Sánchez, filósofo de la verdad
Promete una cosa y luego, hace la contraria porque es la realidad, siempre mutable y volátil, la que mueve sus actos
La entrevista del pasado domingo del diario ‘El País’ a Pedro Sánchez trasciende la actualidad política para adentrarse en el plano filosófico, una faceta inédita del presidente. Sánchez tercia en la vieja polémica entre Platón y Aristóteles que atraviesa la historia del pensamiento occidental: la relación entre realidad y verdad.
Platón enunció que la realidad es la idea, mientras que ‘El Estagirita’ afirmó que la verdad es la adecuación del intelecto con lo real. Claramente, Sánchez se alinea con Aristóteles al decir que «la verdad es la realidad», una tesis que no compartirían filósofos como Berkeley, Hume, Hegel o Kant. Éste pensaba que no podemos conocer la esencia de las cosas. Sánchez asegura que sí, que él sabe perfectamente lo que es verdad y lo que no. Eso le lleva a establecer en sus discursos ese criterio de verdad objetiva que fundamenta la ciencia moderna.
Hay muchas aseveraciones con implicaciones filosóficas en esta entrevista como cuando se refiere a la transparencia de un documento sobre inmigración que nadie ha leído. Aquí parece asumir la metáfora de las sombras en la cueva platónica, expresión de un más allá que no puede ser percibido por los sentidos.
Pero lo más interesante es su incursión en el terreno de la lógica. Sánchez se revela como un pedagogo del ‘modus tollendo tollens’, una regla por la que, si un aserto es válido, también lo es su contraposición. Una muestra que subyace en sus palabras: si el PSOE es bueno, el PP es malo. Esto se llama negación consecuente.
Hay también en la entrevista ocho afirmaciones que podríamos encuadrar en la figura de la negación del antecedente, que consiste en que la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión. Un ejemplo: si nieva, hace frío; ahora no nieva, luego no hace frío. En esto Sánchez es un maestro que supera a sofistas como Zenón y su paradoja de Aquiles y la tortuga.
He aquí algunos ejemplos de esa negación. Dice que es imposible gobernar sin asumir la pluralidad como si eso le obligara a ceder la inmigración a Junts. Asegura que los independentistas colaboran en la gobernación del país cuando es lo contrario. Asevera que Junts reconoce que los pactos están integrados en la Constitución, lo que jamás ha hecho. Y que existía la disyuntiva entre un Gobierno suyo u otro de la derecha, como si fuera metafísicamente imposible un pacto entre el PSOE y el PP.
Sin duda, sus reflexiones guardan una estrecha relación con su trayectoria política y con sus cambios de opinión, que son expresión de una incesante búsqueda de la verdad. Promete una cosa y luego, hace la contraria porque es la realidad, siempre mutable y volátil, la que mueve sus actos. Como subrayó Bacon, la verdad es hija del tiempo. Sánchez ha elevado a arte el dominio del tiempo y de la verdad.