Héctor Quintero Montiel: India, un nuevo devenir
Durante siete semanas entre el mes de mayo e inicios de junio, la India ha llevado a cabo sus elecciones generales, las mayores del planeta, por su amplia participación en las mismas. En este país-continente de más de 1.400 millones de habitantes se elegían los 543 escaños de la cámara baja del Parlamento Indio.
Las elecciones de India fueron las mayores celebradas en la historia de la democracia, con más de 600 millones de votantes en seis fases. Esta vez no hubo quejas sobre las máquinas de votación electrónica, ni temores de que India se hubiera convertido en una dictadura bajo el mandato de Narendra Modi. La larga duración de los comicios, que se extendieron durante 44 días dio lugar a una maratoniana campaña electoral en la que el debate evolucionó de forma continua, pasando del autobombo inicial a los ataques desmedidos en apenas pocas semanas.
El gobernante Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro, el nacionalista hindú Narendra Modi, busca un tercer mandato consecutivo al frente de la democracia más poblada del planeta y de la quinta economía mundial, aunque con desafíos por delante como el creciente desempleo y una inflación vertiginosa. Para cortejar a los casi 970 millones de electores llamados a votar en los comicios, Modi y el resto de los líderes del BJP comenzaron su campaña de reelección centrándose en los logros del Gobierno durante los últimos diez años.
Poco después de la primera fase de la votación y tras una escasa participación, su campaña pasó a centrarse en la minoría musulmana del país, salvoconducto habitual de Modi para azuzar el nacionalismo hinduista, que supone su principal fuente de votos. Desde entonces, el primer ministro comenzó a utilizar un lenguaje abiertamente islamófobo en mítines públicos, y acusó al opositor Partido del Congreso de la India (INC) de conspirar para redistribuir la riqueza de la nación entre ‘infiltrados’ y ‘aquellos que tienen más hijos”; en referencia a los 200 millones de musulmanes que residen en la India.
El INC, que pretendió erigirse como el salvador de la Constitución India frente a las tendencias supuestamente dictatoriales de Modi, negó esas acusaciones y denunció al primer ministro de apostar por políticas comunitarias divisivas para ganarse el apoyo de la mayoría hindú, que constituyen el 80 % de la población.
El nacionalista Modi se asegura un tercer mandato histórico en India tras una década de popularidad y polarización. Diez años después de que se convirtiera en primer ministro, Narendra Modi se declaró este martes vencedor de las elecciones en India, aunque con una victoria más ajustada de lo esperado que le obligará a depender de sus aliados políticos. Con el conteo aún en desarrollo, la alianza de partidos encabezada por Modi alcanzó el umbral de 272 escaños necesarios para formar un gobierno.
Pero el partido nacionalista hindú BJP del primer ministro perdió su mayoría absoluta parlamentaria y se prevé que finalice las elecciones con 240 de los 543 escaños existentes, muchos menos que el objetivo de 400 escaños que se fijó durante la campaña electoral. La coalición de oposición INDIA ha tenido un desempeño mucho mejor del esperado, consiguiendo 193 escaños hasta el momento en todo el país, con un resultado particularmente fuerte en el sur.
Los resultados preliminares de esta elección, que arrancó el 19 de abril y se extendió hasta el 1 de junio, le dan a Modi un tercer mandato en el que tendrá que depender de sus aliados. Si las fuerzas de Modi consiguen una mayoría de escaños, el líder nacionalista hindú sera el segundo primer ministro en conseguir un tercer término consecutivo en la historia de este país, solo precedido por Jawaharlal Nehru, uno de los mayores líderes independentistas que gobernó la India por 17 años.
El desenlace de las elecciones es particularmente interesante porque, tras casi siete semanas de votaciones en todo el país, las encuestas a pie de urna publicadas pocos días antes del recuento final mostraban que el Partido Popular Indio de Modi ganaría de forma aplastante, como ya había hecho en dos ocasiones anteriores.
Sin embargo, el Partido Popular Indio solo obtuvo 239 escaños, muy por debajo de los 272 necesarios para formar gobierno. La alianza de la oposición, liderada por el Partido del Congreso Nacional Indio, obtuvo 235 escaños. Con los 52 escaños obtenidos por los aliados del Partido Popular Indio, Modi seguirá a la cabeza. Pero su atractivo ha disminuido y su liderazgo ha cambiado radicalmente. La Comisión Electoral de la India reveló 642 millones de personas depositaron su voto en el último mes y medio de elecciones, en el que también se experimentó una reducción notable de los incidentes violentos.
El primer ministro seguirá en el cargo, pero su imagen se ha visto mermada y su liderazgo ha cambiado radicalmente a medida que la democracia multipartidista del país vuelve a cobrar vida. La primera década de Narendra Modi como primer ministro de India ha estado plagada de sorpresas.
El mapa político de India se rehízo de la noche a la mañana. Cuando el martes se dieron a conocer los primeros mapas electorales nacionales que mostraban el número de escaños ganados y perdidos en el Parlamento, se observó una nueva y sorprendente configuración. Los mapas mostraban que el partido de Modi había perdido zonas de territorio en los estados del norte de habla hindi, considerados bastiones del Partido Popular Indio.
A Modi le ha ayudado la ausencia de una oposición fuerte y coherente que lo desafíe a nivel nacional. Cuando parecía vulnerable, no supieron aprovecharlo. Su gobierno ha sido criticado por su gestión durante la pandemia de covid y la oposición también lo acusa de capitalismo de amigos, alegando que favorece a algunas grandes familias empresariales.
Sus críticos alegan que su gobierno ha debilitado las instituciones federales y ha tomado medidas contra la disidencia y la libertad de prensa. También lo acusan de menospreciar a la minoría musulmana en el país, que, según dicen, se siente amenazada bajo su gobierno. «Modi tiene grandes admiradores y críticos. O te gusta o no te gusta», explica el analista político Ravindra Reshme.
Los inversores de los mercados bursátiles indios de Mumbai respondieron con entusiasmo a las primeras encuestas a pie de urna. El lunes, se lanzaron a la compra, haciendo subir los precios de las llamadas acciones de Modi, aquellas asociadas a las prioridades de gasto del primer ministro o que se cree que se benefician de sus políticas fiscales.
Cuando se conocieron los resultados de las urnas, esos bonos se desplomaron. Los títulos y valores del buque insignia del Grupo Adani perdieron cerca del 19 por ciento de su valor en un solo día de cotización. El índice bursátil perdió cerca del 6 por ciento, casi anulando las ganancias de los cinco primeros meses del año. Modi sigue siendo popular entre los magnates de India, pero los inversores deben averiguar qué empresas se beneficiarán del nuevo gobierno.