Una empresa que apuesta a la ecología
KISTLER, establecida en 1959 en Winterthur, vecina a Zurich, es una compañía familiar especializada en la fabricación de equipos médicos e instrumentos de medición de alta precisión para las industrias automovilística, aeroespacial, marítima y farmacéutica, junto a infraestructuras públicas que incluyen sectores de la energía y biomecánica, el transporte vial, el tráfico urbano y ciencias de la vida.
El compromiso ambientalista es el concepto clave del precioso almanaque 2024 donde el Gerente Ejecutivo, Rolf Sonderegger, destaca que sus instalaciones en Straubenhardt, Estado de Baden-Wuertenberg, Alemania, funcionan plenamente con electricidad verde e igual ocurrirá a partir de este año con las sucursales en China, Japón, Suiza, los Estados Unidos y Eslovaquia (en el edificio más ecológico de Bratislava, la capital).
Así mismo, que en apoyo a la lucha contra el calentamiento global despliegan desde hace varios años en el procesamiento de cuarzo y cristal la misma tecnología empleada para manufacturar células solares con el certificado Leed Platinium, que reconoce los más altos niveles de eficiencia, con un ahorro de 77% de energía y hasta 51% de agua corriente.
También, que en el tejado de las oficinas germanas opera un sistema fotovoltaico generador hasta ahora de más de 35 mil kWh de electricidad, que aspiran casi a duplicar en promedio anual, y han comenzado a instalar estaciones para vehículos eléctricos en varios sitios de Suiza y Alemania mientras sistemas de prueba están operativos para asegurar la calidad de sus sujetadores hasta de un tamaño similar a los utilizados en las turbinas eólicas.
Informa así mismo que han impulsado la correspondencia sin papel mediante la digitalización, eliminando 45 toneladas de C02 y casi una tonelada diaria de papel, equivalente a la preservación de 3.600 árboles y su tecnología de medición es la clave para optimizar sostenidamente máquinas de gran tamaño y, no importa cuál sea el combustible del futuro –amoníaco, metanol o biodiesel- están listos para trabajar con ellos, reduciendo sus emisiones contaminantes.
Y que si bien se extraen y utilizan regularmente materias primas para fabricar productos que se consumen y se desechan, la empresa apuesta a su bajo empleo para ahorrar recursos y reducir las emisiones de CO2 en las décadas futuras, porque la producción total de las plantas en Alemania debería ser neutral en 2025 y alcanzar cinco años más tarde los objetivos Scope 1 y 2 fijado por las convenciones internacionales.
La calidad de los recursos humanos es fundamental para alcanzar tales objetivos, afirma un documento de la empresa, con estadías en una instalación agro-turística en la Toscana y premios internos para estimular el interés de los gerentes en la sostenibilidad, que alternan con acciones comunitarias como sendos fondos de ayuda durante la pandemia y para las víctimas de la guerra en Ucrania y una organización para personas discapacitadas física y mentalmente y sus familias.
Y para continuar desarrollándose conforme a las tendencias globales, convenios con renombradas instituciones de investigación y universidades del mundo entero.
Varsovia, enero de 2024.