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Avanza el regreso de la institucionalidad en Haití, pero sin la celeridad que demanda la crisis

La recuperación plena de una institucionalidad es requisito para el ingreso de uniformados de Kenia para respaldar a la Policía Nacional de Haití.

Al centro, Garry Conille, visitando el centro de Puerto Príncipe.
Al centro, Garry Conille, visitando el centro de Puerto Príncipe. X@LOUINÉ JOSÉMA

 

 

Casi tres meses han transcurrido entre la renuncia de Ariel Henry y la conformación, finalmente, de un gabinete de gobierno encabezado por el médico Garry Conille, quien hace una década se desempeñó brevemente como primer ministro. En este tiempo, en el cual la institucionalización de Haití avanza lentamente, la crisis mayúscula del país caribeño demanda respuestas.

El variopintoconsejo para la transición,acordado entre EEUU y la Comunidad del Caribe (CARICOM), como medida para reinstitucionalizar a Haití, oficializó el 4 de junio la designación de Conille como primer ministro y a través de un decreto le dio poderes para la formación de gabinete de gobierno. El 12 de junio Conille finalmente logró formar un equipo de consenso con un gabinete que incluye a cuatro mujeres, incluyendo a Dominique Dupuy, quien será la primera mujer haitiana en ser canciller del país caribeño.

Para agregarle más dramatismo a la paulatina normalización de la vida gubernamental, Conille fue internado el 9 de junio en un hospital privado de Puerto Príncipe, al presentar problemas respiratorios. Fue un episodio corto y al día siguiente ya el primer ministro estaba en funciones.

La recuperación plena de una institucionalidad es requisito para el ingreso de uniformados de Kenia, en el marco de un cuerpo internacional para respaldar la labor de la Policía Nacional de Haití, desbordada y en situación de minusvalía ante el auge de bandas criminales que campean principalmente en las calles de Puerto Príncipe.

Con financiamiento de EEUU, se prevé el primer arribo de unos 1.000 uniformados de Kenia, a los que podrían sumarse uniformados de otras naciones, en un plan aprobado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el año pasado, una estrategia en la que puso su empeño el secretario general de la organización, António Guterres.

Los efectivos africanos prestarán asesoría a los policías haitianos y también actuarán en el terreno, ante situaciones que lo ameriten. Hace un mes,como reportó DIARIO DE CUBA,se conoció del arribo de armas, vehículos y equipamiento para la fuerza internacional y para el relanzamiento de la Policía haitiana.

El 24 de mayo, en tanto, arribó una avanzada keniata para evaluar las condiciones para la llegada del contingente de mil uniformados, que estarán ubicados en los alrededores del aeropuerto de Puerto Príncipe, que tiene largas semanas inactivo para vuelos comerciales tras el clímax de violencia registrado entre marzo y abril, y en cuya recuperación participaron contratistas de EEUU.

Crece la expectativa ciudadana, en la medida en que pasa el tiempo entre la renuncia forzada de Henry cuando estaba de viaje en Kenia, e impedido de volver al país por las amenazas de bandas criminales, junto a la dilatada toma de decisiones en el seno del consejo de transición, por diferencias entre sus integrantes y por el propio vacío institucional que asola a Haití.

Henry ejerció como primer ministro encargado desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021. No pudo ser ratificado por el Congreso porque había dejado de existir el Parlamento, en medio de una crisis generalizada de inseguridad y ausencia de voluntad del propio Henry en restituir la institucionalidad. Por el contrario, el ex primer ministro fue descabezando entidades claves como el propio órgano electoral.

En estos tres años se fortalecieron las bandas criminales, aunque analistas aseguran que los grupos violentos germinaron ya con la presidencia de Moïse. Y en el caso de Haití, además, no puede obviarse los efectos sociales de una crisis económica endémica, siendo el país más pobre de todo el continente.

Conille es un médico de 58 años que ya ejerció como primer ministro de Haití durante seis meses entre 2011 y 2012. Su designación fue aplaudida por distintos sectores políticos y también se saludó la designación de su primer gabinete de gobierno, que logró conformar un equipo en el que se combinan diferentes corrientes políticas e incluso religiosas, así como diversidad en experiencias previas.

Con una maestría en Administración de Servicios de Salud por la Universidad de Chapel Hill, en Carolina del Norte (EEUU), y una especialización en Ginecología, el ahora primer ministro acumula una larga trayectoria en Naciones Unidas. De hecho, hasta hace poco vivía en Panamá, donde ejercía como director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.

Teniendo el soporte internacional y la actuación en el terreno de una fuerza internacional, Conille espera reestablecer la vida institucional en Haití en un lapso de 18 meses. Además de combatir a los grupos criminales, en este año y medio el primer ministro ha prometido crear las condiciones dentro de Haití para que se puedan convocar unas elecciones generales, y de esa manera restablecer la vida democrática en el país.

La señalada falta de institucionalidad ha sido el terreno fértil para la expansión del crimen organizado en Haití. Se estima que unas 300 bandas actúan dentro del país y que un 80% del territorio de la capital haitiana está en manos de grupos delictivos fuertemente armados.

A juicio de Insight Crime, los uniformados de Kenia, que tienen un historial adverso en su respeto a los derechos humanos según entidades africanas, tendrán ante sí una tarea titánica en el Caribe: «Los kenianos se adentrarán en un Estado fallido y en una de las capitales mundiales del secuestro, donde las pandillas son la única autoridad visible en muchas partes del país. Se calcula que el año pasado alrededor de 3.000 personas fueron secuestradas para pedir rescate».

Entretanto, la Policía Nacional de Haití cuenta con aproximadamente 9.000 agentes para brindar seguridad a más de 11 millones de personas, según la ONU. Los agentes suelen verse abrumados y superados en armas por las poderosas pandillas criminales.

 

 

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