. Enseñar a razonar a los niños a través de la lectura de cuentos (2015). Ediciones de la Torre, España; El Principito y los Ideales. Defensa de la libertad, del amor y del razonamiento (2017). Editorial Verbum, España; La Aventura nunca imaginada de un lápiz (2018). Fundación editorial el Perro y la Rana. Venezuela; Una niña de mi edad (2019). Editorial Tandaia, España. Malika, la más pequeña de la manada (2021). Europa ediciones. Roma.

En la actualidad desarrollo una intensa labor a favor de la lectura a través de las redes sociales: @beapinpaz.escritora, los chats Aventuras Literarias y Café Lectura. 

 

 

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