«Será entonces mañana», decía con sorna una anciana al pasar por el lugar. «Empezamos bien este 65 aniversario». (14ymedio)
La prensa oficial lleva días inundando páginas y pantallas con los rostros de Fidel Castro, su hermano Raúl y otros «héroes» barbudos con motivo del sexagésimo quinto aniversario de la Revolución. En el discurso oficialista solo hay espacio para el triunfo y el voluntarismo, y no para la realidad depauperada que vive el pueblo cubano.
Este mismo viernes, nada en La Habana hace pensar que son vísperas de la festividad católica de los Reyes Magos. Calles desiertas, basura sin recoger, casas en venta, es parte del panorama que ofrece un paseo por la capital.
Lo único que ofrecía el establecimiento eran latas de refresco azucarado, esa suerte de alimento universal que no deja de existir en mitad de la miseria
En los comercios tampoco se ofrece nada especial, sobre todo en los barrios más deprimidos, como Lawton, en el municipio de Diez de Octubre. Allí, en la esquina de las calles Porvenir y Pocito, el mostrador de una pequeña tienda privada ostentaba un cartel disuasorio: «Hoy no hay yogurt, ni leche, ni huevos, ni queso».
«Será entonces mañana», decía con sorna una anciana al pasar por el lugar. «Empezamos bien este 65 aniversario».
Lo único que ofrecía el establecimiento eran latas de refresco azucarado, esa suerte de alimento universal que no deja de existir en mitad de la miseria. Un rincón donde observar el verdadero retrato de la Revolución: escasez y desesperanza.