Borja Sémper: «El modelo del PP se inspira en el humanismo cristiano porque creemos en el ser humano y en el individuo»

El portavoz del Partido Popular, Borja Sémper, durante su entrevista con El Debate. Paula Argüelles

Francisco de Borja Sémper (Irún, Guipúzcoa, 10 de enero de 1976) es el portavoz nacional del Partido Popular y Vicesecretario de Cultura de la formación. Poco después de llegar a la presidencia de Génova, Alberto Núñez Feijóo repescó a Sémper, que se había retirado de la política en 2020. En su entrevista con El Debate el dirigente ‘popular’ ha abordado la situación de la trama de corrupción del PSOE y –de cara a las elecciones vascas– ha afirmado que «se acabó lo de que el PP» haga «alcalde a alguien del PSOE» o «del PNV» y «al día siguiente nos escupa».

–El Debate ha publicado esta semana que después de que Begoña Gómez recomendara por carta una serie de empresas, seis Ministerios del Gobierno de Sánchez otorgaron a estas compañías 15,6 millones de euros. ¿Cómo valora esta información?

–De la misma manera que valoro muchas de las cosas que están pasando en la política actual por la acción de este Gobierno y de su entorno; como una inmoralidad. Hay algo que nos une a gentes que somos ideológicamente diferentes, la necesidad de la ejemplaridad pública. Una ejemplaridad pública que nos lleva a un punto en el que rechazamos que la mujer del presidente del Gobierno –ya sea la de este presidente del Gobierno, la de los anteriores, o la de los que vengan– tenga actividades empresariales que vinculan y que implican al Gobierno. Objetivamente podemos llegar a la conclusión de que su posición como mujer del presidente del Ejecutivo le beneficia y le favorece en lo personal y a su entorno. Es una inmoralidad. Es algo que políticamente debe ser rechazado.

La clave no es saber qué opina la mujer del presidente del Gobierno. La clave es saber cómo responde Sánchez

–¿Considera que ese rechazo y todo lo que rodea a la mujer del presidente del Gobierno es suficiente como para llevarla a la comisión de investigación del caso PSOE en el Senado?

–Nosotros no interpelamos a la mujer del presidente del Gobierno. A quien exigimos respuestas es al presidente del Gobierno. ¿Qué hace con la información que él conoce sobre las actividades profesionales de su mujer? ¿Qué hace con el sentido de su voto en un Consejo de Ministros ante los intereses de empresas que han favorecido la actividad profesional de su mujer?

¿Por qué Sánchez está callado? ¿Por qué Sánchez no da la cara? ¿Por qué Sánchez utiliza trampantojos, viajes, debates, y emplea el ventilador para no responder a las preguntas que están sobre la mesa? El presidente del Gobierno da la espalda, o en el mejor de los casos contesta con insultos o con exabruptos, para no responder. La clave no es saber qué opina la mujer del presidente del Gobierno. La clave es saber qué piensa y cómo responde el propio presidente del Gobierno.

–¿El lunes van a citar a Pedro Sánchez a la Comisión del Senado?

–Le puedo adelantar que nuestra estrategia para obtener información y respuestas es una estrategia medida y pensada. Y el presidente del Gobierno, si él no da respuestas motu proprio, comparecerá; ya sea ante una comisión de investigación o ante un tribunal. Pero que a nadie le quepa ninguna duda, el presidente del Gobierno terminará dando respuestas. Veremos, y eso es lo que no le puedo adelantar, cuándo y de qué manera sucede.

–Feijóo mencionó el martes que el PSOE controla el CIS, la Fiscalía General del Estado, Consejo de Estado, Defensor del Pueblo, Tribunal de Cuentas, Tribunal Constitucional, el CNI, CNMC, Instituto Nacional del Empleo, la Agencia EFE y RTVE. ¿Cree que con Sánchez se ha llegado a un punto de no retorno de degradación de las instituciones?

Se ha llegado a un punto extraordinario de degradación de las instituciones, pero tiene un retorno; que llegará cuando el Partido Popular gobierne. Lo que estamos viviendo de un tiempo a esta parte es el manoseo de las instituciones, que las deforman. Las instituciones no son elásticas. Si tú las manoseas se deforman y si se deforman no cumplen con sus objetivos. Si cuando nosotros accedamos al gobierno, que pasará más pronto que tarde, reprodujéramos el modelo del sanchismo, no habría retorno. Por eso nuestro principal objetivo político debe de ser el de recuperar el prestigio de las instituciones y su independencia.

–Ha mencionado que llegarán al Gobierno más pronto que tarde. ¿Ve posible que la amnistía no salga al gusto de Puigdemont y que Junts y los socios de Sánchez fuercen un adelanto electoral para este año?

–Cualquier escenario es posible si en la actuación están Pedro Sánchez, Puigdemont, Oriol Junqueras, Arnaldo Otegi, está Pablo Iglesias, y Yolanda Díaz. Al final todos estos personajes son los que configuran y otorgan una inestabilidad al Gobierno de Sánchez. La sociedad española enfrenta una realidad capitaneada por un político, que es Pedro Sánchez, que será capaz de superar cualquier obstáculo con tal de mantenerse en el poder a cualquier precio. Esto más pronto que tarde terminará también por caer, por resquebrajarse.
Hemos aprendido de las últimas generales y hemos tomado buena nota de errores que cometimos

Tengo la sensación –no solo por lo que nos dicen los datos sociológicos y científicos, sino por mi pulso político– que la sociedad española está deseando poder votar para provocar un cambio en España. Y llegará. Cuando los españoles seamos llamados a las urnas a nivel nacional se materializará un cambio. Los españoles están esperando a poder votar. Estoy plenamente convencido de eso.

–¿Y el PP está preparado para un escenario de adelanto electoral?

–Imagínese que digo lo contrario. El PP está absolutamente preparado. Sí, estamos preparados. Nosotros hemos aprendido del ciclo electoral pasado, de las elecciones generales del 23-J. Hemos tomado buena nota de errores que cometimos, de los aciertos de nuestro adversario para desviar la atención y para generar escenarios pura y estrictamente interesados y estrategias mediáticas interesadas. Si tuviera que condensar esta alternativa en alguna idea, lo que principalmente ofrecemos a los españoles es un gobierno que se dedique a sus problemas y no a los problemas del presidente del Gobierno.

El respeto que Sánchez tiene por las víctimas de la Guerra Civil está muy por debajo del que se tiene a sí mismo y de las ganas de hacerse reportajes fotográficos

–El jueves el jefe del Ejecutivo aterrizó de su gira de Oriente Próximo y visitó el Valle de los Caídos por cuarta vez desde que es presidente. ¿Qué quiere conseguir Sánchez con esta visita?

–Sus intenciones son las obvias, las que todo el mundo ve. La tendencia natural de cualquier persona normal, que se dedica a la política, es dar una respuesta y desmontar este artificio y esta inmoralidad de Pedro Sánchez sacándose fotos con restos humanos. Al final hay algo que nos iguala a todos, también a cualquier ciudadano, independientemente del sentido de su voto; una idea de pudor, de respeto y de honorabilidad. Ver al presidente de tu Gobierno paseándose entre restos humanos, haciendo un reportaje fotográfico, nos incomoda a gentes que somos de izquierdas, de derechas, a gente que se puede considerar de una u otra manera. No nos gusta ver la obscenidad concretada en un presidente del Gobierno haciendo un reportaje fotográfico ante rostros humanos.

Si desarrollo esta idea estaré entrando en la estrategia de comunicación sanchista, que pretende desviar la atención de lo que le interpela a él; casos de corrupción, la mala gestión, un Gobierno inestable, un país sin presupuestos, y una política española paralizada al menos hasta verano. Un cúmulo de circunstancias que hacen que este Ejecutivo sea incapaz de responder ante los españoles por su gestión, y que obliga al presidente del Gobierno a enfundarse en un mono de plástico blanco y hacerse un reportaje fotográfico entre restos humanos. Sánchez demuestra que su respeto por las víctimas de la Guerra Civil, y en su caso de la dictadura, está muy por debajo del respeto que se tiene a sí mismo y de las ganas que tiene él mismo de hacerse reportajes fotográficos.

–En este caso, ¿cuál es el plan del PP para el Valle de los Caídos?

–El Valle de los Caídos puede llegar a representar la España del siglo 20 en toda su extensión. Por lo tanto, representar aquello que no debemos repetir y sobre lo que debemos aprender. A mi juicio, y desde una opinión muy particular, además de la dimensión que tiene religiosa, debería de ser un lugar de encuentro entre españoles, y del reflejo de lo peor que puede llegar a hacer el ser humano, que es matarse.

–El PP se define en sus estatutos como un partido que promulga el humanismo cristiano. ¿Por qué hay veces que rehúsan meterse en la batalla de las ideas?

–Yo rechazo que no entremos en la batalla de las ideas. Soy recurrente, y que algunos de nuestros adversarios nos machacan, pero no veo ni una sola batalla de orden ideológico en la que el Partido Popular no esté. De todas formas, no concibo la política ni como una batalla ni como una guerra cultural. Los políticos en demasiadas ocasiones proyectamos a la opinión pública guerras y batallas. Lo que hay que ofrecer son propuestas a los problemas que tiene la sociedad.

A mi juicio, la gente nos vota para que aportemos ideas ante los grandes retos que tenemos. ¿No es un gran debate ideológico de fondo la defensa de la familia como institución? El Partido Popular tiene propuestas y tiene medidas. ¿No es una gran batalla política e ideológica creer que los políticos y que los poderes públicos tienen que crear las condiciones para que los ciudadanos podamos desarrollar nuestra actividad y nuestra vida en libertad? Se han de crear las condiciones, no dirigirnos. Determinada izquierda nos quiere imponer a los ciudadanos a quién rezar, a quién besar, qué comer, cómo viajar o cómo utilizar nuestro tiempo de ocio.
Por su parte, nuestro modelo se inspira en la tradición del humanismo cristiano porque creemos en el ser humano, creemos en el individuo y queremos y creemos que los políticos no tenemos que dirigir la vida de los ciudadanos, sino crear las condiciones para que cada cual la desarrolle como considere oportuno.

–En este campo, de la defensa de la familia y la libertad, ¿considera que Vox les ha quitado protagonismo?

–No, en absoluto. Nosotros tenemos una lectura muy acertada y aterrizada de lo que es en toda su complejidad y en su pluralidad la sociedad española. Y en eso no hay ningún partido político que nos supere. Tampoco Vox.

Cualquier pacto al que lleguemos será pensando en la estabilidad constitucional

–Feijóo y el Partido Popular se han manifestado en varias ocasiones orgullosos de haber apoyado al PNV o al PSOE en ciertos lugares para que no llegasen partidos secesionistas al poder; como Bildu, ERC o Junts. ¿El PP estaría dispuesto a repetir esta fórmula tras las elecciones vascas o catalanas?

–Antes le decía que hemos aprendido del pasado. Creo que esto de que el Partido Popular haga alcalde a un socialista en Barcelona y al día siguiente nos escupa, se acabó. Esto de que el Partido Popular haga alcalde a una diputada del Partido Nacionalista Vasco con un gobierno del PSOE –en Vitoria- y al día siguiente nos desprecien, se acabó. Esto de que el Partido Popular y yo participe, y me siento orgulloso de hacerlo, vote a un lendakari del Partido Socialista, y al tiempo ese lendakari nos desprecie, se acabó.

Cualquier cosa que hagamos y cualquier pacto al que lleguemos será pensando en la estabilidad constitucional de España y en el buen gobierno. Pero exigiremos tener una posición que nos garantice poder fiscalizar y poder influir. Gratis, nada. Sobre todo porque lo gratis al final perjudica a tu proyecto político y a lo que quieres hacer.

–Para terminar, ¿cómo ve al Real Madrid de cara al partido de Champions del próximo martes contra el Manchester City?

–Me alegra que me haga esta pregunta porque he sido un mal pero orgulloso columnista de El Debate hablando del Real Madrid. Es una eliminatoria complicada, pero estoy convencido que la vamos a pasar. Sobre todo, porque si se quiere ganar la Champions hay que ganarles a todos. Y no vamos a decir que el City es un equipo menor, pero nosotros somos muy grandes.