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Retrato completo de Wislawa Szimsborka

2023 fue el año de su centenario y en este arranque de 2024 sale a luz su 'Poesía completa', la edición más íntegra de su obra en lengua alguna: la publicada, tanto en libros como en revistas, y también la inédita, hallada entre sus papeles y en sus cajones

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Hace unos días finalizaba en Polonia el año 2023, año declarado por el Senado de la República polaca, con motivo del centenario del nacimiento de la poeta, como año Szymborska. Además de un sinfín de actos de todo tipo en torno a la obra y a la persona de Szymborska, durante el año aparecerían algunos libros entre los que destacó uno en particular: ‘Wiersze wszystkie’ (Poemas completos). Un libro que reunía toda la obra poética «no lúdica» de Szymborska, la publicada, tanto en libros como en revistas, y también la inédita, hallada entre sus papeles y en sus cajones. A finales de ese año, la versión española de ese libro, ‘Poesía completa’ (Visor Libros), corregida y aumentada –convirtiéndose así en la edición más completa en lengua alguna–, saldría de imprenta para llegar a principios de 2024 a las librerías del mundo hispánico.

Volvían así a ver la luz en Polonia –y la veían por primera vez en español– los poemas de sus dos primeros poemarios –’Por eso vivimos’ (1952) y ‘Preguntas a mí misma’ (1954)–, que Szymborska había escrito en su juventud, una juventud que como hija de su tiempo que era había estado marcada por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial y por el realismo socialista. Szymborska admitiría, en algunas ocasiones –como por ejemplo durante su discurso al recibir el Premio Goethe en 1991, como recordaba en una entrevista la catedrática de filología polaca y amiga suya Teresa Walas– que abrazar aquella retórica había sido un error y que había sido llevada a engaño, motivo por el cual, probablemente, se habría negado después a que fueran reeditados ambos poemarios.

Precisión

Aunque tanto la temática como el estilo de los poemas es el propio de la doctrina marcada en 1949 en el Congreso de la Asociación de Literatos Polacos, en algunos de los poemas un lector atento será capaz de atisbar algún que otro tratamiento de temas y formas estilísticas que reconocerá como ‘szymborskianos’ en poemas posteriores… Esos dos poemarios, sin embargo, es muy poco probable que fueran tenidos en cuenta en modo alguno en lo que al Premio Nobel de Literatura en 1996 se refiere, ya que no solo carecieron de reediciones, sino también de traducciones. Tampoco pudieron contribuir al premio, por razones más que obvias, los poemarios publicados después de 1996, por lo que no parece excesivamente arriesgado afirmar que 175 poemas, repartidos en 7 poemarios y publicados entre 1957 y 1993 le valieron Wisława Szymborska, nacida en 1923, el Premio Nobel de Literatura.

Paciente alquimista que selecciona, pesa, sopesa, combina desde un ejercicio de libertad

La Academia sueca premiaba, según sus propias palabras, «una poesía que con precisión irónica permite que el contexto histórico y biológico salga a la luz en fragmentos de la realidad humana». Me gusta imaginar a Szymborska como una paciente alquimista que cuidadosamente selecciona, pesa, sopesa, combina desde un ejercicio de libertad personal, y más allá de corrientes y movimientos, las palabras, la composición de todos y cada uno de los elementos que conforman sus versos para crear cada uno de sus poemas. Una alquimista que vacunada contra las grandes verdades se concentra en los más pequeños detalles para compartir con nosotros desde los aspectos más nimios de la misteriosa cotidianidad las dudas a las que nos expone la existencia, los guiños y las muecas que nos brindan el azar y la casualidad y que hacen que seamos quienes somos aunque bien podríamos haber sido alguien absolutamente diferente, cosa que no puede más que llevarnos a esbozar una media sonrisa no exenta de ironía.

La cotidianidad de Szymborska es una cotidianidad también lingüística de la que rescata aquí y allá fragmentos de diálogos, frases hechas, desencuentros verbales, con los que situarnos en tiempos y en espacios. La poesía de Szymborska en ocasiones es una poesía rimada, hecho este que se da a lo largo de todos los libros, una poesía que puede llegar a hacer de la rima un elemento de juego. Szymborska desprovee de patetismo a aquello que por natural carece de él, observa con la curiosidad de alguien para quien nada es evidente, intenta saber, entender, sin el convencimiento de poder alcanzar ese saber y con la duda permanente como piedra de toque de todo aprendizaje. Las paradojas, las repeticiones, las enumeraciones, las metáforas, los paralelismos, la concisión, son «útiles de trabajo» para aproximar el mundo y aproximarnos a nosotros a él. Szymborska vuelve una y otra vez a los mismos temas desde distintas tomas fotográficas, vuelve a las ausencias, al contraste entre lo pasajero y lo menos pasajero, a las formas del amor y sus diferentes perspectivas, a los muertos, tan presentes siempre. En sus poemas música, pintura, historia, literatura, naturaleza se intuyen de una u otra forma en un primer o en un segundo plano o incluso más allá. Pasado, presente y futuro cobran una presencia material no acomplejada. La geografía de sus poemas nos traslada a mapas y episodios familiares a uno y otro lado de la imaginación. Szymborska, tan reacia a hablar de literatura y de poesía en entrevistas, encuentros poéticos, etc., salpica sus poemarios de versos o poemas de los que se podrían desprender algunas de sus ideas sobre la poesía, con esa distancia y esa ironía tan suyas

En cada uno de sus poemas se trasluce la voz potente que se va a dirigir al lector con una ironía bien calculada

De las muchas voces que en algún momento se han referido a la obra de la poeta polaca sirva aquí destacar la de dos grandes poetas y traductores. Xavier Farré diría de ella en el número de la revista Turia dedicado a la poeta: «Szymborska seguirá siendo un planeta único y claramente diferenciado. En cada uno de sus poemas se trasluce la voz potente que se va a dirigir al lector con una ironía bien calculada, con una frialdad y una precisión de cirujano para abrir casi en canal las entrañas de cualquier pensamiento asimilado y aceptado.« Y Martín López Vega, en esa misma revista: »La poesía de Szymborska ve lo que nadie ve, vuelve el mundo transparente. Ello es gracias a que ha podido conservar la ingenuidad en un mundo que ha perdido la inocencia; porque ha sabido reírse de las ridiculeces propias antes que de las ajenas; porque ha sido capaz de construir una inédita cercanía irónica en un mundo cada vez más dado a la distancia cínica.«

A la papelera

Szymborska hablaba de su papelera como de una gran e imprescindible compañera. Y allí era donde acababan aquellos poemas que ella condenaba a la desaparición. Ninguno de los poemas de ‘Poesía completa’ fue condenado a la papelera por nuestra poeta, aunque esto no quita para que algunos quedaran confinados de por vida. En todo caso, el lector en español tendrá como poco lectores en el mundo la posibilidad de tener una verdadera imagen de conjunto de la poesía de una de las mejores poetas de todos los tiempos: Wisława Szymborska.

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