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El Centro Carter afirma que en Venezuela «no ha habido elecciones democráticas»

Invitado por el CNE a observar los comicios, desplegó 17 expertos y observadores con equipos basados en cuatro ciudades: Caracas, Valencia, Maracaibo y Barinas

El Centro Carter ha dado la puntilla al fraude masivo electoral realizado por la revolución bolivariana. «La elección presidencial no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática«, destacó en su informe, publicado en Estados Unidos después de que sus expertos abandonaran Venezuela a la carrera.

La importancia de este informe es básica: el Centro Carter era el único organismo electoral independiente presente en el país petrolero. El panel de cuatro expertos de Naciones Unidas emitirá un informe interno a su organización, que no será público. Los demás, tanto la Unión Europea, rechazada a última hora, como la OEA no fueron admitidos. Los que sí acudieron al llamado de la revolución forman parte de sus aliados, incluso algunas de las organizaciones presentes están financiadas por el chavismo.

«El Centro Carter no puede verificar o corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. El hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales«, continúa en su informe.

De momento, el chavismo se niega a dar unos resultados pormenorizados, mesa a mesa, que confirmarían lo que ya la oposición ha subido a una web. Gracias al aporte de los testigos, la Unidad Democrática cuenta con los resultados del 90% de las actas, que proporcionan una victoria histórica al candidato Edmundo González Urrutia, con mayor porcentaje de voto que Hugo Chávez.

El diplomático, con el 67%, supera en casi cuatro millones de apoyos a Nicolás Maduro, con el 30% de la votación nacional.

Los observadores del Centro Carter comprobaron en primera persona la movilización pacífica de millones de ciudadanos durante el domingo, incluidas las «restricciones en el acceso al recinto electoral para testigos de partidos, mecanismos de presión contra votantes e incidentes de tensión y violencia» en algunas localidades.

«El proceso electoral de Venezuela no ha alcanzado los estándares nacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional. Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación», prosigue el informe de una organización caracterizada, según el chavismo, por su «prestigio y seriedad».

«A lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición», certificó el Centro Carter. Al frente del CNE destaca la figura de Elvis Amoroso, un veterano dirigente chavista de máxima confianza para Maduro, quien en su anterior puesto de contralor fue el encargado de inhabilitar a María Corina Machado.

Pese a que la ley obliga que el primer boletín electoral debe salir de la sala de totalización del CNE, Amoroso fabricó esas cifras en su despacho con su equipo más íntimo, tal y como ha denunciado el candidato Enrique Márquez.

El Centro Carter prosigue su contundente denuncia asegurando que «la actualización del registro de electores se realizó con numerosos inconvenientes: plazos muy cortos, relativamente escasos lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión públicas. El problema se agravó en el exterior, donde los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero«. Sin duda, otro de los grandes fraudes del chavismo en estas elecciones, ya que impidió votar a 5,5 millones de electores en el extranjero. Los pocos que lo pudieron hacer votaron masivamente por la oposición.

«El registro de partidos y candidatos tampoco se adecuó a estándares internacionales. En los años recientes, partidos de la oposición han sufrido intervenciones judiciales contra sus liderazgos más reconocidos para beneficiar a personas afines al Gobierno, influyendo sobre la conformación de sus candidaturas. De manera aún más importante, la inscripción de la candidatura de las principales fuerzas de la oposición se halló sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que aceptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos», subrayó el comunicado.

Bastaba con observar el tarjetón electoral en el que los ciudadanos debían elegir a su candidato. Maduro aparecía en 13 ocasiones, abanderando a 13 partidos. La mitad de ellos y otra parte entre los candidatos colaboracionistas pertenecen a 11 partidos intervenidos por el Tribunal Supremo, incluido el Partido Comunista de Venezuela, que rechaza a Maduro pero cuya tarjeta fue secuestrada por el poder.

El Centro Carter también describe la campaña electoral, con «muy amplios recursos (para Maduro) que se tradujo en la gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches. Se observó abuso de recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos, movilización de funcionarios y el uso de programas sociales. Asimismo la candidatura gubernamental tuvo preponderancia en la radio y en la televisión».

Todo ello en el lado gubernamental, porque contra la oposición se incluyó «la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para generar un efecto disuasivo».

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