Eduardo Martínez: En la encrucijada electoral
La materialización de la conspiración en contra de la candidatura presidencial de María Corina Machado nos obliga a analizar y revisar los distintos frentes de esta jugada que atenta en contra de la posibilidad de un cambio de gobierno en Venezuela.
La debacle económica venezolana, luego de 25 años de los malos manejos económicos del régimen chavista, solo es posible con la salida del poder del chavismo. Es un requisito sine qua non. Lo que es facilmente demostrable por cuanto si supieran cómo solucionar la crisis luego de 25 años ya han tenido suficiente tiempo para haberlo hecho.
Ante el fracaso continuado de este régimen en materia económica, política y social, su salida se convierte en el primer objetivo político de la oposición. O por lo menos… debiera de ser.
Teniendo a la vista este objetivo, la oposición convocó un proceso de primaria para elegir un candidato unitario. Los venezolanos compraron la idea, y más de 2,2 millones de electores asistieron a votar, designando a María Corina Machado como la candidata presidencial con el 92% de los votos.
¿Por qué María Corina Machado?
Las razones del triunfo de María Corina viene sustentada por su posición coherente, clara y mantenida desde los primeros días del gobierno de Chávez.
Si bien las mujeres son coquetas por excelencia, María Corina se mantuvo sin coqueteos frente al régimen de Hugo Chávez, primero, y después de Nicolás Maduro.
Sin embargo, al lado de ella, importantes dirigentes de la oposición, así como empresarios y elementos de la “sociedad civil”, nunca ocultaron la actitud de retratarse al lado de jerarcas del régimen. Lo que no es un secreto, las fotos y videos reposan en los archivos de las redes y páginas web. Puede ser que los venezolanos lo hayan olvidado. Pero las pruebas documentales están allí: en el internet y los buscadores de Google, “que no olvidan nada”.
Otro ingrediente de los porqué María Corina, han sido sus propuestas, y el mantenerse -así fuera sola- con sus banderas de lucha sin buscar prebendas, ni dádivas hacia su persona, y mucho menos partícipe de las oscuras negociaciones a los que parte de la oposición nos tiene acostumbrados. Todo eso en poco menos del cuarto de siglo que lleva el régimen.
El resto de la Oposición
Los venezolanos, que estarán callados por el tenor de la crisis, no han sido ciegos para no ver el conglomerado de partidos divididos y vueltos a dividir de la oposición venezolana, y cuáles han sido sus posiciones ante el régimen. Más que oposiciones, han mostrado eso: “posiciones”.
Si bien las encuestas no ha preguntado: ¿Se siente usted representado por los partidos de oposición?, los encuestadores han tenido el buen tino -para no hacer mayor daño- de preguntar ¿cuál es el partido de su simpatía?.
Aunque las preguntas puede parecer diferentes, el resultado ha sido de rechazo. Tal fue el caso de la encuesta de Datincorp, publicada en nuestra edición del 28 de febrero: el 89% “confía muy poco o nada en los partidos políticos”; el 47% “se define como independiente”.
La dirigencia de los partidos de oposición -no todos- ante los resultados que aportó Datincorp, se plegaron a señalar que no creen en esta encuesta. Sobre todo cuando leyeron que el 55% de los encuestados votarían por la Machado.
No hay que ser un analista electoral de filigrana para descubrir, que detrás de estas respuestas de la dirigencia, se esconden oscuros intereses y objetivos subalternos.
Era sospechoso, hasta este domingo, que en vez de esa dirigencia preguntarse ¿Por qué los partidos están en esta comprometida situación?, salieron desde un primer momento a hacer de comparsa a la estrategia del régimen de inhabilitar a María Corina. Lo que les potenció para que este domingo ya salieran de nuevo a empezar a sugerir “sustitutos”.
Engolosinados por el trapo rojo lanzado desde el CNE, esta dirigencia no se ha dado cuenta que están asistiendo a su propio velorio político, al pretender en una especie de juego de Poker, en un tugurio cerrado y secreto, designar a punta de sus dedos un nuevo candidato opositor. Con lo cual pisotearían la voluntad de más de 2,2 millones de venezolanos que participaron en la Primaria.
Se dice que “el zorro puede perder la piel, pero no las mañas”, al no darse cuenta que el rechazo de los venezolanos a sus partidos, es producto de que ya les descubrieron sus mañas, y ellos, esos opositores desahuciados, no han cambiado en su proceder.
La innegable verdad de la apuesta que ha hecho el régimen para eliminar a María Corina de la contienda, es obvia: la intención de voto a favor del 55% a favor de María Corina, frente al palúdico 15% a favor de Maduro.
Sin embargo, hay que reconocerle a los jerarcas del régimen que sí creen en las encuestas, porque estamos viendo las marramucias que hacen como consecuencia. En tanto, diversos factores de la oposición siguen sin creer en las encuestas, o solo en aquellas que creen los favorece.
Otros actores
Frente a los esquiroles opositores, que se regodean de la inhabilitación, no hay que dejar de lado a los alacranes -que es la oposición ad-hoc con la que cuenta el régimen, y que todos sabemos quiénes son- y de los enchufaos. Al final, todos participan del juego. Son colaboracionistas de una especie de “Régimen de Vichy”.
¿Qué hacer?
El momento es crucial. Pero también es crucial lo que ha llevado a María Corina hasta este momento. Siempre ha demostrado sostener una actitud inteligente y certera. Debemos esperar su movimiento de piezas en el tablero del juego electoral.