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Sectarismo hipermiope con doble rasero

 

Acudió a aquella oculista y filósofa por una apuesta. Su hijo mayor, reaccionario a la moda, le dijo: «Mamá, lo tuyo no es normal. Creo que tienes una enfermedad en la mirada. Sólo ves lo que quieres ver. Es un mecanismo que usamos todos en mayor o menor medida, pero en ti es demasiado llamativo. Te voy a pedir cita en una especialista muy renombrada y, si te dice que estás dentro de la normalidad, te invito a cenar en ese restaurante venezolano que me gusta. Si no, pagas tú». Le había insistido, pedido hora. No tuvo escapatoria.

Al sentarse, la oftalmóloga le enseñó al fondo, en la pared, una foto de Kamala Harris. Preguntó qué veía: «Una mujer valiente. Será impresionante, la primera mujer presidente de EE.UU. y, además, afroamericana. Una victoria del feminismo global. Ganándole al machista asqueroso de Trump. Para salvar la democracia de EE.UU.». A continuación, apareció en el mismo sitio María Corina Machado. Dudó. «La amiguita venezolana de Cayetana, ¿no? El último intento de los reaccionarios por acabar con la democracia progresista de Maduro. Una títere de los poderes imperialistas, de los millonarios del mundo, de los neoliberales que no consienten la soberanía de verdad del pueblo venezolano». La oculista iba anotando.

Salió la presidenta de la Comunidad de Madrid. Ahí no hubo dudas. La risa, del tirón. «Bueno, bueno, menuda choriza y qué desgracia con ella tenemos en Madrid. Que si el hermano, que si el novio y ahora su amiguito Nacho Cano. No hay por dónde cogerla». El cambio fue rápido a una foto de Begoña Gómez: «¿Y esta pobre? Telita la cacería de los jueces fachas. Y a su marido, claro. Todo vale para derribar al Gobierno más progresista, feminista y verde que ha tenido España. La derecha no tolera no gobernar». Más anotaciones, en silencio, de la profesional.

«Queda ya poco», avisó. Miró su ordenador, seleccionó una foto y, en la pared, aparecieron Juan Roig y Amancio Ortega: «Mírales, podridos de dinero. Ya podían aportar más a lo común. Y el de Zara, que lava su conciencia con donaciones de aparatos para el cáncer. Que pague más impuestos, ya verá cómo se compran más máquinas. El de Mercadona, forrándose con las subidas de precios. Hasta que los ricos como ellos no paguen lo que deben, habrá una tremenda injusticia social». Desapareció la imagen y salieron los dirigentes de Esquerra Republicana y el titular de la cesión del cobro de todos los impuestos a Cataluña: «Qué le vamos a hacer. El Gobierno ha tenido que ceder para frenar a la ultraderecha. Quieren elecciones generales, con la fachosfera y los bulos a tope».

La oftalmóloga se toma su tiempo. Consulta un libro. Reflexiona y escribe: «El verdadero pensamiento crítico es poder ver los fallos de uno mismo, de tu bando. Lo contrario es borreguismo. El diagnóstico preciso es sectarismo hipermiope con doble rasero. Enfermedad crónica sin tratamiento eficaz».

Había perdido la apuesta. Tocaba ir al restaurante de los camareros venezolanos. Qué pereza. Encima, estarían tristones, los pesados.

 

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